Tendencias21

La barbilla apareció a medida que el hombre se hizo más colaborativo

La barbilla, un rasgo exclusivo del humano moderno, apareció seguramente a medida que el hombre se volvió más colaborativo, y más interesado por otros humanos. Eso se reflejó en sus rasgos faciales y en la formación del cráneo, lo cual fue dejando espacio para que se formara la barbilla. Así lo creen investigadores de la Universidad de Iowa, que descartan que fuera por motivos mecánicos.

La barbilla apareció a medida que el hombre se hizo más colaborativo

Mire un cráneo de primate o de Neanderthal y compárelo con uno de humano moderno. ¿Nota que falta algo?

Tenemos una característica que los primates, los neandertales, los humanos arcaicos -ninguna especie, para el caso- no poseen: un mentón.

«En cierto modo, parece trivial, pero una de las razones de que la barbilla sea tan interesante es que somos los únicos que la tienen», dice Nathan Holton, que estudia la mecánica y las características craneofaciales en la Universidad de Iowa (EE.UU.), en la información de ésta. «Es algo único».

Una nueva investigación liderada por Holton y sus colegas de la UI plantea que nuestras barbillas no provienen de fuerzas mecánicas como la masticación, sino que son el reusltado de una adaptación evolutiva que involucra el tamaño y la forma de la cara, posiblemente vinculada a cambios en los niveles hormonales a medida que nos volvimos más socialmente domesticados.

El hallazgo, de ser cierto, podría ayudar a resolver un debate que se ha producido de forma intermitente durante más de un siglo: por qué los humanos modernos tienen barbillas y cómo llegaron a aparecer.

Utilizando análisis biomecánicos faciales y craneales avanzados con cerca de 40 personas, medidas desde que eran niños pequeños hasta que fueron adultos, el equipo de UI concluye que las fuerzas mecánicas, incluida la masticación, parecen incapaces de producir la resistencia necesaria para que un hueso nuevo se cree en la mandíbula inferior, o área del mentón.

Más bien, escriben en un artículo publicado en la revista Journal of Anatomy, parece que el surgimiento de la barbilla en los humanos modernos surgió de la geometría simple: A medida que nuestros rostros se volvieron más pequeños -nuestras caras son aproximadamente un 15 por ciento más cortas que las de los neandertales- el mentón se convirtió en una prominencia ósea.

«En resumen, no encontramos ninguna evidencia de que las barbillas están vinculades a la función mecánica y en algunos casos nos encontramos con que las barbillas resisten peor las fuerzas mecánicas a medida que crecemos», dice Holton, profesor ayudante y antropólogo en el Departamento de Ortodoncia de la Facultad de Odontología de la UI. En general, esto sugiere que es poco probable que las barbillas tengan relación con la necesidad de disipar tensiones y deformaciones y que otras explicaciones tienen más probabilidades de ser correctas.»

La barbilla apareció a medida que el hombre se hizo más colaborativo

Estilo de vida

Lo que es más intrigante es que, según los antropólogos de UI liderados por Robert Franciscus, el mentón humano es una consecuencia secundaria de nuestro cambio de estilo de vida, que comenzó hace unos 80.000 años y se aceleró con la migración de los humanos modernos de África unos 20.000 años después.

Lo que ocurrió fue esto: Los seres humanos modernos evolucionaron a partir de los grupos de cazadores-recolectores que estaban más bien aislados unos de otros, a grupos cada vez más cooperativos que formaron redes sociales. Estos grupos más conectados parecen expresarse mejor con el arte y otros medios simbólicos.

Los hombres, en particular, se hicieron más apacibles durante este período, menos proclives a pelearse por el territorio y sus pertenencias, y más dispuestos a hacer alianzas, evidenciadas mediante el intercambio de bienes e ideas, que beneficiaron a todos ellos.

El cambio de actitud estuvo vinculado a niveles hormonales reducidos, en concreto de testosterona, lo que dio como resultado cambios notables en la región craneofacial masculina: Un gran cambio fue que el rostro se hizo más pequeño -se replegó-, un cambio fisiológico que creó una oportunidad natural para que emergiera el mentón humano.

Según Franciscus, uno de los autores del artículo, las mayores relaciones sociales fomentan la innovación, y para que eso suceda, «los hombres tienen que tolerarse mutuamente. Tenía que haber más curiosidad que agresión, y la evidencia de eso se encuentra en la la arquitectura facial». El nuevo estudio refuerza este argumento.

Examen mecánico

Examinando las mediciones periódicas realizadas a los participantes entre los 3 y los 20 años de edad, los investigadores no encontraron evidencias de que fuerzas mecánicas imperceptibles llevaran a la formación de un nuevo hueso en la región del mentón. En lugar de eso, encontraron casi lo contrario: Los individuos con más resistencia mecánica tenían barbillas más similares a las de un niño, es decir, prácticamente no tenían.

Lo que los investigadores observaron es que el «crecimiento» de la barbilla tiene más que ver con la forma en que cada rasgo de en la cara se adapta a medida que aumenta el tamaño de la cabeza, de forma parecida a como se encajarían las piezas en un rompecabezas tridimensional en expansión.

Los niños, por ejemplo, tienen barbillas casi imperceptibles, planas, como las que se ven en los neandertales. Esa prominencia ósea sólo se hace visible a medida que nuestras cabezas y caras alcanzan la edad adulta.

