Desde el descubrimiento de los restos en 2003, los científicos han debatido si el Homo floresiensis representa una especie de Homo distinta, posiblemente procedente de una población de Homo erectus con enanismo insular, o de un humano moderno enfermedad.
Se ha considerado que el pequeño tamaño de su cerebro se debe a una serie de enfermedades, lo más importante de la condición conocida como microcefalia.
Basándose en el análisis en 3-D de las superficies de los cráneos, los científicos de la Universidad Stony Brook de Nueva York, del Centro Senckenberg de la Evolución Humana, y de la Universidad de Minnesota, entre otros, respaldan de forma convincente la hipótesis de que el Homo floresiensis era una especie Homo distinta. El estudio se publica en la edición de la revista PLoS ONE 10 de julio.
Las preguntas clave, señala la nota de prensa de Stony Brook, son: ¿Representa a una especie de homínidos extintos? ¿Podría ser una población de Homo erectus, cuya estatura pequeña fue causada por el enanismo insular
Morfometría
¿O bien es que la calavera LB1 (del homo floresiensis) pertenece a un humano moderno con un trastorno que dio lugar a un cerebro y cráneo anormalmente pequeños?
Las explicaciones posibles propuestas incluyen la microcefalia, el síndrome de Laron o el hipotiroidismo endémico («cretinismo»).
Los científicos aplicaron los poderosos métodos de morfometría geométrica 3D para comparar la forma del cráneo LB1 (la calavera menos la mandíbula inferior) con muchos fósiles de seres humanos, así como una muestra grande de cráneos humanos modernos con microcefalia y otras condiciones patológicas.
El estudio encontró que el cráneo LB1 muestra mayores afinidades con los fósiles humanos que con los humanos modernos enfermos.
Aunque se encontraron algunas similitudes superficiales entre los fósiles, el LB1 y los cráneos de enfermos, había más características similares entre el LB1 y los fósiles.
Referencia bibliográfica:
Baab KL, McNulty KP, Harvati K. Homo floresiensis Contextualized: A Geometric Morphometric Comparative Analysis of Fossil and Pathological Human Samples. PLoS ONE (2013). DOI:10.1371/journal.pone.0069119.
Hacer un comentario