Un estudio de la Escuela de Negocios Booth de la Universidad de Chicago (EEUU), publicado en el Journal of Personality and Social Psychology, ha revelado que la gente valora las actividades que les resultan positivas solo cuando están inmersos en ellas, y no tanto antes o después de iniciarlas. Lo mismo resulta con las actividades que les resultan negativas: las lamentan cuando están en medio de ellas, no previamente.
Además, señala la investigación, realizada por la profesora Ayelet Fishbach, las personas tienden a subestimar la importancia de disfrutar al hacer las cosas, antes o después de hacerlas; así cómo hasta que punto el disfrute puede influir en el desempeño de dichas tareas.
Experimentando experiencias
Para alcanzar estas conclusiones, Fishbach y su equipo realizaron seis experimentos que implicaban actividades como hacer ejercicio, visitar un museo o realizar tareas de laboratorio.
Todos los experimentos fueron diseñados para explorar los efectos motivacionales de dos tipos de incentivos: los vinculados a los resultados derivados de terminar una tarea (como la mejora de la salud que conlleva hacer ejercicio) y los vinculados a la experiencia misma (tales como divertirse o relajarse con una sesión de ejercicios físicos).
Los resultados revelaron que las personas valoraban más la experiencia de la actividad que estaban realizando en pleno desarrollo, que cuando a esas personas se les preguntaba desde fuera de la actividad, sin haberla realizado.
Por ejemplo, los que estuvieron en el gimnasio haciendo ejercicio valoraron tener un entrenamiento agradable, en comparación con los que fueron encuestados antes de hacer ejercicio, que valoraron menos este punto. Sin embargo, las personas apreciaron el resultado de la sesión de ejercicios (por ejemplo, en la mejora de su salud) de manera similar dentro y fuera de la actividad.
«Lo que la gente valora a la hora de elegir podría ser diferente de lo que pueden llegar a valorar más adelante, al realizar el ejercicio o actividad», explica Fishbach. «Y si la gente se preocupa de estas cosas, se pueden optar por actividades que al final no seguirán o que no les merezcan la pena».
El disfrute influye más que el dinero
En uno de los experimentos realizados, los investigadores probaron cómo afectaba el grado de diversión de una tarea en la persistencia, y si el disfrute influía más o menos que el dinero en dicha perseverancia.
En este caso, los participantes fueron divididos en dos grupos: uno de ellos debía evaluar las secciones de un manual de ordenador, y el otro las secciones de un libro de chistes. Se les ofreció entre cinco y 10 centavos por cada sección completada. Se constató que el único factor que incrementó el tiempo dedicado a esta tarea lectora fue el nivel de disfrute durante la actividad; y que la cantidad de dinero no influyó en la persistencia.
Implicaciones motivacionales
La investigación tiene implicaciones para empresarios, políticos y otros profesionales que deseen motivar a la gente. “Las personas a dieta, por ejemplo, deben darse cuenta de que deben elegir alimentos no solo bajos en calorías, sino que además les aporten una experiencia culinaria satisfactoria y agradable” (si quieren tener éxito y persistir con su dieta), explica Fishbach.
Asimismo, en el lugar de trabajo, cuando un empleado se imbuya en un proyecto, ese será el mejor momento para que los jefes hagan hincapié en los aspectos gratificantes de dicho proyecto. «Si esto se hace, aumentará su persistencia en la tarea», asegura la investigadora.
Referencia bibliográfica:
Kaitlin Woolley, Ayelet Fishbach. The experience matters more than you think: People value intrinsic incentives more inside than outside an activity. Journal of Personality and Social Psychology, 2015. DOI: 10.1037/pspa0000035.
Hacer un comentario