Miles de personas en el Cuerno de África se encuentran en riesgo de ser desplazadas a otros países a medida que aumenta la frecuencia de los fenómenos meteorológicos extremos, según un informe hecho público en Nairobi por el Instituto para la seguridad humana y medioambiental de la Universidad de las Naciones Unidas y el Consejo Noruego para Refugiados (NRC).
Entre 2008 y 2012, 144 millones de personas se vieron obligadas a abandonar sus hogares a causa de los desastres repentinos de todo el mundo. La gran mayoría de ellos huyeron de inundaciones, tormentas e incendios forestales, así como otros efectos del cambio climático.
La mayoría permanecen en sus países como desplazados internos, pero muchos también deben huir a través de las fronteras con otros países.
«El aumento en intensidad del clima extremo pone en riesgo de ser desplazados. Muchos de estos desplazados reciben algún tipo de ayuda, pero el auxilio es variable.
Existe una necesidad de protección más predictiva y de asistencia. Debemos comenzar en las regiones más afectadas», declara Nina M. Birkeland, del Consejo Noruego para Refugiados.
La sequía obliga a las personas a abandonar sus hogares en Somalia y Etiopía, que tienen que huir a Kenia, Egipto o Yemen. La mayoría de las personas que abandonan sus hogares son pastores, agricultores a pequeña escala y productores agropecuarios.
Interacción con motivos étnicos y políticos
El informe muestra que los desastres naturales, por lo general, interactúan con la discriminación por motivos étnicos y políticos. Es decir, los conflictos armados y la falta de acceso humanitario en Somalia, por ejemplo, jugaron un papel importante en el impacto de los efectos de la sequía y la hambruna.
«Las personas se desplazan a otro país por muchas razones, pero en muchos casos el factor está relacionado con la pérdida y el deterioro de sus medios de subsistencia. Influidos por los acontecimientos relacionados con el clima, como la destrucción de los cultivos o las inundaciones, motivan a las personas a cruzar las fronteras», explica Tamer Afifi, del Instituto para la seguridad humana y medioambiental.
El informe revela que las personas viajan a menudo sin los documentos legales esenciales, sin dinero o artículos personales, y pueden estar separados de sus familias.
Asimismo, las personas que se ven obligadas a huir de sus hogares como resultado de un desastre o por los efectos del cambio climático, no son considerados refugiados en virtud del derecho y convenciones actuales. Si la condición de refugiado no se puede aplicar, las personas desplazadas pueden tener un acceso limitado a la asistencia.
«Existe una necesidad de explorar las experiencias de los afectados directamente, así como las respuestas de los gobiernos, las organizaciones internacionales y otras entidades sobre el terreno. Debemos asegurarnos de que los derechos de los desplazados están protegidos”, concluye Birkeland.
Referencia bibliográfica:
DISASTER-RELATED DISPLACEMENT FROM THE HORN OF AFRICA. Universidad de las Naciones Unidas.
Hacer un comentario