Lo moderno -lo sofisticado tecnológicamente- no siempre resulta barato. Además, en ocasiones son más los problemas que ocasionan que los que teóricamente se pretenden conseguir. Esta circunstancia obliga a repensarse dos veces si estamos ante una solución realmente útil que haya que recomendar.
El ahorro de agua en las actividades agrícolas -los sistemas de riego- se ha convertido en una de las obsesiones tecnológicas de las sociedades desarrolladas.
Un bien escaso que hay que proteger y a cuyo desarrollo tecnológico se destinan grandes cantidades de fondos. Ahora bien, parece que no siempre se camina en la dirección adecuada: ¿merece la pena ahorrar en recursos hídricos aunque sea a costa de multiplicar por cien el gasto energético?
La agricultura es el mayor consumidor directo de agua en España. Incluyendo secano y regadío, el uso de agua en la agricultura se ha estabilizado en torno a 25.000-30.000 millones de metros cúbicos. Este alto volumen de consumo obliga a optimizar este recurso y a mejorar las técnicas de regadío.
Significativo ahorro en el consumo
Un estudio realizado por los profesores Emilio Camacho y Pilar Montesinos de la Universidad de Córdoba determina que la modernización de los regadíos en Andalucía, lo que de facto supone cambios en los sistemas de distribución de agua, han conseguido notables reducción del consumo de este bien tan escaso, cerca del 20%, pero a costa de incrementar los gastos en energía hasta un 227%.
Los investigadores alcanzaron esta conclusión tras realizar un estudio comparativo de los datos de consumo de agua en cinco comunidades que paulatinamente fueron modernizando sus sistemas de riego a lo largo de la década de 2000.
Del mismo modo, al analizar los tipos de cultivos, el trabajo muestra que la paulatina sustitución de los cultivos herbáceos por los leñosos -que tienen un mayor rendimiento en términos económicos- hará que aumente la demanda de agua en la próxima década. En concreto, en torno al 18% más.
Los trabajos fueron presentados durante la “Jornada sobre Sostenibilidad Ambiental” organizada por la Asociación de Comunidades de Regantes de Andalucía (Feragua) y la Federación Nacional de Comunidades de Regantes de España (Fenacore), y celebrada en la sede de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir hace unos días.
Ante esa previsión de aumento de la demanda de agua, la presidenta de Feragua, Margarita Bustamante, según recoge iagua -el portal de noticias del sector-, alertó de “la insuficiencia de las dotaciones previstas en los planes hidrológicos del litoral (andaluz), los cuales maniatarán a los regantes en sus decisiones empresariales, impidiendo el desarrollo de una agricultura más competitiva”. En este sentido, la presidenta de Fla ederación abogó por la sostenibilidad económica a la hora de planificar este cambio tecnológico.
Hacer un comentario