Al famoso Tyrannosaurus rex, el dinosaurio depredador carnívoro por excelencia, le ha salido un nuevo competidor en comportamiento sanguinario. Científicos del Museo de Historia Natural (NHMU) de Utah (EE UU) han descubierto una nueva especie de tiranosaurio, Lythronax argestes, que se traduciría como ‘rey del gore’ del suroeste de EE UU.
“Era, con mucho, el dinosaurio más temible en su tiempo en América del Norte. Pensamos que Lythron, o sangre, representa correctamente su estilo de vida, cubriéndose con la sangre de un animal muerto”, declara a SINC Mark Loewen, autor principal del estudio, que publica la revista PLOS ONE, y científico del NHMU.
Lythronax fue descubierto en el Monumento Nacional de Grand Staircase-Escalante (GSENM, por sus siglas en inglés) al sur de Utah, por Scott Richardson, un empleado de la Oficina de Administración de Tierras de EE UU, institución que administra este territorio.
En 2009, el esqueleto del ‘rey del gore’ fue excavado por equipos del Museo de Historia Natural de Utah en colaboración con paleontólogos de GSENM.
“El nombre de T. rex se traduce como ‘rey lagarto tirano’, por lo que pensamos que este nuevo pariente cercano –pertenecen a la misma rama evolutiva– debería tener un nombre igualmente evocador», explica a SINC Randall B. Irmis, coautor del estudio e investigador también del NHMU.
La especie más antigua de tiranosaurio
En el trabajo de identificación de la nueva especie colaboraron, además del Museo de Historia Natural de Utah y la Universidad de Utah, el Museo de Naturaleza y Ciencia de Denver (Colorado) y la Universidad de Alberta (Canadá). Se estima que la nueva especie mediría aproximadamente 8 metros de largo y pesaba alrededor de 2,5 toneladas.
Hasta el momento, los paleontólogos pensaban que esta clase de tiranosaurios de cráneo grande sólo existieron hace 70 millones de años, sin embargo, Lythronax muestra señales de haber evolucionado al menos 10 millones de años antes.
Según Irmis, los fósiles descubiertos pertenecen a una fecha muy próxima a los 80 millones de años. “Sabemos esto porque las capas geológicas de las cenizas volcánicas que se encontraron justo por encima y por debajo del estrato donde estaba el esqueleto han sido datadas radioisotópicamente”. Esto convierte a este tiranosaurio en el más antiguo que se conoce.
Comparado con otros dinosaurios de esta familia, Lythronax era un enorme carnívoro con características únicas en su cráneo, que lo distinguen de sus parientes cercanos. “Específicamente, posee particularidades genuinas en su hocico –corto y estrecho– en su maxilar superior y en el lateral de su cabeza”, subraya Irmis.
Para almorzar, un Diabloceratops
Joe Sertich, del Museo de Denver añade: “Habría tumbado fácilmente a cualquier dinosaurio cornudo o de pico de pato que viviera junto a él. Su comida preferida podría haber sido el Diabloceratops, un dinosaurio cornudo temprano y muy singular de su época”.
Otra característica que lo convertía en un depredador infalible era la amplia anchura de la parte posterior de su cabeza, que le permitía ver con un campo de visión en superposición. “Le proporcionaba visión binocular, muy útil para un depredador, y una condición que asociamos con el Tyrannosaurus rex«, apunta Loewen.
Además, las características de su cráneo y algunos de los huesos de sus extremidades lo vinculan más estrechamente con T. rex que con cualquier otro tiranosaurio.
“Esto es interesante porque Lythronax es el miembro más viejo del grupo de dinosaurios tiranosaurios y T. rex el más joven –de hace 66 millones de años–. Esto puede insinuar que hay muchos más familiares de este último en el oeste de América del Norte”, asegura el experto del Museo de Naturaleza y Ciencia de Denver.
Para Philip Currie, otro de los coautores del trabajo, esta nueva especie es un maravilloso ejemplo de todo lo que falta por aprender del mundo de los dinosaurios. “Muchos más emocionantes fósiles esperan a ser encontrados en el Monumento Nacional Grand Staircase -Escalante», señala. Laramidia, una isla-continente perdida
La antigua Laramidia era una masa de tierra de la costa occidental de Norteamérica, formada por un mar poco profundo que inundó la región central del subcontinente, aislando hace entre 95 y 70 millones de años (en el Período Cretácico Tardío) sus porciones oriental y occidental. Se mantuvo así durante 15 millones de años.
Esta isla-continente se extendía desde la Península de Yucatán en México hasta la Cordillera de Brooks en Alaska. Una larga franja de tierra aislada del resto del mundo en la que convivieron dinosaurios evolutivamente diferentes a los de otros continentes.
Según el investigador del NHMU Randall B Irmis, el hábitat del sur de Utah, hace entre 75 y 80 millones de años, era el de una amplia llanura aluvial atravesada por grandes ríos y arroyos que fluían hacia el mar por el este, con montañas al oeste. “El ambiente sería muy cálido y húmedo –no había casquetes polares en ese momento–. Las riberas de los ríos y llanuras de inundación estarían cubiertas por frondosos bosques de coníferas, sicomoros (del género de las higueras) y otras plantas”.
Los dinosaurios y otros animales vertebrados únicos que habitaron Laramidia, como cocodrilos, tortugas, mamíferos, eran muy diferentes a las especies que vivían al mismo tiempo en otros continentes porque este territorio estaba aislado por el océano. Sólo cuando el nivel del mar cambió lo suficiente como para tener conexiones y formar otros continentes, pudieron desplazarse los animales dentro y fuera de Laramidia
En estas condiciones evolucionaron un grupo muy particular de dinosaurios, que incluye a los ceratopsias con cuernos, los pico de pato crestados y los tiranosaurios dominantes. “Cuando los niveles del mar se redujeron, estos dinosaurios de Laramidia volvieron a conectar con el resto del mundo, entrando por el este de América del Norte y Asia a finales del Cretácico”, argumenta Sertich.
Dinosaurios únicos y diferentes norte a sur
Los paleontólogos han determinado recientemente que los dinosaurios del sur de Laramidia (Utah, Nuevo México, Texas y México), a pesar de pertenecer a los mismos grupos, también difieren a nivel de especie de las del norte (Montana, Wyoming, Dakota y Canadá).
Sertich dice: «Lythronax y sus familiares del sur están más estrechamente relacionados entre sí, que con otros del norte de Laramidia. Este nuevo tiranosaurio puede demostrar que esta familia siguió un patrón similar a los que observamos en otros dinosaurios posteriores, con diferentes especies que vivieron en el norte y el sur, al mismo tiempo».
Estos patrones de distribución de los dinosaurios a través de Laramidia llevan a los investigadores a preguntarse qué pudo haber causado esta división. Randall Irmis basándose en análisis de las relaciones evolutivas, edad geológica y distribución geográfica de los tiranosaurios de esta región, opina que se diversificaron hace entre 95 y 80 millones de años cuando el mar interior de América del Norte se encontraba en su punto más ancho.
“La incursión del mar en grandes áreas de baja altitud habría separado pequeñas zonas de tierra, lo que habría permitido que diferentes especies de dinosaurios evolucionaran en aislamiento en diferentes partes de Laramidia”, concluye. Referencia bibliográfica:
Mark A. Loewen, Randall B. Irmis, Joseph J. W. Sertich, Philip J. Currie, Scott D. Sampson. Tyrant Dinosaur Evolution Tracks the Rise and Fall of Late Cretaceous Oceans. PLoS ONE (2013). DOI:10.1371/journal.pone.0079420.
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