En el ámbito de la acústica se puede conseguir un tipo de reversión temporal (RT) que consiste en tomar muestras y registrar un campo acústico determinado, para luego reemitirlo con una cronología invertida. Para alcanzar una experiencia de reversión temporal se utilzan los «espejos de reversión remporal», los cuales muestran y registran un campo acústico incidente, para luego reemitir invirtiendo la cronología.
La RT lleva siendo estudiada desde hace 30 años por Mathias Fink, un científico del Laboratoire Ondes et Acustique (LOA de la Escuela Superior de Física y Química Industrial (ESPCI de Francia. Aunque sus aplicaciones son muy diversas, el Gobierno francés trabaja ahora en el desarrollo de «bazocas» de ondas electromagnéticas, basados en esta tecnología, para neutralizar las señales de antenas o radares enemigos.
Esta técnica consiste, básicamente, en enfocar ondas utilizando matrices de transductores (dispositivos capaces de transformar o convertir un determinado tipo de energía de entrada, en otra diferente de salida) piezoeléctricos que permiten focalizar una onda acústica a través de un medio heterogéneo, pero haciendo un recorrido inverso al de su propagación.
Numerosas aplicaciones
La RT tiene numerosas aplicaciones avanzadas en radares, domótica, armamento o terapias anticancerígenas, entre otros campos. Por ejemplo, según publica Les Echos, el LOA ha aplicado los trabajos de Fink para la localización de defectos en las aleaciones de titanio utilizadas para la fabricación de turbinas.
Por otro lado, el LOA ha experimentado también el uso de la reversión temporal para el tratamiento de cálculos renales. En este caso, se toman las señales que envían las piedras del riñón, más fuertes que las del resto de tejidos, para ampliar su sonido y devolverlas hacia el cálculo con un espejo de reversión temporal, y de esta manera dirigir con exactitud los ultrasonidos, para que la terapia sea más efectiva.
Ahora, la compañía Supersonic Imaging prepara otra técnica a partir de los resultados de la experimentación con cálculos renales, en este caso para el tratamiento de tumores cerebrales.
Pruebas anteriores
Mathias Fink, aunque lleva tres décadas investigando la reversión temporal acústica, había tenido hasta ahora poco éxito en su propio país. Sin embargo, en 1996, el Pentágono promovió el estudio de las aplicaciones del sistema a la transmisión acústica submarina.
Fink viajó entonces a Estados Unidos para participar en una campaña frente a la costa de la isla de Elba que consistió en el envío por parte de un sonar de un sonido agudo de un milisegundo, a una profundidad de 120 metros y con una propagación de 15 kilómetros entre el fondo del mar y la superficie.
Esta experiencia demostró que los transductores podían devolver dicho sonido intacto de nuevo a las cercanías del sonar, lo que supondría una técnica valiosa de comunicación para submarinos por su rapidez de difusión y su discreción.
Fines armamentísticos
Hace algunas semanas, además, la delegación general de armamento (DGA del Ministerio de Defensa francés ha llegado a un acuerdo con el LOA para la investigación en el desarrollo de bazocas de ondas electromagnéticas.
Para ello, el LOA deberá investigar la tecnología de la reversión temporal acústica, pero esta vez con ondas electromagnéticas en lugar de sonoras, para poner a punto emisores capaces de neutralizar o destruir los equipos electrónicos enemigos.
Estos bazocas funcionarían de la siguiente forma: si un radar o una antena enemiga difunden una señal, el espejo del dispositivo de reversión temporal del bazoca la detectaría, la invertiría, la ampliaría y la devolvería al emisario.
Este concepto, que ya se ha validado con ultrasonidos, con ondas electromagnéticas supondría una revolución para las contra-medidas electrónicas, y también para los radares. De hecho, la Marina francesa ya prueba un espejo en el dominio de los ultrasonidos en la rada de Brest que puede distinguir dos objetivos bajo el agua. A su vez, el grupo Thales espera aplicar este principio electromagnético también en el aire.
Paralelamente, Mathias FInk y su equipo, tal como explican esta semana en la revista Science, pretenden aplicar la reversión temporal a las telecomunicaciones por radio, aprovechando la enorme precisión de las ondas de reversión temporal para focalizar una señal específica sobre un espacio concreto, de varios centímetros. Este logro ayudaría al desarrollo de aplicaciones muy discretas de la telefonía o de las comunicaciones itinerantes.
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