Un nuevo estudio, dirigido por un antropólogo de la Universidad de Binghamton (EEUU), podría arrojar nueva luz sobre ciertas características de los más primitivos ancestros del ser humano. En él fueron analizados los huesecillos del oído -martillo, yunque y estribo- de dos especies de antepasados de humanos de Sudáfrica.
En general, los osículos auditivos son los huesos más pequeños del cuerpo humano y se encuentran entre los huesos más raros de humanos antiguos que se hayan recuperado. A diferencia de otros huesos del esqueleto, al nacer, estos osículos están ya completamente formados y tienen el mismo tamaño que en los adultos. Esto se debe a que su tamaño y su forma están sometidos a un fuerte control genético. Por esa razón, a pesar de su pequeño tamaño, poseen una gran cantidad de información evolutiva.
El estudio, dirigido por el antropólogo de dicha Universidad, Rolf Quam, fue llevado a cabo por un equipo internacional de investigadores de instituciones de EEUU, Italia y España. En él se observaron varios osículos auditivos pertenecientes a los primeros homínidos, de las especies Paranthropus robustus y Australopithecus africanus.
La muestra observada constituye la cadena completa de huesecillos de homínido fósil más antigua jamás recuperada. La antigüedad de los huesos sería de alrededor de dos millones de años, y estos provienen de las conocidas cuevas sudafricanas de Swartkrans y Sterkfontein, que han proporcionado abundantes fósiles de nuestros primeros ancestros. Los resultados del análisis han aparecido publicados en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America (PNAS).
Un nuevo ‘sello humano’
Los investigadores han informado de varios hallazgos importantes arrojados por su investigación. Uno de los más importantes es que el martillo de esto primeros homínidos era claramente similar al humano, y que su tamaño y forma se diferencian bien de los de nuestros parientes vivos más cercanos, los chimpancés, los gorilas y los orangutanes.
Muchos aspectos del cráneo, los dientes y el esqueleto de estos primeros ancestros humanos eran bastantes primitivos y simiescos, pero el martillo presenta características similares a las de nuestra propia especie, el Homo sapiens.
Dado que el martillo de estas especies de homínidos tempranos comparten similitudes con el martillo humano actual, los cambios anatómicos en este hueso deben haber ocurrido muy temprano en nuestra historia evolutiva.
Según declaraciones de Quam publicadas por la Universidad de Binghamton vía Newswise, «el bipedalismo (caminar sobre dos pies) y una reducción en el tamaño de los dientes caninos se han presentado como el ‘sello de la humanidad’, ya que parecen estar presentes en los primeros fósiles humanos recuperados hasta la fecha. Nuestro estudio sugiere que puede que esta lista se actualice para incluir también al martillo”. Pero, antes de corroborar esta afirmación, “se necesitarán más fósiles de períodos de tiempo incluso anteriores”, añade el científico.
Reconstrucciones virtuales en 3D para entender cómo oían
En contraste con el martillo, los otros dos osículos auditivos, el yunque y el estribo, se parecen más a los de los chimpancés, los gorilas y los orangutanes. Más concretamente, estos otros huesecillos muestran una interesante mezcla de rasgos simiescos y humanos.
Las diferencias anatómicas entre esta cadena de huesecillos analizada y la de los humanos, junto con otras diferencias en el oído externo, medio e interno, son consistentes con las diferencias entre las capacidades auditivas que se cree existían entre estos primeros homínidos y los humanos modernos.
En este sentido, los antropólogos creen que algunos australopitecinos habrían carecido de sensibilidad a las frecuencias de rango medio que los humanos modernos utilizan para el habla. Según declaraciones de Quam recogidas por Newscientist: «Los especialistas están de acuerdo en general en que estos primeros homínidos probablemente no poseían lenguaje hablado».
Aunque el presente estudio no constata de forma concluyente las diferencias diferencias mencinadas, los científicos planean ahora estudiar los aspectos funcionales y anatómicos del oído de estos primeros homínidos, usando reconstrucciones virtuales en 3D.
El equipo ya ha aplicado este método con fósiles humanos de la Sierra de Atapuerca, en el norte de España, de 500.000 años antigüedad y pertenecientes a los antepasados de los neandertales. Los resultados de estos primeros análisis sugirieron que el patrón de audición de estos homínidos ya era similar al patrón de audición del Homo sapiens.
La extensión de este tipo de observaciones a los Australopithecus y Paranthropus podría ofrecer una nueva visión sobre la evolución que siguió la audición hasta alcanzar el actual patrón humano de audición.
Referencia bibliográfica:
Rolf M. Quam, Darryl J. de Ruiter, Melchiorre Masali, Juan-Luis Arsuaga, Ignacio Martínez, y Jacopo Moggi-Cecchi. Early hominin auditory ossicles from South Africa PNAS (2013). DOI: 10.1073/pnas.1303375110.
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