Un grupo de científicos de la Universidad de Tel Aviv ha concluido en una reciente investigación que la conectividad en los cerebros de las distintas especies de mamíferos, incluyendo al ser humano, mantiene los mismos patrones. La conectividad es una característica fundamental para el funcionamiento del cerebro, porque indica la eficiencia en la transferencia de información.
Los especialistas remarcaron en una nota de prensa que las conclusiones de este estudio contradicen el pensamiento generalizado hasta hoy, el cual indicaba que existían diferencias en los niveles de conectividad entre las especies. No solamente se ha refutado este postulado, sino que además se ha encontrado un mecanismo de compensación que hace posible este equilibrio en términos de conectividad.
El estudio de los cerebros de las diferentes especies indica que un mecanismo o proceso compensatorio genera que aquellos cerebros que disponen de mayor conectividad interhemisférica, o sea entre ambos hemisferios, poseen de igual manera un menor grado de conectividad intrahemisférica, esto quiere decir al interior de cada hemisferio. Al mismo tiempo, en otros casos sucede exactamente lo contrario.
Otra de las conclusiones a destacar es que la transferencia de información a través de la red neuronal no tiene ninguna relación con el tamaño o la estructura de ningún cerebro específico: se concreta de la misma forma en el ser humano, en un pequeño ratón, en un delfín o en un toro.
Conectividad cerebral y habilidades específicas
En el trabajo desarrollado en Israel se compararon imágenes por resonancia magnética de los cerebros de 130 especies de mamíferos, analizando un indicador en concreto: la cantidad de sinapsis (conexiones entre las neuronas) que un mensaje debe cruzar para llegar de un lugar a otro en la red neuronal.
Por otro lado, los investigadores resaltaron que un dato clave hallado en el estudio es la diferencia de conectividad entre distintas áreas cerebrales. Esto indica que en determinados sectores con mayor conectividad se está manifestando alguna habilidad o característica especial.
Por ejemplo, la conectividad superior de un área en concreto puede estar marcando una mayor capacidad para el arte o los deportes, en el caso de un ser humano. Dicha característica se contrapone a la existencia de otros sectores con menor conectividad, abriendo un fabuloso campo de investigación para futuros trabajos científicos.
La identificación de estos sectores del cerebro en los cuales se manifiestan determinados talentos o capacidades puede derivar en el desarrollo de nuevas estrategias de aprendizaje, o en una mejor comprensión de la forma en la cual es posible potenciar dichas habilidades.
Vale destacar que en la investigación se utilizaron cerebros de animales muertos, sin necesidad de sacrificar ningún ejemplar, y que además fue la primera ocasión en la cual se obtuvieron imágenes por resonancia magnética de los cerebros de alrededor de 100 de las especies estudiadas. De esta forma, queda a disposición de los investigadores de todo el mundo una novedosa base de datos a utilizar en futuros estudios.
Referencia
Conservation of brain connectivity and wiring across the mammalian class.Assaf, Y., Bouznach, A., Zomet, O. et al. Nature Neuroscience (2020).DOI:https://doi.org/10.1038/s41593-020-0641-7
Foto: Hristina Šatalova. Unsplash.
Se nota cuando empezamos a hacer el burro, hay cerebros humanos que no razonan, lo que nos equipara a los animales brutos de toda la vida.