Tendencias21

El aura puede ser un fenómeno cerebral

La percepción del aura que muchas personas aseguran ver rodeando a cuerpos y objetos no es el resultado de ningún campo energético particular, sino de una enfermedad neuronal llamada sinestesia. Así lo ha constatado una investigación británica, según la cual los colores que aparecen rodeando los cuerpos en realidad son creados por el cerebro de la persona que los ve. La investigación británica no es concluyente, pero abre nuevas pistas a los trabajos que desde los años sesenta del siglo pasado pretenden determinar si realmente los cuerpos y objetos están rodeados de un campo de energía. Algunos de estos trabajos han sido galardonados con el Premio Nobel. Por Eduardo Martínez.

El aura puede ser un fenómeno cerebral

El aura es un reflejo de luz y color que supuestamente desprenden los cuerpos, apreciable a simple vista sólo por algunas personas. Sobre el aura no existe una evidencia científica concluyente, si bien diversos artículos han relatado en los últimos años experimentos, realizados con instrumentos especialmente sensibles, en los que se habrían detectado indicios de campos energéticos diminutos alrededor del cuerpo humano.

Sin embargo, una investigación realizada ahora por un equipo de investigadores del University College londinense, dirigido por el doctor Jamie Ward, ha establecido que la visión de halos o auras alrededor de los cuerpos humanos, puede deberse a un simple fenómeno de sinestesia o de mezcla de los sentidos.

Según esta investigación, publicada en Cognitive Neuropsychology, la percepción de auras de luz y colores en torno a los objetos no tiene que ver necesariamente con supuestos "campos de energía", sino que puede estar relacionada también con una enfermedad que provoca confusión de los sentidos y que lleva a algunas personas a "ver" sonidos, "escuchar" colores o "saborear" formas.

La sinestesia es una enfermedad neurológica reconocida como tal desde 1970 que se caracteriza por un disfuncionamiento de los sentidos, particularmente de la visión. Entre otras manifestaciones, esta enfermedad lleva a las personas a ver halos de color emanando de los cuerpos humanos, de los objetos e incluso de las palabras impresas sobre un papel.

Campos energéticos… o no

Lo que ha establecido el estudio británico, tal como se explica en un comunicado del University College, es que las personas sinestésicas pueden ver colores en respuesta a personas a las que conocen o como reacción a palabras como "amor" u "odio". Por lo tanto, esos colores no reflejan siempre los supuestos campos energéticos que emiten los organismos, sino que son creados por el cerebro de la persona que ve el halo.

El estudio describe el caso de una joven, identificada sólo por sus iniciales (GW), que veía diferentes colores como reacción a personas que ya conocía. Oír sus nombres ya era suficiente para tener esa sensación.

Los nombres provocaban la aparición de un color que cubría todo el campo de visión de GW, y las personas en cuestión parecían irradiar un aura coloreada. Las palabras asociadas a emociones positivas provocaban la aparición de colores como el rosa, el naranja o el verde, mientras que las que evocaban algo negativo suscitaban otros colores como el negro, el marrón o el gris.

Según estudios que datan de 1966, una de cada dos mil personas es sinestésica, aunque algunos sondeos indican una proliferación mucho mayor de ese fenómeno, ya que muchas personas pueden padecer esta enfermedad y no reconocerla como tal al pensar que los demás ven lo mismo que ellas.

Sinestesia y creatividad

Algunos científicos, como Vilayanur Ramachandran, de la Universidad de California en San Diego, creen que la sinestesia está relacionada directamente con la creatividad, ya sea en la poesía, las artes plásticas o la literatura, tal como explican Ramachandran y E.M. Hubbard en el artículo Synaesthesia—AWindow Into Perception, Thought and Language.

En su opinión, la habilidad humana para relacionar sonidos y objetos puede estar en la base del lenguaje: consideran que la relación entre los sentidos del oído y de la visión pudo haber constituido un paso importante hacia la creación verbal.

Los intentos por explicar los episodios de sinestesia han sido numerosos, si bien no se ha alcanzado todavía ninguna conclusión definitiva. La Universidad de Granada, en España, desarrolla una importante labor de investigación sobre la sinestesia, que también relaciona la visión de colores con la naturaleza de las emociones percibidas.

