Un equipo de geoquímicos de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), EEUU, ha hallado evidencias de que la vida existe en la Tierra desde hace al menos 4.100 millones de años, esto es, 300 millones de años antes de lo que investigaciones previas habían apuntado.
El descubrimiento indica, por tanto, que la vida pudo haber comenzado poco después de que el planeta se formase, hace unos 4.540 millones de años.
Mark Harrison, coautor de la investigación y profesor de geoquímica de la UCLA, explica en un comunicado de dicha Universidad que: «Hace veinte años, esto habría sido una herejía». Sin embargo, afirma, «la vida en la Tierra pudo haber comenzado casi instantáneamente», lo que supondría que «con los ingredientes adecuados, la vida emergería muy rápidamente».
La nueva investigación sugiere incluso que la vida ya existía antes del llamado bombardeo intenso tardío, en el que la Luna y otros cuerpos del Sistema Solar interior sufrieron frecuentes impactos muy violentos de grandes asteroides. Este período habría sido el causante de la mayor parte de los cráteres que actualmente se observan tanto en la Luna como en Mercurio.
También, según algunos científicos, durante este periodo toda la vida en la Tierra habría desaparecido, como consecuencia de dichos impactos. Según Harrison, si esto llegó a ser así, la vida habría vuelto a emerger enseguida .
Durante mucho tiempo, los científicos han creído que, durante ese periodo y por un tiempo extenso, la Tierra fue un planeta seco y desolado. Pero la investigación de Harrison y de sus colaboradores ha demostrado justo lo contrario.
«La Tierra primitiva no era ciertamente un planeta seco e infernal; no hemos encontrado en absoluto ninguna evidencia de ello», señala Harrison. «Probablemente, el planeta era entonces mucho más parecido a lo que es hoy de lo que se pensaba«, asegura. La vida en el universo podría ser abundante
Para alcanzar esta conclusión, los investigadores, dirigidos por la especialista Elizabeth Bell, estudiaron más de 10.000 circones de Australia Occidental de 4.100 millones de años de antigüedad, y originalmente formados a partir de rocas fundidas o magma.
Los circones son minerales pesados y duraderos que capturan y preservan su entorno inmediato, lo que significa que pueden servir como «cápsulas del tiempo».
En total, de esas10.000 muestras, identificaron 656 circones que contenían manchas oscuras, 79 de las cuales analizaron usando una tecnología que se denomina espectroscopia Raman, y que muestra la estructura molecular y química de microorganismos antiguos, en tres dimensiones.
Así fue como hallaron un «quimiofósil» o resto químico de microorganismos de esa antigüedad, en forma de mezcla de isótopos de carbono. Los resultados, explican los investigadores, sugieren «que la vida en el universo podría ser abundante» dado que «en la Tierra, la vida sencilla parece haberse formado rápidamente». A posteriori, sin embargo, habría llevado muchos millones de años que esa vida sencilla evolucionase hasta desarrollar la capacidad de realizar la fotosíntesis. Referencia bibliográfica:
Elizabeth A. Bell, Patrick Boehnke, T. Mark Harrison, Wendy L. Mao. Potentially biogenic carbon preserved in a 4.1 billion-year-old zircon. PNAS /(2015). DOI: 10.1073/pnas.1517557112.
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