La búsqueda de vida extraterrestre cada vez se aleja más de la ciencia ficción para convertirse en ciencia pura y dura. De hecho, desde hace un tiempo existe una disciplina científica conocida como Astrobiología que aúna astrofísica, biología y geología para la investigación de una posible presencia de vida en el conjunto del Universo.
Esta disciplina, que no tiene nada que ver con la ufología o estudio del fenómeno OVNI, utiliza o planea utilizar la metodología científica y tecnologías punteras en sus análisis.
Por ejemplo, instrumentos de rastreo que detecten señales moleculares de existencia de vida en otros planetas o que registren la contaminación dejada por supuestos organismos extraterrestres en otros mundos.
Ahora, investigadores de la Universidad de Washington (UW, EEUU), del Virtual Planetary Laboratory de dicha universidad, y de la Universidad de Edimburgo (Escocia) se plantean usar un nuevo enfoque para este mismo fin.
Para definirlo, se hicieron la siguiente pregunta: Si en otros planetas existieran organismos que no dependiesen totalmente de la fotosíntesis (como algunos de los organismos terrestres), ¿cómo se verían esos mundos desde distancias astronómicas?
Más allá del “borde rojo”
Para tratar de responder a esta cuestión, los científicos recurrieron a simulaciones informáticas. Así, determinaron que planetas donde abunden organismos con pigmentos no fotosintéticos –esto es, con pigmentos que procesan la luz con fines distintos al de la producción de energía- emitirían señales espectrales lo suficientemente potentes como para ser detectadas por telescopios que en la actualidad ya se están diseñando.
Estas señales serían “huellas” de reflectancia o brillo diferentes a las que emite la vegetación terrestre. Si mirásemos nuestro planeta desde años luz de distancia, veríamos cómo las plantas que lo pueblan le dan un matiz distintivo en el infrarrojo cercano, algo que los científicos denominan “red edge” o “borde rojo”. Esto se debe a la forma en que la clorofila de los vegetales absorbe las ondas de luz.
Otros planetas, en cambio, podrían emitir otros tipos de huellas de reflectancia (procedentes de organismos no fotosintéticos). Si estos tipos de huellas se conocieran, por tanto, podrían servir como indicadores o “biofirmas” de existencia de vida en ellos, explican los científicos en un comunicado de la Universidad de Washington.
Base de datos para el rastreo
Por eso, los investigadores decidieron medir la reflectancia de organismos terrestres con diferentes tipos de pigmentos no fotosintéticos, para definir sus biofirmas y comprender cómo estas se diferencian de las biofirmas de los organismos fotosintéticos.
“Con estos modelos podríamos determinar la posibilidad de detectar dichas firmas en exoplanetas”, afirman. Además, combinando esos modelos con los de otras biofirmas, como las que señalan la presencia de oxígeno o de metano, resultaría más fácil determinar si hay vida o no en otros mundos, concluyen.
El Virtual Planetary Laboratory de la Universidad de Washington cuenta ya con una gran base de datos de espectros y pigmentos de organismos no fotosintéticos disponible al público, a la que se han añadido los datos del presente proyecto, financiado por el Astrobiology Institute de la NASA.
Uno de los investigadores implicados en esta investigación es el astrobiólogo de la Universidad de Edimburgo Charles Cockell que, en 2012, y tras realizar una investigación sobre cráteres terrestres provocados por impactos de asteroides, aseguraba que el subsuelo de los cráteres de Marte «podría ser un lugar prometedor para buscar pruebas de vida».
También colores y microbios
En una línea de trabajo cercana a la del estudio de la UW, científicos de la Universidad de Cornell en EEUU han desarrollado también recientemente un catálogo de colores de la luz que reflejan 137 microorganismos.
La finalidad de esta “lista” es la misma que la de la base de datos de la UW: identificar señales de vida a través del espectro de exoplanetas.
Estos otros investigadores se han fijado en los microorganismos porque creen que estos, capaces de resistir en casi cualquier entorno, podrían ser la forma de vida extraterrestre predominante en otros mundos.
Referencias bibliográficas:
Edward W. Schwieterman, Charles S. Cockell, Victoria S. Meadows. Nonphotosynthetic Pigments as Potential Biosignatures. Astrobiology (2015). DOI: 10.1089/ast.2014.1178.
Siddharth Hegdea, Ivan G. Paulino-Limab, Ryan Kentc, Lisa Kalteneggera, Lynn Rothschilde. Surface biosignatures of exo-Earths: Remote detection of extraterrestrial life. PNAS (2015). DOI: 10.1073/pnas.14212371.
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