En Regreso al futuro II vimos a un Marty McFly calzarse unas zapatillas de deporte que se ataban solas. La empresa Nike ha creado algo parecido, las Nike HyperAdapt 1.0, que cuentan con un mecanismo con batería recargable en la parte inferior de las zapatillas para cerrarse de manera autónoma.
Pero la inspiración que estas zapatillas han generado va más más allá, pues un científico del Centro de Tecnología y Nanociencia de la University of Central Florida (UCF, EEUU) llamado Jayan Thomas ha ideado a partir de ellas prendas que funcionen como baterías. Para ello ha desarrollado filamentos que cosechan y almacenan la energía del sol y que pueden ser tejidos en textiles.
Para qué sirven
Esencialmente, estos filamentos podrían colocarse en chaquetas y otras prendas de vestir para funcionar en ellas como baterías portátiles alimentadas con energía solar.
Thomas y su equipo creen que esto, algún día, podría revolucionar la tecnología textil, y ayudarnos a todos, por ejemplo, a los soldados que en sus misiones ahora llevan cargas pesadas de baterías o a los adolescentes adictos a los mensajes de texto: El sistema permitiría cargar el móvil simplemente metiéndolo en el bolsillo.
Gracias a una investigación previa, Thomas recibió el año pasado un premio R&D 100 -otorgado a las principales invenciones del año en todo el mundo- por el desarrollo de un cable que no sólo puede transmitir energía como un cable normal, sino también almacenar energía como una batería.
El investigador también está trabajando en células solares semitransparentes que se pueden aplicar a las ventanas, permitiendo que pase algo de luz mientras se recoge la energía solar.
Cómo son los filamentos
Thomas y sus colaboradores han desarrollado más concretamente unos filamentos con forma de cintas de cobre delgados, flexibles y ligeros. Estas cintas tienen una célula solar en un lado y capas de almacenamiento de energía en el otro.
Los científicos compraron un pequeño telar de mesa y tejieron estas cintas en un cuadrado de hilo. A continuación, la prueba de concepto demostró que estos filamentos podían ser atados en chaquetas u otras prendas exteriores, para cosechar y almacenar energía para recargar el teléfono, sensores de salud personal y otros dispositivos tecnológicos.
Otro de los usos potenciales de este sistema sería aplicarlo a los coches eléctricos, para que estos puedan generar y almacenar energía cada vez que están al sol.
«Ese es el futuro. Lo que hemos hecho es demostrar que se puede hacer «, afirma Thomas. «Va a ser muy útil para el público en general”.
Avances previos
En 2015, investigadores de Diseño Industrial en la Universidad Brunel de Londres (Reino Unido) resolvían dos de los principales retos para la fabricación de artículos de ropa que funcionen como fuentes de energía para dispositivos.
Por un lado, mejoraron la tecnología para producir “hilos” capaces de almacenar y suministrar suficiente energía para dichos aparatos. Por otro, abordaron las cuestiones de la producción en masa de estos hilos, y desarrollaron un proceso semi-automático.
Todo esto se hizo dentro del programa Powerweave, patrocinado por la Unión Europea, que reúne a investigadores de siete países para producir textiles que puedan generar y almacenar energía.
Además, hace cuatro años, la Universidad de Carolina del Sur (EE.UU.) demostró que introduciendo una sencilla camiseta de algodón en una solución de fluoruro, la celulosa se transforma en fibras de carbón activado, un material que mantiene la flexibilidad de la ropa pero además posee propiedades de condensador eléctrico, es decir, que puede almacenar carga eléctrica.
Referencia bibliográfica:
Chao Li, Md. Monirul Islam, Julian Moore, Joseph Sleppy, Caleb Morrison, Konstantin Konstantinov, Shi Xue Dou, Chait Renduchintala, Jayan Thomas. Wearable energy-smart ribbons for synchronous energy harvest and storage. Nature Communications (2016). DOI: 10.1038/ncomms13319.
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