Las posibilidades personales, sociales y comerciales que traen consigo la mejora en las tecnologías de la información y de la comunicación (TIC) de una región son innegables. Por un lado permiten que las personas mejoren sus posibilidades de comunicación. Por otro lado, fomentan el acceso al conocimiento y permiten que sea más fácil la creación de empleo a través de la red.
Por esta razón, el gobierno de Reino Unido ha anunciado, a través de su Canciller de Hacienda Alastair Darling, que apostará por la implantación de la banda ancha a lo largo de toda la región. Tal y como informa la revista Information Week, la intención del ejecutivo británico es la de extender una red de 2 Mbps a todos los hogares británicos en el período de tres años. Esta propuesta está recogida en los Presupuestos 2009 que acaban de ser presentados al parlamento.
Financiación
Para lograr este objetivo, el Gobierno británico ha previsto poner en movimiento un montante total de 10 billones de libras para el sector de las telecomunicaciones, tal y como se indica en Internet Advertising Bureau. Dentro de este presupuesto se incluyen unos 750 millones de libras de un Fondo de Inversión Estratégico con el objetivo de ofrecer soporte financiero al sector industrial de las tecnologías emergentes, tales como los medios digitales o las biotecnologías.
El Reino Unido aspira así a convertirse en una de las regiones europeas líderes en la oferta de servicios digitales y de creación de contenidos. Para lo cual es fundamental que todos los ciudadanos de esta región tengan un acceso fácil, rápido y de calidad.
Diferentes situaciones
Como hemos informado en esta revista, Estados Unidos también ha hecho una fuerte apuesta por la banda ancha invirtiendo un total de 7.200 millones de dólares para que este sistema de conexión se extienda por esa nación. Con esta apuesta el gobierno de los EE.U.U. considera que se llegarán a crear unos 400.000 puestos de trabajo que ayudarán a paliar, un poco, la grave crisis económica.
La situación en España es bien diferente. Según datos de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT), en nuestro país hay un total de 9.189.820 líneas en servicio a finales de febrero del 2009, lo que supone un aumento interanual del 11,2%. Este dato supone una penetración de 19,9 líneas por cada 100 habitantes. El problema es que, tal y como ha hecho público, recientemente, este mismo organismo a través de un informe, el precio de la mejor oferta en banda ancha es un 11,7% más cara de la media la Unión Europea. Esto, además, dentro de un rango de velocidades mediano, es decir, aquellas que van desde los 2 a los 10 Mbps; rango que abarca un 72,4% de los usuarios de estas redes.
Si se toman como referencia las velocidades superiores a los 10 Mbps, España tiene ventaja. La mejor oferta del mercado español, 36,6 €, es un 2,1% inferior a la media de las mejores ofertas de la UE (37,4 €). El problema es que este segmento sólo aglutina al 12,2% de los usuarios. En cambio, las velocidades mínimas, es decir por debajo de los 2 Mbps, son un 5,1% más caras que la media europea. Este segmento supone un 15,4% del total.
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