Una misión de la NASA dirigida por el profesor Christopher Russell, de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), EEUU, ha revelado nuevas imágenes del planeta enano Ceres, el más pequeño de los mundos de nuestro Sistema Solar, ubicado entre las órbitas de Marte y Júpiter.
Las imágenes fueron tomadas por la nave espacial Dawn, misión lanzada por la NASA en 2007. Dawn se encuentra ahora mismo observando Ceres a una distancia de su superficie de unos 4.300 kilómetros. La NASA también ha creado una animación (ver vídeo) de un minuto de duración que arroja nueva luz sobre este planeta misterioso lleno de cráteres.
«Todo lo que aprendamos de Ceres será absolutamente nuevo», explica Christopher Russell en un comunicado de la UCLA. «Nos acercamos a él con un temor y una ignorancia casi totales».
Agua y ¿vida? en Ceres
La visita de Dawn a Ceres, que durará más de un año, comenzó el pasado seis de marzo. Entre julio de 2011 y septiembre de 2012, la misión se ocupó de analizar Vesta, un «planeta menor» que es el segundo cuerpo más masivo del cinturón de asteroides situado entre Marte y Júpiter.
Con los años, los científicos han aprendido cosas sobre las condiciones existentes al inicio del Sistema Solar estudiando meteoritos procedentes de Vesta que han ido cayendo a la Tierra.
Desde Ceres, sin embargo, no nos ha llegado ningún meteorito, lo que indica que ambos cuerpos celestes son muy distintos. Por ejemplo, Dawn ha descubierto escasas evidencias que indiquen la existencia de agua en Vesta. En cambio, en 2014, el observatorio espacial Herschel de la ESA (Agencia Espacial Europea) detectó la primera detección inequívoca de vapor de agua en Ceres. Según Russell, además, este mundo podría tener una cantidad sustancial de agua o hielo bajo su corteza rocosa.
La presencia de agua, afirma el investigador, podría «afectar al tiempo de relajación ( reducción de la ratio entre su profundidad y su diámetro) de los cráteres y montañas de Ceres. Este hecho implicaría una reducción de su altura topografía, en comparación con Vesta; y también afectaría a los minerales presentes en su superficie». Por otra parte, añade Russell, Ceres, a diferencia de Vesta, podría tener una débil atmósfera y tal vez incluso vida.
Propulsión iónica de Dawn
La misión Dawn fue lanzada desde Cabo Cañaveral, Florida, en 2007; y es la primera nave espacial de la NASA que visita un planeta enano. También es la primera que orbita dos cuerpos celestes más allá de la luna.
Los científicos esperan que esta misión proporcione datos sobre la forma de Ceres, su tamaño, su composición, su estructura interna, su evolución tectónica y su evolución térmica; así como información sobre las condiciones en que se formaron Ceres y Vesta.
La nave Dawn está impulsada por una tecnología avanzada de la NASA conocida como propulsión iónica que le permite utilizar el combustible de una forma más de 10 veces más eficiente que los cohetes convencionales. Además, la nave está equipada con dos cámaras de alta resolución, un espectrómetro de cartografía visible e infrarroja (para identificar minerales en la superficie de los planetas); y un espectrómetro de rayos gamma y otro de neutrones, utilizados para revelar la presencia de elementos tales como el hierro o el hidrógeno en el suelo de Ceres y Vesta.
Otros hallazgos
Recientemente, hemos sabido además que, gracias a la misión Dawn, la NASA ha conseguido elaborar un mapa de color de Ceres, que ha revelado la diversidad de su superficie en cuanto a morfología y color. Esta diversidad sugiere que Ceres fue una vez un cuerpo activo y no siempre una roca inerte.
Asimismo, se ha encontrado que Ceres presenta al menos 10 regiones brillantes en su superficie (una especie de puntos luminosos). Al principio, estos puntos sorprendieron a los científicos, pero el pasado mes de mayo el misterio fue desvelado: la NASA informó que se trataba de reflejos de la luz del Sol sobre algún material reflectante -posiblemente hielo- que se encuentra en la superficie del planeta.
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