El suelo profundo de un cráter que data de alrededor de hace 3.700 millones de años contiene pruebas de que Marte fue una vez mucho más cálido y húmedo que ahora, según el geólogo de la Universidad de Oregon (EE.UU.) Gregory Retallack, que se basa en imágenes y datos capturados por el rover Curiosity.
Los rovers de la NASA han mostrado paisajes marcianos llenos de rocas sueltas procedentes de impactos o extendidas en capas por catastróficas inundaciones, en lugar de los suaves contornos de suelos que suavizan los paisajes de la Tierra. Sin embargo, imágenes recientes de Curiosity del impacto del cráter Gale, explica Retallack en la nota de prensa de la universidad, revelan perfiles del suelo similares a los de la Tierra, con superficies agrietadas bordeadas de sulfato, huecos elipsoidales y concentraciones de sulfato comparables con los suelos de los Valles Secos de la Antártida y el desierto de Atacama de Chile.
Sus análisis aparecen en un artículo publicado en Internet esta semana por la revista Geology, antes de aparecer en la edición impresa de septiembre. Retallack, autor único del artículo, estudió los datos minerales y químicos publicados por investigadores estrechamente vinculados con la misión Curiosity.
Retallack, profesor de ciencias geológicas y co-director de investigación de paleontología en el Museo de Historia Natural y Cultural de la Universidad de Oregón, es un experto de renombre internacional en el reconocimiento de paleosuelos, antiguos suelos fósiles contenidos en las rocas.
"Las fotos fueron la primera pista, pero luego todos los datos encajaron", explica Retallack. "La clave de este descubrimiento ha sido la excelente química y capacidad de análisis mineral del rover Curiosity, que mejora en un orden de magnitud a las generaciones anteriores de rovers. Los nuevos datos muestran tendencias claras de meteorización química y acumulación de barro, a expensas del mineral olivino, como se espera en los suelos de la Tierra. El agotamiento del fósforo que también aparece es especialmente prometedor, ya que en la Tierra fue atribuido a la actividad microbiana".
Los suelos antiguos, dijo, no demuestran que Marte contuviera vida alguna vez, pero se suman a la creciente evidencia de que el Marte primario, más húmedo y caliente, era más habitable de lo que ha sido en los últimos 3 millones de años.
El rover Curiosity está explorando ahora capas topográficamente más altas y geológicamente más jóvenes dentro del cráter, donde los suelos parecen menos propicios para la vida. Para un registro de suelos y vida más antigua en Marte, señala Retallack, se necesitarán nuevas misiones para explorar terrenos más viejos y más arcillosos.
Condiciones más benignas
Ninguna de las características encontradas en estos terrenos antiguos se ve en los suelos superficiales más jóvenes de Marte, afirma Retallack. Su antigüedad, de hace 3.700 millones de años, las coloca en un momento de transición de un "Marte temprano con un ciclo del agua benigno" al "Marte ácido y árido de hoy."
Se cree que la vida en la Tierra surgió y comenzó a diversificarse hace unos 3.500 millones de años, pero algunos científicos han teorizado que las posibles pruebas que podrían demostrar que la vida en la Tierra es más antigua fueron destruidas por las placas tectónicas, algo que no ocurrió en Marte.
Malcolm Walter, del Centro Australiano de Astrobiología, que no participó en la investigación, comenta que el descubrimiento potencial de estos suelos fosilizados en el cráter Gale aumenta drásticamente la posibilidad de que en Marte haya microbios. "Hay una posibilidad real de que haya o haya habido vida en Marte", escribe.
Retallack señaló que Steven Benner, del Instituto Westheimer de Ciencia y Tecnología (Florida) ha especulado que es más probable que la vida se originara en un planeta de suelo como Marte que en un planeta de agua como la Tierra. En un correo electrónico, Benner escribe que el documento de Retallack "muestra no sólo suelos que pueden ser productos directos de una vida marciana temprana, sino también los ciclos de mojado-seco que muchos modelos requieren para el surgimiento de la vida."
Referencia bibliográfica:
G. J. Retallack. Paleosols and paleoenvironments of early Mars. Geology (2014). DOI: 10.1130/G35912.1.
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