Neurólogos suizos no sólo han identificado una región del cerebro implicada en los sueños, sino que han podido comprobar que dejar de soñar no afecta necesariamente a la salud. Hasta ahora se pensaba que la ausencia de sueños era un síntoma de enfermedad, pero esta investigación ha abierto nuevas pistas sobre la naturaleza de los sueños a través de una mujer de 73 años que había sufrido un accidente.
El accidente le había afectado al lóbulo occipital, situado en la parte posterior del cráneo. Utilizando el sistema de despertar a la paciente en el momento adecuado, los neurólogos comprobaron que, si bien su sueño paradoxal era normal, la paciente no recordaba haber soñado nada, cuando antes del accidente era capaz de recordar tres o cuatro sueños semanales.
Ello llevó a la conclusión de que el lóbulo occipital está relacionado con la actividad del sueño, ya que la progresiva recuperación de la lesión llevó a la paciente a recuperar sus sueños, si bien a un ritmo inferior al que tenía antes de la lesión.
Pequeña revolución
El descubrimiento constituye una pequeña revolución en la estudio de los sueños, ya que desde los años cincuenta se consideraba estrechamente relacionado el sueño paradoxal con los sueños propiamente dichos, lo que la experiencia de esta paciente cuestiona.
Hoy se sabe que la persona tiene tres estados vitales: un estado de vigilia y dos estados de sueño: el sueño MOR y el sueño NoMOR. El sueño MOR es un estado en el cual los movimientos oculares son rápidos y episódicos.
El MOR se conoce como sueño paradoxal o paradójico debido a que durante su transcurso existe una atonía de prácticamente todos los músculos estriados, excepto los relacionados con la respiración. Sin embargo, existe también el estado de sueño en el que no hay movimientos oculares rápidos, el llamado NoMOR, que tiene una fisiología completamente diferente al MOR.
Los adultos consagran alrededor de una cuarta parte de su tiempo al sueño paradoxal o paradójico, que es un estado más próximo de la vigilia que del sueño profundo. Sin embargo, los bebés dedican ocho horas por día a este modo de sueño, aparentemente relacionado con el rápido desarrollo de su cerebro.
Confirmación por el electroencefalograma
Los resultados de la investigación de los neurólogos suizos se publican en la edición de septiembre de la revista especializada Annals of Neurology, si bien serán necesarias más investigaciones para confirmar las hipótesis que plantean sus autores.
Tal como señalan los autores, la paciente mostraba inicialmente los síntomas derivados de la falta de riego sanguíneo de una parte del cerebro, pero tardaron varios días en descubrir que como consecuencia de esta lesión, la paciente había dejado de soñar. La confirmación se realizó con la ayuda del encefalograma, que puede medir la actividad cerebral y detectar el momento en que una persona dormida está a punto de soñar.
La falta de sueños de la paciente se prolongó durante todo un año, pero ello no impedía que pudiera dormir perfectamente ni que su capacidad intelectual o física se manifestara resentida por esta pérdida de los sueños. Después del primer año de lesión, los sueños volvieron y se estabilizaron en una o más veces por semana.
Dudas sobre los sueños
Tras la publicación del artículo, las dudas han surgido respecto a la real importancia de los sueños. Hasta la primera mitad del siglo XX, se pensaba que el ser humano tenía básicamente dos estados vitales: el de vigilia y el de sueño. Se creía que dormir era un estado de reposo que servía para recuperar las fuerzas perdidas durante la jornada.
La medicina, en consecuencia, se ha dedicado a estudiar el estado de vigilia, aunque en los últimos 30 años se ha venido desarrollando también la medicina del sueño y se han identificado hasta ochenta y cuatro trastornos del sueño diferentes.
Más recientemente, una nueva investigación ha comprobado fehacientemente que el cerebro continúa pensando en los problemas cotidianos cuando alcanzamos el estado de sueño, propiciando el alumbramiento de las soluciones que en ocasiones percibimos al despertar.
El trastorno del sueño de la paciente de los neurólogos suizos viene a arrojar nueva luz sobre estos procesos cerebrales, pero aún estamos lejos de disponer de un conocimiento suficiente sobre lo que es el sueño, dónde se origina realmente, el papel que representa en la vida de las personas y si tienen algún significado, como pretendían Freud y otros teóricos posteriores.
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