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Las obras de arte más antiguas hablan de hambre

Las obras de arte más antiguas hablan de hambre

Las obras de arte más antiguas conocidas hasta el momento, las denominadas “figurillas de Venus”, tienen un origen dramático: reflejan los problemas de alimentación relacionados con una época de hambre.

Las esculturas más antiguas de la humanidad están relacionadas con el cambio climático e inconvenientes en la dieta en un período extremadamente complejo y atravesado por el hambre, de acuerdo a una investigación realizada por científicos del Campus Médico Anschutz de la Universidad de Colorado. De acuerdo a un comunicado, las “figurillas de Venus” fueron creadas en momentos de estrés nutricional extremo.

Se tratan de uno de los primeros ejemplos del arte producido por el hombre, y fueron talladas hace unos 30.000 años. Las enigmáticas esculturas denominadas “figurillas de Venus” desconciertan a la ciencia desde hace casi dos siglos. Ahora, una nueva investigación publicada en la revista Obesity entrega indicios concretos sobre su verdadero origen, que es mucho más dramático con respecto a la mayoría de las suposiciones y teorías que se conocen hasta hoy.

Gran parte de los analistas y expertos sostenían hasta el momento que estas esculturas eran símbolos de belleza o fertilidad, reflejando el ideal femenino de su época de creación. En otras palabras, una obra con fines meramente estéticos. Por el contrario, los especialistas estadounidenses que llevaron adelante el nuevo estudio creen que su motivación fue más urgente y dolorosa: sostienen que representan al cuerpo femenino dotado de las condiciones necesarias para la procreación en un contexto de hambre y necesidades.

La investigación establece que un escenario marcado por las consecuencias de un proceso de cambio climático generó en las sociedades de la época complejas situaciones para la supervivencia. Una alimentación pobre y escasa tenía como resultado mayores inconvenientes de los habituales para que las mujeres pudieran desarrollar a término su embarazo. En cierto modo, las “figurillas de Venus” serían el ideal femenino con las características físicas indicadas como para llegar a dar a luz.

Hambre y cambio climático

En la época de los cazadores-recolectores de la Europa de la Edad de Hielo, momento en el que surgieron estas obras de arte, la obesidad era algo prácticamente inexistente. Un período caracterizado por un descenso abrupto de las temperaturas, en el cual el alimento escaseaba y el hambre era la ley, no conocía del sobrepeso. Sin embargo, las representaciones artísticas expresaban el ideal necesario para la reproducción de la especie y su continuidad.

Según Richard Johnson, autor principal del estudio, “estas obras transmitían ideales de tamaño corporal para mujeres jóvenes, y especialmente para aquellas que vivían cerca de los glaciares. Descubrimos que las proporciones de tamaño corporal eran más altas cuando los glaciares avanzaban, mientras que la obesidad disminuía cuando el clima se calentaba y los glaciares retrocedían», explicó.

En el contexto indicado, la obesidad se convirtió en un ideal a alcanzar. Era promovido en un escenario de escasez, entendiendo que una mujer obesa era capaz de mantener un embarazo hasta el final y culminarlo felizmente en el alumbramiento. Por el contrario, las mujeres más delgadas o jaqueadas por el hambre perdían sus embarazos o incluso perecían en el parto.

En consecuencia, Johnson agregó que “las figurillas surgieron como una herramienta ideológica para ayudar a mejorar la fertilidad y la supervivencia de la madre y los recién nacidos. El arte tuvo una función significativa al enfatizar la salud y la supervivencia, para adaptarse a condiciones climáticas cada vez más austeras y extremas”, concluyó.

Si el arte refleja muchas veces las condiciones sociales, en este caso fue una especie de luz al final del túnel para sociedades que se veían afectadas por la escasez, un clima riguroso y otras condiciones que no eran precisamente esperanzadoras. El ideal de la mujer obesa encarnado en las “figurillas de Venus” era precisamente la esperanza de un futuro posible.

Referencia

Upper Paleolithic Figurines Showing Women with Obesity may Represent Survival Symbols of Climatic Change. Richard J. Johnson et al. Obesity (2020).DOI: http://dx.doi.org/10.1002/oby.23028

Imagen: Richard J. Johnson et al / CU Anschutz.

Pablo Javier Piacente

Pablo Javier Piacente es periodista especializado en comunicación científica y tecnológica.

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