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Existir es resistir. Pasado y presente de Palestina-Israel.

Existir es resistir. Pasado y presente de Palestina-Israel.

Existir es resistir. Pasado y presente de Palestina-Israel.

Antonio Ballasote Marín, Diego Checa Hidalgo, Lucía López Arias y Jorge Ramos Tolosa: Existir es resistir. Pasado y presente de Palestina-Israel. Granada: Comares, 2017 (304 páginas).
 
Existe cierta correlación entre el enquistamiento de un conflicto y la producción literaria en torno al mismo. Una excepción a este comportamiento son los denominados conflictos olvidados o deliberadamente ninguneados. De hecho, no todas las controversias en la escena mundial suscitan la misma atención. Pero un mayor seguimiento tampoco implica que su resolución sea más factible o esté próxima.  
 
La cuestión de Palestina es un buen ejemplo de esto último. La atención mediática, política y académica prestada no ha impedido que su irresolución se prolongue indefinidamente en el tiempo. Pese a los ríos de tintas vertidos sobre este dilatado conflicto colonial, no se atisba resolución alguna a corto o medio plazo. Por el contario,  su alargada permanencia en la escena internacional sólo ha contribuido a un mayor  enquistamiento, ramificación y complejización.
 
Obviamente, esto no significa que dicho conflicto no tenga solución. La conflictividad es inherente a cualquier grupo humano o sociedad. Los conflictos son construidos socialmente, en consecuencia, y de la misma forma, también se pueden resolver.  En la sociedad internacional existen numerosos ejemplos que avalan esta pauta de comportamiento. Piénsese, por citar algunos casos, en las relaciones entre Francia y Alemania de ayer (hasta la Segunda Guerra Mundial) como enemigos enconados y las de hoy (desde la posguerra) como socios comunitarios; o bien en las mantenidas entre Estados Unidos y Vietnam hace unas décadas atrás y en la actualidad.
 
Siguiendo estas enseñanzas de la historia, cabe pensar, por tanto, que algún día reinará la paz donde hoy predomina la discordia y la violencia. Salvo que se parta de un pensamiento fatalista o determinista, arraigado en prejuicios culturalistas, que considera imposible la convivencia multicultural (en particular, entre israelíes y palestinos), la historia de las relaciones internacionales muestra esa posibilidad por muy difícil e inimaginable que parezca hoy día.  
 
Un paso imprescindible en la resolución del cualquier controversia es la comprensión de su naturaleza o, dicho en otros términos, sus causas estructurales. Sin abordar estas causas, el conflicto está condenado a reproducirse cíclicamente, con periodos intermitentes de violencia, intercalados con otros de relativa calma o tregua que nunca equivalen a la paz.  De aquí la importancia que tiene advertir la mencionada naturaleza del conflicto como, también, la voluntad política de implementar una solución justa abordando de manera definitiva las causas que lo propician.   
 
El texto colectivo escrito por Antonio Ballasote, Diego Checa, Lucía López y Jorge Ramos, lejos de cualquier tipo de maniqueísmo o determinismo culturalista, adopta una perspectiva crítica y constructivista de este arraigado conflicto colonial. Su propósito es ofrecer al público una obra que recoja desde los orígenes hasta llegar prácticamente a la actualidad (énfasis historiográfico no ajeno a que tres de los cuatro autores son historiadores de formación). Aunque estructurado en ocho capítulos, dos por cada autor, se puede considerar que su orden temático se concentra en cuatro.
 
El primer tema, a cargo de Jorge Ramos Tolosa, aborda la transformación geopolítica y demográfica de Palestina. Esto es, desde los orígenes de las pretensiones coloniales del movimiento sionista en Palestina a finales del siglo XIX bajo el dominio del Imperio otomano hasta su posterior materialización, bajo el Mandato británico durante el periodo de entreguerras. Fase que culmina con la implantación de Israel y la consecuente
Nakba (catástrofe o desastre), que implicó la limpieza étnica de Palestina (y de la que se ha cumplido este mes de mayo su setenta aniversario).
 
