El Homo erectus de la isla de Java (Indonesia) ya utilizaba conchas de mejillones de agua dulce como herramientas hace medio millón de años, y como lienzo para grabados. Un equipo internacional de investigadores, dirigido por la arqueóloga José Joordens de la Universidad de Leiden (Países Bajos), publicó este descubrimiento ayer en la revista Nature. El descubrimiento proporciona nuevos conocimientos sobre la evolución del comportamiento humano.
«Hasta este descubrimiento, se asumía que grabados comparables sólo habían sido hechos por los humanos modernos –Homo sapiens– en África, a partir de hace unos 100.000 años», señala Joordens, investigadora de la Facultad de Arqueología de la Universidad de Leiden, en la nota de prensa de ésta.
Un equipo de 21 investigadores estudió cientos de conchas fósiles del yacimiento de Homo erectus Trinil, en la isla de Java. Las conchas son parte de la Colección Dubois, conservadas en el Centro de Biodiversidad Naturalis de Leiden. Las conchas fueron excavadas a finales del siglo XIX por el médico e investigador holandés Eugène Dubois, descubridor del Pithecanthropus erectus – ahora conocido como Homo erectus.
Sorpresa
El descubrimiento de un patrón geométrico grabado en una de las conchas fue una sorpresa total. El patrón de zigzag, que sólo se puede ver con iluminación oblicua, es claramente anterior a los procesos de meteorización en la concha que provoca la fosilización. El estudio ha excluido la posibilidad de que el patrón pudiera haber sido causado por animales o por procesos de meteorización naturales y muestra que el patrón de zigzag es obra del Homo erectus.
Mediante la aplicación de dos métodos de datación, investigadores de la Universidad VU (Vrije Universiteit) de Amsterdam y de la Universidad de Wageningen, ambas en los Países Bajos, han determinado que la concha con el grabado tiene como poco 430.000 años y como mucho 540.000. Esto significa que el grabado es al menos cuatro veces más viejos que los grabados más antiguos conocidos hasta ahora, que se encuentran en África.
Habilidad
«Es fantástico que esta concha grabada se haya descubierto en una colección de museo en la que ha estado durante más de cien años. Me imagino que la gente puede preguntarse si esto puede ser visto como una forma temprana de arte», apunta Wil Roebroeks, profesor de Arqueología del Paleolítico en la Universidad de Leiden.
Él fue capaz de financiar esta investigación a largo plazo con su premio NWO Spinoza, el más prestigioso en ciencia de Países Bajos. «En este momento no tenemos ninguna pista sobre el significado o propósito de este grabado», reconoce.
La investigación ha demostrado que los primeros casi-humanos tenían mucha habilidad para abrir estos grandes mejillones de agua dulce: perforaban un agujero a través de la cáscara utilizando un objeto punzante, posiblemente un diente de tiburón, exactamente en el punto donde el músculo mantiene a la concha cerrada.
«La precisión con la que trabajaban estos primeros humanos indica una gran destreza y un conocimiento detallado de la anatomía de los moluscos», explica Frank Wesselingh, investigador y experto en conchas fósiles en Naturalis. Los moluscos se los comían y las cáscaras vacías eran utilizadas para la fabricación de herramientas, como cuchillos.
Este descubrimiento arroja nueva e inesperada luz sobre las aptitudes y el comportamiento del Homo erectus, e indica que Asia es un área prometedora y, hasta el momento, relativamente inexplorada, en la que encontrar fascinantes restos arquiológicos.
La cáscara con el grabado humana más antiguo conocido estará en exhibición en el museo Naturalis a partir de hoy.
Referencia bibliográfica:
Joordens J.C.A., d’Errico F., Wesselingh F.P., Munro S. de Vos, J., Wallinga, J. Ankjærgaard, C., Reimann, T., Wijbrans, J.R., Kuiper K.F., Mücher H.J., Coqueugniot, H., Prié, H.V., Joosten, I., van Os, B., Schulp, A.S., Panuel, M., van der Haas V., Lustenhouwer W., Reijmer J.J.G., Roebroeks, W.: Homo erectus at Trinil on Java used shells for tool production and engraving. Nature (2014). DOI: 10.1038/nature19362.
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