Un equipo internacional de astrónomos ha encontrado una enorme y antiguo agujero negro, formado en el universo temprano, cuya masa es 12 mil millones de veces la del Sol, y que vive en el centro de un cuásar que bombeaba mil billones de veces la energía de nuestro Sol.
El miembro del equipo Fuyan Bian, de la Escuela de Investigación en Astronomía y Astrofísica de la Universidad Nacional de Australia (ANU), explica que el descubrimiento desafía las teorías de cómo se formaron y crecieron los agujeros negros en el universo temprano. «La formación tan rápida de un gran agujero negro es difícil de interpretar con las teorías actuales», señala en la nota de prensa de la universidad.
Un cuásar es una nube muy brillante de material en proceso de ser succionada por un agujero negro. A medida que el material se acelera hacia el agujero negro se va calentando, emitiendo una extraordinaria cantidad de luz que de hecho rechaza el material que estaba cayendo detrás de él.
La observación
Este proceso, conocido como presión de radiación, se cree que limita la tasa de crecimiento de los agujeros negros, explica Bian. «Sin embargo, este agujero negro en el centro del cuásar ganó una cantidad enorme masa en un corto período de tiempo».
El equipo, dirigido por Xue-Bing Wu, de la Universidad de Pekín (China), seleccionó el cuásar entre más de 500 millones de objetos catalogados en el Sloan Digital Sky Survey de los cielos del hemisferio norte, debido a su color rojo característico. A continuación, hicieron un seguimiento con otros tres telescopios para estudiar el objeto en detalle.
Bian espera que se descubran objetos más sorprendentes durante el sondeo SkyMapper de los cielos del sur, actualmente a cargo de la Universidad Nacional de Australia.
«SkyMapper encontrará más de estos interesantes objetos. Debido a que son tan luminosos podemos usarlos para viajar atrás en el tiempo explorar el universo temprano», explica Bian.
Referencia bibliográfica:
Xue-Bing Wu et al.: An ultraluminous quasar with a twelve-billion-solar-mass black hole at redshift 6.30. Nature (2015). DOI:10.1038/nature14241.
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