El planeta Plutón es un mundo muy lejano, pues su órbita alrededor del sol se encuentra casi 30 veces más alejada que la de la Tierra.
Con una temperatura superficial estimada en alrededor de 229º bajo cero, es demasiado frío para que haya agua líquida en su superficie. Las lunas de Plutón, por su parte, son igualmente gélidas.
A pesar de ello, un nuevo estudio de la NASA propone lo siguiente: analizar si la superficie helada de una de las lunas de Plutón -la gigantesca Caronte-, con el fin de averiguar si esta tiene unas grietas o fracturas. Dichas grietas podrían indicar a su vez que el interior de dicha luna en algún momento fue lo suficientemente cálido como para albergar agua líquida.
El porqué de las grietas
Algunas de las lunas que orbitan a gigantescos planetas del sistema solar presentan superficies agrietadas que prueban la existencia de un océano en su interior. Es el caso de Europa, satélite de Júpiter, y Encélado, que gira alrededor de Saturno.
Estas grietas son debidas a que estas lunas desarrollan órbitas excéntricas alrededor de sus planetas anfitriones (por el tira y afloja entre sus fuerzas gravitacionales), orbitas que ocasionan flexiones en el interior de las lunas y tensiones en sus superficies, que son las que producen las grietas.
Los movimientos interiores, por su parte, provocarían la energía suficiente como para mantener cálidos los interiores de las lunas. Así, aunque heladas en sus superficies, dentro de ellas podría conservarse el agua en estado líquido, explica la NASA en un comunicado.
Un modelo para predecir
El modelo presentado por los científicos de la NASA para el análisis de la superficie de Caronte permitiría predecir las características de sus potenciales grietas y, con ellas, la posibilidad o no de que haya habido agua en estado líquido en el interior de esta luna.
Los análisis se realizarán a partir de julio de 2015, momento en que la nave espacial New Horizons de la NASA visitará -por primera vez en la historia- Plutón y Caronte. A partir de entonces proporcionará las observaciones más detalladas de ambos objetos celestes.
"Nuestro modelo predice diferentes patrones de fractura en la superficie de Caronte, dependiendo del grosor de la superficie de hielo, la estructura del interior de la Luna y la facilidad con que se deforma, así como la evolución de su órbita", detalla Alyssa Rhoden, del Goddard Space Flight Center de la NASA.
Así, "al comparar las observaciones reales de New Horizons sobre Caronte con las distintas predicciones, podremos descubrir si Caronte pudo haber tenido un océano bajo su superficie en un pasado, impulsado por una órbita de alta excentricidad".
Dado que el agua líquida es un ingrediente necesario para las formas de vida conocidas, los océanos de Europa y Encélado son considerados como lugares donde se podría hallar vida extraterrestre. Sin embargo, la vida también requiere una fuente de energía disponible y una amplia presencia de otros muchos de los elementos clave, como el carbono, el nitrógeno y el fósforo.
No se sabe si esos océanos albergarían dichos ingredientes adicionales, o si han existido el tiempo suficiente para que la vida se formase. Estas mismas preguntas se aplicarían a cualquier antiguo océano potencialmente existente bajo la corteza helada de Caronte.
Referencia bibliográfica:
Alyssa Rose Rhoden, Wade Henning, Terry A. Hurford, Douglas P. Hamilton. The interior and orbital evolution of Charon as preserved in its geologic record. Icarus (2014). DOI: 10.1016/j.icarus.2014.04.030.
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