El segundo tema, de la mano de Antonio Ballasote Marín, se centra en la emergencia del movimiento sionista: en su configuración social e histórica en la Europa decimonónica, deudora del nacionalismo europeo de la época y las aventuras coloniales de la era de los imperios, con particular atención a su ideología colonial y segregacionista que, a su vez, explicaría la limpieza étnica de Palestina y la política de apartheid israelí. Pero, también, en un siguiente capítulo, recoge la oposición al sionismo en el seno de las comunidades judías europeas antes de 1948 y, posteriormente, las críticas y disidencias registradas por dicho movimiento en la sociedad israelí por parte de un variado elenco de actores, desde organizaciones políticas de izquierda, intelectuales, asociaciones de derechos humanos, sectores ortodoxos antisionistas, antiguos soldados y oficiales.  
 
El tercer tema, firmado por Diego Checa Hidalgo, asume la historia del movimiento nacional palestino, dividida en dos capítulos, a partir de la Nakba (1948) y de la primera Intifada (1987). La reemergencia de dicho movimiento, la vertebración de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), la estrategia armada y liberacionista adoptada y, en particular, las resistencias no violentas a la ocupación israelí son las principales referencias. Paradójicamente, pese a que lo más visibilizado ha sido la lucha armada que, a su vez, ha ensombrecido las estrategias de no violencia, el autor pone de manifiesto la importancia que históricamente  ha tenido la resistencia y desobediencia civil en la trayectoria de la sociedad palestina. Si dejar por ello de reconocer, con otros autores de referencia en esta materia, sus limitaciones debido, en particular, a la frustración de sus expectativas para atraer a “una masa crítica significativa en las sociedades palestina e israelí”; además de su todavía frágil organización y estrategia de resistencia. Sin menospreciar el creciente apoyo que recibe el movimiento del BDS (Boicot, Desinversiones y Sanciones a Israel) en la sociedad civil trasnacional o global.
 
Por último, el cuarto tema, escrito por Lucía López Arias, analiza el proceso de paz y la cooperación internacional con Palestina a raíz del mismo. Además de enmarcar el contexto y las deficiencias de dicho proceso, la autora resalta la perspectiva de la denominada paz liberal en la que se asentaba, en particular, la tesis de la paz democrática y más concretamente de la paz económica, de corte neoliberal, que ha acompañado a todo el denominado proceso de Oslo. En esta misma línea, en un siguiente apartado, aborda la cooperación internacional con Palestina, haciéndose eco de su trayectoria anterior a dicho proceso, así como su impacto en la despolitización de la sociedad civil palestina y la formación de nuevas elites vinculadas a esta importante ayuda. Sin olvidar el elemento más inquietante, de cómo la cooperación en una situación de permanente ocupación ha contribuido, paradójicamente, a asumir los costes de dicha ocupación, liberando a la potencia ocupante de esa enorme carga y responsabilidad.
 
En suma, el texto de este elenco de jóvenes investigadores, que integran una tercera generación de académicos españoles centrados en la cuestión de Palestina (como señala en el prólogo el profesor Ignacio Álvarez-Ossorio), presenta una serie de características que conviene subrayar. Primero, parte de una línea de investigación más avanzada y consolidada, con nuevas fuentes documentales y bibliográficas fundamentales como las aportadas por los denominados nuevos historiadores israelíes (sin olvidar, en esta misma línea, la propia historiografía palestina). Segundo, parte de nuevos medios de acceso a la información y comunicación hasta hace unas tres décadas atrás prácticamente inexistentes. Y, por último, pero no menos importante, parte de una aproximación, lenguaje o terminología que descoloniza la historia de este conflicto, como afirmaría Nur Masalha.
 
 
 
 

RedacciónT21

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