El apocalipsis o colapso de la humanidad y de la Tierra podrá estar registrado para que futuras civilizaciones puedan reconstruir la historia de nuestro final: el proyecto Earth’s Black Box (Caja Negra de la Tierra) incluye la instalación de una gigantesca estructura a ubicarse en Tasmania, con una tecnología pensada para registrar los eventos y la información que garantiza la seguridad del material hacia el futuro.
La enorme caja de acero incluirá una gran cantidad de discos duros que se sustentarán mediante paneles de energía solar: estos discos contendrán información científica actualizada en tiempo real sobre los temas que pueden marcar el apocalipsis o el final de la experiencia humana en la Tierra. Análisis y datos sobre la evolución del cambio climático, la desaparición de especies, la contaminación ambiental o el impacto de estos factores sobre la salud de la humanidad y del planeta quedarán “eternizados” en esta caja negra.
El apocalipsis documentado y registrado
El proyecto Earth’s Black Box es una colaboración entre la agencia de marketing Clemenger BBDO, la agencia creativa The Glue Society e investigadores de la Universidad de Tasmania. Según un artículo publicado en Science Alert, la infraestructura se completará a principios de 2022, pero los sistemas básicos ya están parcialmente activos. De acuerdo a los responsables del proyecto, ya se están «grabando en vivo» actualizaciones ambientales y otros datos en el marco de una versión de prueba del dispositivo.
La elección de Tasmania, un remoto estado insular frente a la costa sur de Australia, tiene que ver con su estabilidad geológica y geopolítica: sería un área supuestamente menos afectada en caso de una catástrofe ambiental global o de una crisis político-militar internacional. Los creadores de esta “cápsula del tiempo” creen que en ese lugar la caja de acero estará más segura que en otros sitios que se habían pensado previamente, como Malta, Noruega o Qatar.
Allí se preservarían los datos que documentarían el final de la humanidad, para que hipotéticamente otras sociedades puedan “reconstruir” esos hechos en el futuro. El concepto se relaciona directamente con las cajas negras empleadas en la aviación, que hacen posible preservar los últimos instantes previos a un accidente aéreo, para de esta forma poder descubrir cuáles fueron las causas que provocaron la caída del avión.
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¿Una “alarma” para detener lo inevitable?
En otro artículo publicado en abc.net se informa que la caja de acero tendrá conectividad a Internet, y que además de la alimentación mediante paneles solares localizados en el techo de la estructura también incluirá baterías, que aportarán energía de respaldo. Además, contará con un algoritmo que recopilará material relacionado con el cambio climático extraído de Internet.
Al mismo tiempo, sus creadores sostienen que esta caja destinada a registrar los últimos momentos de la humanidad puede funcionar como una “alarma” para que los líderes y responsables puedan variar el curso de los acontecimientos antes que el apocalipsis sea imposible de detener. Se trata de medidas extremadamente urgentes, si tenemos en cuenta los preocupantes índices relacionados con el calentamiento global y otros aspectos ambientales, por indicar solo una faceta de aquellas que deben preocuparnos.
En resumen, la Caja Negra de la Tierra registrará cada paso que demos hacia una catástrofe global. Enormes conjuntos de datos, mediciones e interacciones relacionadas con la salud de nuestro planeta se recopilarán continuamente y se almacenarán de forma segura, quedando a disposición de las generaciones futuras.
Foto: la caja negra se construirá en una región que los desarrolladores consideran como extremadamente estable a nivel geológico y político, específicamente en Tasmania. Crédito: Earth’s Black Box.
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