Desde 2001, las armas de fuego han matado a más norteamericanos que las guerras de Vietnam y Corea juntas, según ha reflejado en una infografía Martin Grandjean, historiador de la Universidad de Lausanne y portavoz de Humanística, asociación dedicada a las “humanidades digitales”.
La infografía se basa en una crónica aparecida en el New York Times después del asesinato en directo de dos periodistas durante un programa de televisión, ocurrido en agosto del año pasado.
La locura continúa: el número de norteamericanos que poseen un arma de fuego se ha casi duplicado en los últimos ocho años. Sólo la fabricación de pistolas, las más usadas para la protección personal, aumentó más de un 600% entre 1986 y 2013. El negocio de la muerte es redondo: Smith & Wesson, el segundo fabricante de armas del país, registró en el primer trimestre de este año un crecimiento del 226% en su beneficio neto.
Todo en nombre de la democracia y del libre mercado.
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