En los límites del Sistema Solar se encuentra la llamada “nube de Oort”, una nube esférica en la que flotan cometas u objetos transneptunianos (objetos del Sistema Solar cuya órbita se ubica más allá de la órbita del planeta Neptuno).
Hace 70.000 años, afirma un grupo de astrónomos de EEUU, Europa, Chile y Sudáfrica, la nube de Oort recibió una sorprendente visita: la de una estrella. Esta habría sido la primera vez que un objeto celeste de este tipo se acerca tanto a nuestro Sistema Solar, afirman los científicos.
Hasta ahora, se consideraba que la estrella que más cerca ha estado y está de este es Próxima Centauri, ubicada a 4,2 años luz. La “visitante” se habría acercado a solo 0.8 años luz de la nube.
Visible desde la Tierra hace 70.000 años
La estrella que se acercó entonces al Sistema Solar ha sido bautizada como “estrella de Scholz” y forma parte de un sistema binario de estrellas compuesto por una enana roja de baja masa (de alrededor del 8% la masa del Sol) y una enana marrón (con una masa de alrededor del 6% la del Sol).
Aunque en la actualidad, la estrella de Scholz es una enana roja que está en la constelación de Monoceros, a unos 20 años luz de distancia, hace 70.000 años pudo ser divisada desde la Tierra durante un breve periodo de tiempo.
Esto se debe a que, a pesar de que en el punto más cercano de su sobrevuelo, la estrella de Scholz habría tenido una magnitud 10, imposible de ver a simple vista, este tipo de estrellas pueden sufrir estallidos que las hacen más brillantes.
Claves del descubrimiento
Los astrónomos, liderados por Eric Mamajek de la Universidad de Rochester, en EEUU, alcanzaron estas conclusiones al analizar la velocidad y la trayectoria de la estrella de Scholz. A pesar de encontrarse bastante cerca, unos 20 años luz del Sol, mostraba un movimiento tangencial muy lento.
Para entendernos: La velocidad tangencial es la distancia que recorre una estrella en la bóveda celeste. La “mayoría de las estrellas cercanas muestran un movimiento tangencial mucho mayor”, explica Mamajek en un comunicado de la Universidad de Rochester.
De ambos datos, los científicos infirieron que o bien la estrella se estaba moviendo hacia un futuro encuentro cercano con nuestro Sistema Solar o bien recientemente se había acercado a nuestro Sol, alejándose después.
Resultó que “las mediciones de la velocidad radial fueron consistentes con una visita reciente y cercana en el pasado», afirma el astrónomo. Estas mediciones se realizaron mediante el análisis espectral de la estrella de Scholz, una técnica que permite calcular la velocidad radial con la que las estrellas se alejan o se acercan a la Tierra.
Buscando nuevos visitantes
Los astrónomos consideran que la cercanía de la estrella de Scholz no habría tenido mucho impacto en la Nube de Oort, pero que «otros perturbadores dinámicamente importantes podrían estar al acecho entre las estrellas cercanas».
Se espera que futuros datos del satélite de la ESA, Gaia, sobre las distancias y velocidades de mil millones de estrellas, determine si algunas de estas también se acercaron al Sistema Solar en el pasado o lo harán en un futuro lejano.
Hasta ahora, el principal candidato conocido para un sobrevuelo cercano al Sistema Solar era la estrella HIP 85605. Se había previsto que se acercara dentro de entre 240.000 y 470.000 años. Sin embargo, Mamajek y sus colaboradores han demostrado también que la distancia a la HIP 85.605 ha sido subestimada y que, por tanto, es probable que su trayectoria jamás alcance la nube de Oort.
Referencia bibliográfica:
Eric E. Mamajek, Scott A. Barenfeld, Valentin D. Ivanov, Alexei Y. Kniazev, Petri Väisänen, Yuri Beletsky, Henri M. J. Boffin. The closest known flyby of a star to the solar system. The Astrophysical Journal (2015). DOI: 10.1088/2041-8205/800/1/L17.
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