«Gran parte del daño es debido a la altísima vulnerabilidad de las edificaciones», explica la CEO de Geolyder, Belén Benito. Hoy día, la Fiscalía ecuatoriana tiene constancia de 525 víctimas mortales y de 4.027 heridos. El número de desaparecidos asciende a 1.700 personas.
El terremoto de magnitud 7,8 se produjo en una zona de alta peligrosidad sísmica asociada a la convergencia de las placas Nazca y Sudamérica. Belén Benito explica su reciente tesis doctoral por la UPM dónde analizaron la peligrosidad sísmica de Ecuador y dónde determinaron el movimiento esperado por terremotos en los próximos años: «Nuestro estudio determinó que la zona de Esmeraldas era la de más peligrosidad», siendo la más afectada por el terremoto.
Además, Belén añade que Japón sufrió menores daños por terremoto, producido también la semana pasada, debido a una mayor calidad de sus infraestructuras: «La diferencia esencial en cuanto al daño es que Japón estaba preparado y Ecuador no». La experta señala que las infraestructuras en Japón son mucho menos vulnerables debido a su diseño antisísmico y a sus medidas preventivas.
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