El Curiosity, el rover de la NASA que llegó a Marte el pasado seis de agosto, ha encontrado en su camino una roca de forma piramidal, más o menos del tamaño de un balón de fútbol, que se convertirá en el primer elemento que examinará su brazo robótico.
La extraña formación geológica ha llamado la atención de los técnicos, por lo que el robot se detendrá unos días para analizarla, informa SINC.
La NASA, por su parte, explica en un comunicado que el recorrido de Curiosity se detuvo, el pasado día 19, con el hallazgo de esta roca, situada a unos 2,5 metros frente al rover.
Curiosity se encuentra ahora mismo a medio camino entre el lugar en que aterrizó y una localización llamada Glenelg.
La piedra encontrada mide unos 25 centímetros de alto y unos 40 centímetros de ancho, y la imagen que se tiene de ella fue registrada por la Navcam, la cámara de navegación del rover.
Acciones para estos días
En los próximos días, el equipo de la NASA planea analizar más exhaustivamente la roca, con el Espectrómetro de rayos X por radiación alfa (APXS) de Curiosity, un instrumento de análisis de muestras con partículas alfa, que permite determinar la composición elemental de los materiales encontrados.
Además, el rover usará una cámara que lleva instalada en su brazo para tomar fotografías más cercanas de la piedra piramidal, informa la NASA en otra nota de prensa.
Los ingenieros de la NASA han bautizado la roca encontrada como Jake Matijevic, en memoria de Jacob Matijevic, el ingeniero jefe de sistemas de operación en superficie del proyecto Curiosity , fallecido el pasado 20 de agosto, a los 64 años de edad.
Matijevic también fue ingeniero jefe en otros proyectos previos de la NASA, como el de los rovers enviados anteriormente a Marte: Sojouner, Spirit y Oportunity.
Otros objetivos por explorar
El rover Curiosity recorre una media de entre 22 y 37 metros diarios por el planeta rojo, lo que para los encargados del proyecto es un “buen ritmo”.
El equipo planea elegir una roca en la zona Glenelg para la primera utilización de la capacidad del rover para analizar polvo extraído por perforación del interior de las rocas.
En el área de Glenelg en la que se encuentra actualmente el vehículo se intersectan tres tipos de terrenos, uno de tonos más claros y otro con más cráteres que el terreno que ahora mismo está atravesando Curiosity.
La zona de tonos claros resulta de especial interés para los ingenieros de la NASA, porque conserva el calor de día a lo largo de la noche, lo que sugiere que es una región con una composición inusual, y que podría albergar más objetivos potenciales de investigaciones.
Estos objetivos están siendo buscados por los suelos de Marte con la Mastcam o Mast Camera del Curiosty, un sistema que proporciona imágenes en múltiples espectros y en color real a través de cámaras con visión estereoscópica (tridimensional).
Las imágenes más recientes tomadas con está cámara han revelado que existen vetas oscuras en las rocas del área Glenelg, lo que ha incrementado el interés de los científicos en esta región.
Estudiando también las lunas marcianas
En días recientes, Curiosity apuntó con la Mastcam al sol y registró imágenes de las dos lunas de Marte, Phobos y Deimos, pasando frente al sol, desde la perspectiva del rover.
Los resultados de las observaciones de este tránsito formarán parte de los datos de un estudio a largo plazo sobre los cambios en las órbitas de las lunas marcianas, en el que también han participado otros rovers de exploración enviados por la NASA a Marte y llegados al planeta rojo en 2004: Spirit y Opportunity.
Por otra parte, durante los dos primeros años de misión de Curiosity, los investigadores utilizarán los 10 instrumentos científicos con los que cuenta el rover para evaluar si el área seleccionada como punto de aterrizaje, dentro del Cráter Gale, ha contado alguna vez con las condiciones ambientales necesarias para la existencia de vida microbiana.
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