La revista Nature cita al neurólogo de Washington, Richard Cytowic, autor de un libro sobre sinestesia, para señalar también que la emoción, tal como indican sus colegas británicos y españoles, forma parte realmente de los fenómenos de sinestesia. Cytowic aclara que, si bien la sinestesia puede explicar la percepción del aura, esta suposición no agota otras posibles explicaciones, aunque no deja de ser a sus ojos una propuesta interesante.

El aura puede ser un fenómeno cerebral

Conexiones neuronales defectuosas

Por lo general, los neurólogos relacionan la sinestesia con una serie de conexiones neuronales defectuosas que se habrían originado en la infancia. Dos zonas del cerebro próximas entre sí aparecen relacionadas con esta enfermedad: la parte del córtex asociada a las emociones y la región denominada V4, que descarga sus células cuando está expuesta a colores diferentes.

Sin embargo, las causas de la sinestesia siguen siendo desconocidas y su estudio resulta muy complicado, ya que es imposible medir lo que una persona asegura que está viendo.

La pista genética es otra posible explicación. Phil Merikle, del centro de investigaciones sobre la sinestesia de la Universidad de Waterloo (Ontario), considera que todos somos sinestésicos al nacer, pero que esas supuestas conexiones neuronales defectuosas se resuelven con la edad, a medida que el niño va realizando asociaciones.

En cualquier caso, la investigación británica viene a sumarse a este esfuerzo por conocer si realmente existe un campo energético en torno a los cuerpos y si la percepción de este campo que algunas personas manifiestan, es real o una mera creación subjetiva.

Persisten las dudas

La investigación británica es frágil y necesitará de nuevas comprobaciones, si bien debe ser considerada como una referencia básica para profundizar en el conocimiento del cerebro y de sus mecanismos, así como para el estudio sobre los posibles campos energéticos que supuestamente rodean a los cuerpos.

Estas investigaciones se remontan a mediados del siglo XX. El campo biomagnético del corazón fue medido por primera vez en Nueva York en 1963. Gerhard Baule y Richard McFee, del Departamento de Ingeniería Eléctrica del la Universidad de Syracuse, detectaron el campo biomagnético proyectado por el corazón humano.

Para conseguirlo usaron dos rollos de hilo metálico, cada uno con 2 millones de vueltas, conectados a un amplificador, tal como explicaron en su emblemático trabajo “Detection of the magnetic field of the Heart” (Am Heart J. 1963;66:95-96), referenciado posteriormente por todas las investigaciones desarrolladas sobre los cambos biomagnéticos.

Por la misma época, un descubrimento llevó a Brian Josephson a conseguir el premio Nóbel: con la ayuda del SQUID Magnetomer, un invento suyo, Josephson fue capaz de detectar diminutos campos biomagnéticos asociados con las actividades fisiológicas en el cuerpo. Su trabajo está magníficamente recogido en el Physics Now elaborado por eminentes físicos del International Union of Pure and Applied Physics.

En 1970, David Cohen, Associate Professor of Radiology de la Harvard Medical School, usando también un medidor SQUID magnetometer, confirmo los resultados. Un total de 16 científicos han sido galardonados hasta ahora con el Premio Nobel por sus contribuciones al conocimiento del biomagnetismo.

Campos eléctricos

Por otro lado, se sabe desde hace años que las células y los tejidos tienen propiedades eléctricas que pueden ser detectadas. Entre los años 1920 y 1930, un investigador en la Escuela de Medicina de la Universidad de Yale, Harold Saxon Burr, propuso en su libro “The Fields of Life: Our Links With the Universe” (New York: Ballantine Books, 1972) la teoría de que incluso las enfermedades podían ser detectadas en el campo energético del cuerpo antes de que se manifestaran físicamente.

En Rusia, la investigación científica acerca del campo biomagnético ha conducido a algunos descubrimientos, no exentos de polémica. Uno de ellos es la Cámara Kirlian, que supuestamente capta este campo cuando una parte del cuerpo entra en contacto con una placa fotográfica, la Gas Discharge Visualisation machine (GDV), inventada por el Dr, K. Korotkov. Sobre las posteriores repercusiones de estos trabajos puede verse el Bulletin of the Georgian Academy of Sciences.

Eduardo Martínez de la Fe

Eduardo Martínez de la Fe, periodista científico, es el Editor de Tendencias21.

