Los autores consideran que los neandertales habrían sido una presa más en la cacería de los miembros de nuestra especie, matando para consumir, o bien, para acabar con la competencia. Desde un punto de vista más ecológico, con los neandertales habría pasado lo mismo que con la megafauna del Cuaternario (mamuts, rinocerontes lanudos, megaterios sudamericanos, etc.), que desapareció por la presión de los Homo sapiens. Así lo recoge la prestigiosa revista Quaternary International en un artículo que firman Bienvenido Martínez-Navarro y Policarp Hortalà del IPHES.
Para los autores, y desde el punto de vista de la estrategia de competencia ecológica de los consumidores de carne, «cualquier muerte del competidor o su depredación, sea con el consumo de la misma o no, tiene dos ventajas: primera, a menos competidores, más presas disponibles, y segunda, a más presas disponibles (incluyendo en esta categoría otros consumidores de carne, como los neandertales), menos competidores», explica Hortolà.
«Esta estrategia no es un comportamiento humano distintivo, sino que está generalizada entre los mamíferos carnívoros, cuando dos especies se superponen», observa el mismo investigador. «Somos una especie única, pero de ninguna manera una especie separada del mundo natural», complementa Martínez-Navarro.
La competencia entre los humanos anatómicamente modernos y los neandertales no ha sido demostrada. Sin embargo, «la expansión geográfica del Homo sapiens -indica Bienvenido Martínez-Navarro – parece haber conducido a una rivalidad directa que llevó a la extinción neandertal».
La rápida dispersión de los humanos modernos
En este sentido, el registro paleontológico y los datos cronométricos obtenidos en la Grotta del Cavallo (sur de Italia) confirman una rápida dispersión de los humanos modernos a través de Europa antes de la desaparición de Homo neanderthalensis. «Un ejemplo de posible competencia por los recursos entre neandertales y sapiens se encuentra en el área limitada que comprende el abrigo neandertal de Mezzena Riparo i la Grotta di Fumane proto-aurinyaciana (norte de Italia)», añade el mencionado paleontólogo.
En el estudio se indica que muy posiblemente los neandertales se extinguieron por las mismas causas que la megafauna, ya que estas especies tienen una muy baja tasa de reproducción y, sometidas a la presión cinegética de un supercazador foráneo con tecnología avanzada como era el Homo sapiens, se iban extinguiendo gradualmente.
Además, hay que tener en cuenta que la tasa de reproducción de Homo neanderthalensis era muy baja, como en todas las especies de homínidos y como en la megafauna. «Por eso, en competencia con Homo sapiens, estaba condenado al ocaso», subraya Martínez-Navarro.
Así, los neandertales fueron parte de los grandes mamíferos potencialmente perseguidos como presas para nuestra especie, del mismo modo que, históricamente, aún lo son los orangutanes, los gorilas y los chimpancés, todos ellos miembros de nuestra propia familia taxonómica. «Lo más posible es que el mismo fenómeno sucediera cada vez que una especie del género Homo tecnológicamente más evolucionada se superpuso a otra tecnológicamente menos avanzada, como el Homo erectus o el Homo floresiensis», indica Hortolà.
Ambos admiten que aunque en la etapa actual de conocimiento del registro arqueológico, el principal supuesto de esta investigación sólo puede ser considerado como una hipótesis de trabajo, «lo que da sentido a la explicación sugerida (el genocidio neandertal debido a la matanza y depredación como parte habitual de la estrategia de la competencia de los sapiens) es consecuencia de nuestro secular comportamiento como primate carnívoro territorial y social».
Referencia
Hortolà, P., Martínez-Navarro, B., 2012. «The Quaternary megafaunal extinction and the fate of Neanderthals: An integrative working hypothesis«. Quaternary International. Doi:10.1016/j.quaint.2012.02.037
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