Ficha Técnica
Título: El complejo materno
Autor: Eduardo H. Grecco
Edita: Editorial Kairós. Barcelona, febrero de 2014
Materia: Psicología
Número de páginas: 176 págs.
Encuadernación: Rústica con solapas
ISBN: 978-84-9988-362-5
PVP: 14€
“El orden patriarcal que persiste grabado en la red arquetípica de la memoria humana es la energía responsable de enhebrar vida con desdicha. Mientras este sistema inconsciente continúe vivo, dice Eduardo H. Greco, crueldad, explotación, abuso, posesividad y codicia florecerán en el entresijo de los vínculos humanos, por la simple razón de que esos bienes son los nutrientes que alimentan la regla y el nervio patriarcal. Y tal orientación está viva y activa, tanto en el ámbito de lo personal como en las entrañas de sistemas más amplios: familiar, político, religiosos, cultural, educativo y económico. Los mismos principios se reiteran, en unos y otros territorios, con nombres diferentes.
El orden patriarcal no es una abstracción. Es algo bien concreto, un sistema basado en la distribución desigual del poder, cuyo escenario, en el imaginario colectivo, se dramatiza en la relación entre hombres y mujeres, en la cual los varones alcanzan preeminencia y dominación.
La dominación patriarcal no se circunscribe a un conjunto de discriminaciones (filiación, división sexual del trabajo, etc.) sino que se amplían a ser un régimen coherente que afecta a todos los ámbitos de la vida colectiva.
Más allá de la lucha de género y de la condición de la estructura económica en la cual vivimos, existe un mecanismo de seguridad del patriarcado para garantizar su permanencia, que traspone la diferencia sexual y social.
En esencia, la propuesta que hace el autor en El complejo materno, es que el patriarcado ya no es sólo un tema de preeminencia masculina, lo que está en juego es algo más complejo y extenso que una cuestión de hegemonía fálica: se trata de la soberanía desigual del poder y el bienestar a lo largo y ancho de la sociedad humana, de la postergación o anulación de las premisas democráticas y la destrucción de la ecología del planeta.
Esta comprensión nos remite a interrogarnos sobre los medios a los cuales recurre el patriarcado para subsistir y cómo se preserva como tal, a pesar de su injusticia manifiesta. La consideración de la represión como respuesta no alcanza a explicar el fenómeno de manera cabal. Es imprescindible resaltar otro factor: los mediadores patriarcales, entre los cuales el complejo materno ocupa un lugar de privilegio.
De estos mediadores patriarcales habla este libro: del complejo materno, de las relaciones clandestinas, de la ideología patriarcal, de la historia de los vínculos en la vida de cada uno de nosotros, de la represión del deseo, de la interdicción de la sexualidad, el placer y el goce, de la memoria del cuerpo, de la devastación de la mujer, del desamparo del hombre, de los modelos de identidad y de la elección de pareja y del paso arquetípico de Luna a Afrodita, en la mujer, y de Apolo a Dionisio, en el varón.
En el patriarcado, el precio que la mujer paga para ser madre es dejar de ser mujer, constituirse en una hembra barrada de su sexualidad, oprimida y empujada a disolverse en el todo familiar. Una persona valiosa por su fecundidad, siempre dispuesta al sacrificio y la postergación por el bien común de sus seres queridos.
Pero, la naturaleza no es así, es la cultura patriarcal la que genera este malestar. Entonces, no alcanza (aunque allí comienza) con la concientización personal para producir un cambio de paradigma, se requiere de la deconstrucción del orden social que nos arranca la dicha.
La madre debe cambiar para que la sociedad sea distinta. La verdadera revolución que el mundo necesita es la transformación del orden maternal actual, y del complejo materno que lo envuelve y hace posible su permanencia en el interior de cada uno de nosotros.
No es que las madres sean culpables; en verdad, son las primeras víctimas de esta dinámica. Pero ¿por qué el patriarcado se interesa en coaptarlas? La razón radica en que ellas representan los canales de una transmisión fundante de la persona, las que instalan en cada uno de nosotros el primer sistema de creencias, las que señalan cómo debemos ser, a quiénes tenemos que elegir y qué valores defender. Las madres enseñan el primer modelo de relación, de los cuales el resto de ellas será transferencia.
El patriarcado sabe que es en las relaciones donde se escenifica nuestra vida, la evolución o la sujeción, ya que la traza de pareja que construimos decide el tipo de psiquismo que edificamos; por eso los modelos vinculares que él propone y establece como adecuados están destinados a reforzar su permanencia, aun a costa del padecer y la enfermedad de las personas.
Si las relaciones hacen pervivir la infelicidad en lugar de la dicha, si representan la presencia del pasado en lugar de permitir abrirnos a la experiencia de lo nuevo, si nos impone un modelo del amor en vez de empujarnos a descubrirlo con la experiencia, entonces seguimos prisioneros del complejo materno. Y no se trata de que sus mandatos sean buenos o malos, correctos o incorrectos, sino de que no son los nuestros. Quedar a merced del complejo materno es permanecer en la dependencia, quedar con una libertad mutilada y viviendo un amor sin alas.
Es claro que damos al complejo materno un valor arquetípico, que lo situamos habitando el universo del inconsciente colectivo, ese mundo que opera a nuestras espaldas, compulsivo e impositivo, del cual tenemos la tarea de despegarnos para restar importancia a su influencia en nuestra vida. Al hacerlo nos individuamos, nos hacemos nosotros mismos y escapamos de la represión que funda.
Hay que recordar que el orden arquetípico vigente es el orden patriarcal que impide, por su propia naturaleza de ser, la evolución de los seres humanos y su realización en libertad, amor y unidad. La explotación, las guerras, la represión del placer y el canibalismo social son algunos ejemplos que dan testimonio de esta realidad. (Extracto de la Introducción)
Sumario
Palabras preliminares
Introducción
1. Lealtad y fidelidad
2. Complejo materno y personalidad
3. Relaciones clandestinas
4. Complejo materno e ideología patriarcal
5. Relaciones de la vida
6. La memoria del cuerpo
7. Palabras, pasos y trazos
8. El abandono del complejo materno
Epílogo
Adenda
Referencias bibliográficas
Datos del autor
Eduardo H. Grecco es psicólogo y presidente de la Asociación Iberoamericana de Terapeutas Florales. En 2002 fue galardonado con el Premio Internacional de Naturopatía «Benedict Lust». Es autor de numerosos libros, entre ellos: Muertes inesperadas, Sexualidad, erotismo y vínculos de amor, Volver a Jung y Terapias florales y psicopatología. En Kairós ha publicado: Despertar el don bipolar y La bipolaridad como don.
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