1 comentario

RSS Lo último de Tendencias21

  • Ya es posible transmitir el tacto a través de Internet 26 junio, 2024
    Un nuevo estándar para la compresión y transmisión del sentido del tacto mediante Internet sienta las bases para la telecirugía, la teleconducción y nuevas experiencias de juego en línea, entre otras aplicaciones. El flamante estándar HCTI (Haptic Codecs for the Tactile Internet) es para el “tacto digital” lo que son JPEG, MP3 y MPEG para […]
    Pablo Javier Piacente
  • Las primeras muestras de la cara oculta de la Luna ya están en la Tierra 26 junio, 2024
    La cápsula de reingreso de la sonda Chang'e-6 de China, que transporta hasta dos kilogramos de materiales extraídos y perforados de la cuenca más antigua de la Luna ubicada en su lado oscuro, aterrizó este martes 25 de junio en la región de Mongolia Interior y fue rápidamente recuperada, según informó la Administración Nacional del […]
    Pablo Javier Piacente
  • La Tierra tendrá dos soles dentro de 1,3 millones de años y durante 60.000 años 26 junio, 2024
    Dentro de 1,3 millones de años, la Tierra tendrá una especie de segundo sol porque la estrella Gliese 710 se acercará a 1,1 años luz de la Tierra y la veríamos del mismo tamaño que Júpiter. Lo malo es que esa alteración cósmica puede provocar un episodio en nuestro planeta como el que acabó con […]
    Eduardo Martínez de la Fe
  • China descubre grafeno natural en la Luna 25 junio, 2024
    Investigadores chinos han descubierto recientemente grafeno natural de escasas capas por primera vez en la Luna, a partir de las muestras traídas a la Tierra por la sonda Chang'e 5. El hallazgo proporciona nuevos conocimientos sobre las actividades geológicas, la historia evolutiva y las características ambientales de la Luna.
    Pablo Javier Piacente
  • Los incendios forestales extremos se duplicaron en los últimos 20 años en todo el planeta 25 junio, 2024
    Una nueva investigación concluye que la frecuencia e intensidad de los incendios forestales extremos se ha más que duplicado en todo el mundo en las últimas dos décadas, debido al calentamiento global antropogénico y otros factores relacionados. Se trata de la primera ocasión en la cual los científicos pudieron trazar una tendencia global para los […]
    Pablo Javier Piacente
  • Detectado en el Mediterráneo el neutrino más energético del universo 25 junio, 2024
    El neutrino más potente jamás observado ha dejado su huella en las profundidades del Mediterráneo, aunque todavía se desconoce de qué rincón del universo procede. Los neutrinos cosmogénicos son los mensajeros de algunos de los eventos más cataclísmicos del cosmos.
    Eduardo Martínez de la Fe
  • La IA identifica seis formas diferentes de depresión 24 junio, 2024
    Los científicos han identificado seis formas biológicamente distintas de depresión gracias a la aplicación de la Inteligencia Artificial (IA) en estudios cerebrales. El hallazgo podría explicar por qué algunas personas no responden a los tratamientos tradicionales para la afección, como los antidepresivos y la terapia psicológica.
    Pablo Javier Piacente
  • La NASA pondrá en órbita una estrella artificial que revolucionará el estudio del Universo 24 junio, 2024
    La NASA encarará un ambicioso proyecto para colocar en órbita una estrella artificial: permitirá la calibración de telescopios a niveles previamente inalcanzables. El proyecto tiene como objetivo mejorar significativamente las mediciones de la luminosidad estelar y abordar varios otros desafíos que dificultan la astrofísica moderna.
    Pablo Javier Piacente
  • Los macacos nos enseñan cómo sobrevivir a un desastre natural 24 junio, 2024
    Los macacos de la isla caribeña de Puerto Rico se volvieron más tolerantes y menos agresivos después del huracán María, que los obligó a compartir la sombra de los árboles para sobrevivir al intenso calor.
    Redacción T21
  • Extrañas formas de vida se ocultan en antiguas cuevas de lava de Hawai 23 junio, 2024
    Científicos estadounidenses han logrado identificar una gran diversidad de especies microbianas únicas, que se han desarrollado en cuevas geotérmicas, tubos de lava y fumarolas volcánicas de la isla de Hawái. Estas estructuras subterráneas se formaron hace entre 65 y 800 años y reciben poca o ninguna luz solar, en ambientes similares a los que pueden encontrarse […]
    Pablo Javier Piacente