Nariz

Otro estudio de la Universidad de Iowa, publicado hace dos años, explicó que la nariz de los hombres es mayor que la de las mujeres (un 10% más), al menos en la población europea, porque los hombres necesitan coger más aire para alimentar su mayor masa muscular.

Las diferencias en la nariz se empiezan a producir en la pubertad, según el artículo, dirigido también por Nathan Holton, que también explica por qué nuestras narices son menores que las de nuestros antepasados, que tenían mayor masa muscular.

Referencia bibliográfica:

N. E. Holton, L. L. Bonner, J. E. Scott, S. D. Marshall, R. G. Franciscus, T. E. Southard: The ontogeny of the chin: an analysis of allometric and biomechanical scaling. Journal of Anatomy (2015). DOI: 10.1111/joa.12307

RedacciónT21

Hacer un comentario

RSS Lo último de Tendencias21

  • La IA ya está ocupando puestos de trabajo 19 noviembre, 2024
    Desde el auge de la Inteligencia Artificial (IA), y más aún luego de la popularización de ChatGPT y otras aplicaciones de chatbot, la demanda de algunas especialidades laborales relacionadas con la creación de contenidos, la programación o la entrada de datos ha sufrido un importante descenso, según un nuevo estudio. Los resultados confirman que se […]
    Pablo Javier Piacente
  • Crean robots con visión sobrehumana 19 noviembre, 2024
    Un nuevo sistema convierte ondas de radio en imágenes 3D, permitiendo a los robots contar con una visión que supera ampliamente a la humana: logran ver con nitidez en condiciones de niebla, humo o escasa luminosidad, entre otros desafíos que les proponga el entorno. Además, un enfoque centrado en el aprendizaje automático les permite progresar […]
    Pablo Javier Piacente
  • Tenemos que asumir la cultura de la emergencia porque el clima del Holoceno ya no existe 19 noviembre, 2024
    Tres semanas después de la trágica DANA de Valencia, es el momento de tomar decisiones y de considerar la posibilidad de abandonar las zonas inundables, de emigrar a espacios más seguros porque el clima del Holoceno ya no existe. Hemos entrado en un clima nuevo, el Antropoceno, por decenas o centenas de miles de años, […]
    Alejandro Sacristán
  • Una nueva técnica para imprimir el ADN podría revolucionar el almacenamiento de datos 19 noviembre, 2024
    Una metodología desarrollada por un equipo de científicos para escribir datos en ADN funciona como una imprenta y hace que sea más sencillo almacenar datos en el código genético, una alternativa que supera ampliamente a los sistemas tradicionales y podría dejar atrás los graves inconvenientes de acumulación de información que atravesamos actualmente.
    Redacción T21
  • Un videojuego puede eliminar los pensamientos negativos 18 noviembre, 2024
    Un nuevo estudio demuestra la efectividad de una aplicación gamificada para aliviar los síntomas de depresión, al romper los patrones de pensamiento negativo: según los investigadores, los participantes en el estudio experimentaron una reducción sustancial de los síntomas depresivos luego de probar la aplicación de minijuegos interactivos.
    Pablo Javier Piacente
  • El telescopio Webb revoluciona por completo nuestra comprensión del Universo primitivo 18 noviembre, 2024
    Utilizando el Telescopio Espacial James Webb para mirar atrás en el tiempo, hacia los confines más lejanos del Universo, los astrónomos han hallado evidencias sorprendentes de una teoría alternativa de la gravedad y de la formación de las galaxias. En un nuevo estudio, sugieren que las observaciones del telescopio Webb indican que las estructuras en […]
    Pablo Javier Piacente
  • Descubren que la luz puede proyectar sombras sin objetos que se interpongan 18 noviembre, 2024
    En un hallazgo claramente contraintuitivo, un equipo de científicos demostró que un rayo láser a veces puede actuar como un objeto sólido y proyectar una sombra que es visible a simple vista. Los investigadores pudieron revelar que el haz estrecho de un láser, en condiciones específicas, puede proyectar una sombra al interactuar con otro haz […]
    Redacción T21
  • ¿Explica nuestra base genética la victoria de Trump y el auge de la ultraderecha? 18 noviembre, 2024
    Votar por Trump es una decisión primaria del sistema de pensamiento rápido que está en nuestros genes de cazadores-recolectores. Provoca que mucha gente se identifique con un líder negacionista que baja los impuestos sacrificando sanidad o educación. Es una decisión intelectualmente poco elaborada que solo procesa la información que coincide con esa creencia.
    Eduardo Costas | Catedrático de la UCM y Académico de Farmacia
  • El cambio climático está modificando el cerebro de los animales 17 noviembre, 2024
    Las funciones principales del sistema nervioso, o sea la detección de sentidos, el procesamiento mental y la dirección del comportamiento, son críticas para el desarrollo armónico de la vida en la Tierra. Permiten a los animales navegar en sus entornos para facilitar su supervivencia y reproducción, además de hacer posible un equilibrio armónico entre las […]
    Pablo Javier Piacente
  • El misterio del ordenador más antiguo del mundo 16 noviembre, 2024
    En 1901, un grupo de investigadores descubrió en un naufragio un extraño y rudimentario ordenador, que luego se definió como el mecanismo de Antikythera, un artefacto fechado en el siglo II a.C. que se convirtió en el ordenador más antiguo del mundo y hasta apareció en uno de los films de la saga "Indiana Jones". […]
    Pablo Javier Piacente