Investigadores del Grupo de Cognición y Plasticidad Cerebral del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL) y de la Universidad de Barcelona han hecho un seguimiento de las huellas explícitas e implícitas de los recuerdos de miedo en las personas.
El estudio, que se ha publicado en la revista Neurobiology of Learning and Memory, describe cómo, en un contexto de miedo, nuestro cerebro codifica de forma diferente la memoria contextual de un evento negativo (donde fue, qué había…) y la respuesta emocional asociada.
El estudio mide la actividad electrodermal de 86 individuos en un contexto de miedo generado en el laboratorio y en un contexto neutro. En ambos casos, los sujetos debían aprender una lista de palabras. Una semana y dos semanas después del experimento se les hacía un test para ver qué palabras recordaban.
"En los dos contextos —explica Pau Packard, autor del estudio—, la curva de olvido era normal. Con el tiempo olvidaban todas las palabras, la huella explícita". Por otro lado, sin embargo, "en los recuerdos en el contexto de miedo, la actividad electrodermal —la respuesta emocional implícita— era exactamente la misma, mucho más elevada que la respuesta en el contexto neutro". Del miedo al TEPT
En relación con los acontecimientos traumáticos parece que, con el tiempo, una parte de la memoria se borra o se convierte en inaccesible: olvidamos los detalles aunque sigue manteniéndose la reacción emocional.
Según Packard, "la huella se divide en dos que siguen caminos diferentes: el cerebro desvincula el recuerdo explícito que tenemos de un acontecimiento negativo de la respuesta emocional que nos genera".
Este hecho podría servir para entender por qué en situaciones patológicas de trastorno por estrés postraumático se genera sin control la respuesta emocional vinculada al hecho negativo sin saber qué la provoca.
Tal como señala Lluís Fuentemilla, coordinador del proyecto, "el estudio nos ayuda a explicar de qué forma el procesamiento de los recuerdos de miedo puede llevar a un trastorno por estrés postraumático (TEPT) ".
Asimismo, también abre la puerta a la investigación de nuevas estrategias terapéuticas para estos trastornos, ya que "la traza implícita de un recuerdo en contexto de miedo no se pierde con el tiempo y se puede detectar a través de medidas electrodermales". Referencia bibliográfica:
Packard, P. A., Rodríguez Fornells, A., Stein, L. M., Nicolás, B., Fuentemilla, Ll. Tracking explicit and implicit long-lasting traces of fearful memories in humans. Neurobiology of Learning an Memory (2014). DOI: 10.1016/j.nlm.2014.09.004.
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