A mediados de marzo zarpó de Honolulu, capital de Hawai, el Suntory Marmaid II, un barco que navegará seis mil kilómetros de mar utilizando como combustible sólo la fuerza de las olas.
Se espera que alcance el canal de Kii, que separa las islas japonesas de Honshu y Shikoku, a finales de mayo, y viajará a una velocidad de unos tres nudos, que vienen a ser unos seis kilómetros por hora. Pero el verdadero objetivo de esta travesía será mostrar que un barco ecológico, que usa sólo el movimiento de las olas para impulsarse, realmente puede navegar, informa el New York Times.
Lo capitanea el aventurero japonés Kenichi Horrie, de 69 años de edad, un experto en travesías solitarias, como la que hizo en 1996, año en que viajó entre Ecuador y Tokio completamente solo y sin detenerse, publica The Japan Times.
Cómo funciona el sistema
En esta ocasión, Horrie probará el sistema de propulsión por las olas, que cuenta con tecnología desarrollada por Yutaka Terao, ingeniero del departamento de arquitectura naval e ingeniería oceánica de la Universidad de Tokai, en Japón. La Tsuneishi Forestry Construction Company ha sido la encargada de fabricar la nave.
La embarcación es un catamarán con un sistema de propulsión por las olas situado en la proa del barco, por debajo de la superficie del agua. Este sistema posee dos aletas horizontales y paralelas que captan la energía del movimiento del océano : con cada ola, las aletas se balancean hacia arriba y hacia abajo, de manera similar a como lo hace la cola del delfín. De esta manera, se consigue «tirar » del barco a una velocidad aproximada de tres nudos.
Además de absorber la energía de las olas, estas aletas proporcionan estabilidad y una propulsión más eficiente a la embarcación, según informan sus creadores.
El Suntory Marmaid II también lleva un mástil para desplegar las velas, un motor fuera borda de asistencia en caso de necesidad, y una serie de paneles solares que suministran energía.
Idea antigua
Esta idea de propulsión por las olas no es nueva. De hecho, se aplicó por vez primera en 1895, explica el mencionado artículo del New York Times. En 1988, de hecho, el propio Yutaka Terao y su colega Hiroshi Isshiki realizaron un prototipo con la ayuda de la empresa Hitachi Zosen Corporation, que consistía en una embarcación monocasco, en lugar de los dos cascos del actual modelo.
Entonces, se usó una aleta única de casi cuatro metros que impulsó una nave de la Universidad de Tokai que pesaba 20 toneladas, a una velocidad de dos nudos o 3,7 kilómetros por hora con olas de un metro de altura. Para mejorar esta marca de velocidad, Terao diseñó el mecanismo de doble aleta.
Posteriormente se diseñó el catamarán, que tiene una longitud de casi nueve metros y medio, un ancho de tres metros y medio, y un peso de tres toneladas.
Récord Mundial
En total, Terao ha trabajado en el proyecto durante más de 20 años, con la esperanza de ayudar a que los combustibles fósiles se acaben algún día. El trayecto del Suntory Marmaid II puede seguirse en tiempo real a través de Internet.
Hasta ahora, las pruebas de barcos impulsados por las olas se habían llevado a cabo a pequeña escala o en condiciones simuladas. Esta es la primera vez que una embarcación de semejante peso y propulsada de esta forma recorre miles de kilómetros.
El New York Times señala que este viaje podría por eso mismo batir un récord mundial, al convertirse en el más largo realizado por una embarcación propulsada por las olas. En dos meses y medio se sabrá si finalmente el Suntory Marmaid II ha conseguido su objetivo.
Este no es el único esfuerzo que se está haciendo por tratar de hacer más ecológicos los viajes por mar. Diversas empresas trabajan actualmente en diversos sistemas que, por un lado, ayuden a frenar las emisiones contaminantes derivadas de estos viajes, y por otro, a ahorrar combustible.
Es el caso de KiteShip, que lleva varios años investigando en sistemas alternativos de propulsión basados en el viento, y que ha realizado pruebas con embarcaciones propulsadas con cometas. O el de la compañía escandinava Wallenius Wilhelmsen, que desarrolla un buque carguero propulsado por energía solar, con el viento, las olas y con pilas de hidrógeno.
Por último, Solar Sailor investiga una combinación de la vela solar y del motor diesel, para compaginar ambos medios de propulsión, tal y como explicamos en otro artículo de Tendencias21.
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