La polinización que realizan insectos como las abejas y los sírfidos es lo que permite que crezca el 66% de las especies cultivadas por el ser humano en todo el mundo. La mayoría de las especies vegetales silvestres también dependen de esta actividad. Pero hay ciertos factores que la dificultan en gran medida, y por ello un equipo internacional de científicos ve sombrío el futuro del ecosistema tras realizar un estudio al respecto, informa CORDIS.
Un buen ejemplo de las consecuencias de este fenómeno son los agricultores de Sichuan, en China, que ya polinizan los manzanos en flor con varillas hechas con plumas de gallina y filtros de cigarrillos. Y esto ocurre tras tres mil años de agricultura sostenible en esa misma región china, que dista de ser una excepción, puesto que numerosas zonas del mundo, incluida Europa, notan cada vez más la amenaza que se cierne sobre el ecosistema.
El estudio ha contado con fondos del proyecto STEP («Estados y tendencias de los polinizadores europeos»), financiado con cerca de 3,5 millones de euros en el apartado de Medio ambiente del Séptimo Programa Marco (7PM) de la Unión Europea.
El declive
Los investigadores responsables observaron un grave declive en el número de polinizadores y en la función de polinización que cumplen en extensos ecosistemas agrícolas de zonas templadas y tropicales sometidas a una explotación intensa.
Se trata de un fenómeno inquietante para los intereses de los europeos, puesto que, de los 153.000 millones de euros en los que se valora la producción agrícola mundial, 22 000 millones se generan en Europa, toda lo cual depende de la polinización efectuada por los insectos.
Los autores temen que el desenlace de todo ello sea un perjuicio directo en la estabilidad de la producción alimentaria y de los precios de venta. En última instancia, este proceso podría acabar repercutiendo también en la salud de los europeos.
Menos comida
Como señalan los científicos, la menor disponibilidad de frutas y verduras para los consumidores podría traer consigo problemas sanitarios en numerosas partes del mundo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la ingesta de al menos 400 gramos de frutas y verduras per cápita al día.
Diversos estudios han demostrado que más del 50 % de los hogares europeos incumplen esta recomendación. Si el declive de los polinizadores no se resuelve, sin duda este porcentaje no hará sino agrandarse.
Por último, «los polinizadores silvestres contribuyen de manera inestimable al mantenimiento de la diversidad de la flora silvestre», destaca el profesor Ingolf Steffan-Dewenter, de la Universidad de Wurzburgo (Alemania). «Cabe destacar la necesidad de que exista una gama amplia de polinizadores que tengan preferencia por distintas flores y realicen una actividad diaria y estacional diferente, para que la polinización sea adecuada»
«Es muy arriesgado», añade, «limitarse al uso de abejas melíferas domesticadas, que por cierto también se encuentran en declive. Así pues, reviste suma importancia conservar los hábitats de los polinizadores e implantar prácticas que protejan los ambientes agrícolas, para así favorecer los recursos vegetales silvestres y los puntos de anidación de las abejas en esos entornos».
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