«Ligero» es un concepto importante en la ingeniería automotriz y también en el sector aeroespacial. Por eso, los fabricantes de automóviles atienden cada vez más a los materiales sintéticos reforzados con fibras. Estas fibras, incrustadas en la matriz sintética, aportan a esta una durabilidad adicional.
En Fórmula 1, lo que se “lleva” principalmente es la fibra de carbono, un polímero no metálico que es cinco veces más ligero que el acero pero que cuenta con una extremada resistencia y que puede ser moldeado de casi cualquier forma. Sin embargo, un inconveniente de la fibra de carbono es su elevado precio. La fibra de vidrio, por su parte, es más barata, pero también más pesada.
Un equipo de científicos de diversos centros de investigación de Alemania, entre ellos el Instituto Fraunhofer, está estudiando ahora la posibilidad de fabricar materiales sintéticos para vehículos incorporando otro tipo de fibras: las fibras naturales o de origen botánico.
Materiales que producirán energía cuando ‘mueran’
En concreto, se proponen usar fibras de cáñamo, lino, algodón y madera que, además de ser tan asequibles como las fibras de vidrio, tienen una densidad menor que estas y que las de carbono. Otra ventaja: Si, al final de su ciclo de vida útil, se incineran, estas fibras naturales pueden producir energía adicional, sin dejar residuos.
La única pega es que aún no se ha conseguido que las fibras de cáñamo y demás no alcancen la durabilidad y la estabilidad de las fibras de carbono. Para resolver este problema, los investigadores han tomado el camino del medio: están combinando las fibras de carbono con diversas fibras textiles de origen biológico, explican en un comunicado del Instituto Fraunhofer.
«Utilizamos las fibras de carbono en aquellas áreas que pueden sufrir una intensa tensión mecánica; en otras, ponemos fibras naturales. De esta manera, aprovechamos las ventajas de cada tipo de fibra y nos deshacemos de las desventajas”, continúan diciendo.
El resultado es rentabilidad, un alto grado de durabilidad, excelentes propiedades acústicas y un producto más ecológico que si estuviera compuesto solo por fibras de carbono.
Los coches biodegradables, cada vez más cerca
Un equipo de investigadores de la Universidad de Sheffield, en el Reino Unido, también está trabajando en una línea similar : en el desarrollo de materiales que, en un futuro, sirvan para fabricar coches biodegradables.
Para ello están combinando resinas sintéticas y fibras naturales de palma aceitera, con el fin de crear materiales resistentes al agua, fuertes y rígidos, que podrán emplearse para la fabricación del fuselaje de los vehículos. Tras un tiempo de vida estos materiales, simplemente, se biodegradarán.
En 2008, Kerry Kirwien, ingeniero de la Universidad de Warwick, en el Reino Unido, daba a conocer el primer coche de carreras fabricado con plásticos biodegradables y propulsado por bioetanol; y, en 2009, AIMPLAS (Instituto Tecnológico del Plástico con sede en Valencia) anunciaba el desarrollo de biomateriales para la automoción, obtenidos del aceite de soja y de fibras naturales, como el lino o el cáñamo.
En 2014, por último, asistimos a la presentación del primer vehículo eléctrico completamente reciclable, hecho con materiales de origen natural, como fibras naturales y bio-resinas. El coche es además muy ligero, y tiene un consumo muy bajo. En su desarrollo participó el Consejos Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de España.
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