¿Cómo enfrentarnos al calentamiento global? En las últimas décadas se ha investigado mucho sobre el cambio climático, en un intento de paliar, evitar y solucionar un hecho que cada vez se hace más evidente: el planeta sufre una subida inusual de su temperatura global como consecuencia de la actividad humana, ajena al peligro que supone la explotación desmesurada de los recursos terrestres y el exceso de la contaminación que generamos.
En un comunicado, la National Academy of Sciences norteamericana advirtió a finales del mes de junio al Congreso de Estados Unidos que el calentamiento global actual no ha tenido precedentes en los últimos 400 años y, posiblemente, ni siquiera en los últimos dos mil años en lo que se refiere al hemisferio norte del planeta.
Un grupo de especialistas en el cambio climático fue tajante al hacer esta afirmación, demostrando que la realidad de la situación se hace patente cada vez más en fenómenos de la naturaleza, como los huracanes inesperados o el deshielo de las regiones polares de la Tierra.
¿Qué hacer para afrontar lo que podría suponer un desastre ecológico, económico y para las especies de todo el planeta? Aparte de las clásicas medidas de reducción de emisión de contaminación o de búsqueda de soluciones sostenibles, otras propuestas han sido lanzadas por los científicos, señala The New York Times: fabricar “sombrillas” especiales y ponerlas en órbita para contrarrestar los rayos solares, o bien conseguir que las nubes reflecten más luz solar hacia el espacio han sido algunas de ellas.
La geoingeniería, de ciencia-ficción a necesidad
Para la National Academy of Sciencies, estas soluciones, unidas sobre todo a la reducción de contaminantes y a la prevención del calientamiento global, deberían comenzar a ser consideradas seriamente. Entrarían en el concepto de geoingeniería o “ingeniería planetaria”, que supone la aplicación de la tecnología con el propósito de influenciar en las propiedades globales de un planeta.
El objetivo sería hacer de planetas deshabitados entornos habitables para la vida, y aunque esto suene a ciencia ficción, lo cierto es que tal vez sea aplicable a la solución de los problemas en la Tierra, que podría llegar a convertirse en un lugar difícilmente habitable como consecuencia del calentamiento global.
Así, diversos científicos han hecho ya sus propuestas de geoingeniería para paliar el efecto de nuestras propias acciones. Partiendo de la idea de que la Tierra reflecta hacia el espacio alrededor de un 30% de la luz solar que alcanza su superficie y absorbe el resto, quizá aumentar la luz que se reflecta podría contrarrestar el calor derivado del efecto invernadero, enfriando así el planeta.
The New York Times se refiere, por ejemplo, al astrónomo Roger P. Angel, de la University of Arizona, que ha diseñado un plan para poner en órbita pequeñas lentes que servirían para refractar la luz del Sol hacia el exterior de la Tierra. Serían trillones de lentes, de alrededor de un metro cada una, muy finas y con un peso ligeramente mayor que el de una mariposa.
Otra idea ha sido la de colocar cintas reflectantes que cubran los desiertos o “islas” de plástico blanco, que se harían flotar en todos los océanos, de manera que se pueda reflectar luz solar hacia el espacio, en lugar de que toda incida sobre la Tierra.
Aparte de la posibilidad de reflejar la luz, los científicos han llegado incluso a concebir que se abone el mar con hierro, lo que produciría que se generaran grandes extensiones de plantas que absorberían el dióxido de carbono y, al morir, lo arrastrarían con ellas hacia el fondo del océano. También la BBC ha dedicado un interesante artículo a las posibilidades de la geoingeniería.
Rechazo y pugna
Sin embargo, numerosos científicos aún rechazan la geoingeniería como posible fuente de soluciones, porque suponen que podría producir más efectos dañinos secundarios que beneficios.
Otros, en cambio, resaltan la importancia de estas novedosas ideas, así como la necesidad de que sean tenidas en cuenta por los gobernantes como remedios de urgencia, puesto que parece que las decisiones globales tomadas –como la del protocolo de Kyoto- no han sido respetadas por todos los países (Estados unidos no lo ha ratificado y China e India jamás lo han respetado).
Algunos especialistas enfatizan la importancia del cumplimiento de las normas medioambientales (así como crear fuentes energéticas alternativas) y que se exija que éstas se respeten, mientras otros señalan que se debe pensar de manera inmediata en alternativas de emergencia, teniendo en cuenta la ausencia de compromiso de algunos países.
Soluciones difíciles y, según algunos especialistas, impracticables, deberían aún así ser consideradas y experimentadas a fondo, por si las necesitamos algún día. De hecho, serían fórmulas únicas para reducir rápidamente el aumento de la temperatura, si llegara el momento en que el calentamiento global fuera irreversible.
Debate antiguo
El debate sobre las aplicaciones de la bioingeniería está en la prensa popular científica de Estados desde mediados de los años noventa, siendo uno de los más significativos el publicado por Popular Science el año pasado, por lo que la aparición del artículo del New York Times del mes pasado debe considerarse como una prolongación de este debate.
El debate sin embargo no es exclusivo de Estados Unidos. Está presente en Europa desde 2004, cuando la BBC y The Guardian publicaron algunos artículos a partir de que el Gobierno británico señalara que el cambio climático es una amenaza mayor que la que representa el terrorismo. El panel del cambio climático se ha referido también a la geoingeniería para evocar soluciones al problema del agua.
Diversas propuestas de geoingeniería han circulado en este contexto y las más importantes han sido recogidas por la American National Academy of Science en el informe Policy Implications of Greenhouse Warming: Mitigation, Adaptation, and the Science Bases, que recomienda medidas correctivas del cambio climático utilizando aeronaves comerciales, militares y privadas. Global Research ha publicado asimismo un interesante análisis crítico de lo que ha dado en llamarse geoingeniería.
Hacer un comentario