Tendencias21

El miedo en el cerebro: nuevas claves

El miedo nos ayuda a sobrevivir pero, si no tiene causa real, puede condicionar mucho la vida cotidiana. Por eso, los científicos se afanan por descubrir el origen neurológico de esta sensación, en ocasiones paralizante. Diversos estudios han aportado información al respecto en los últimos años, que podría impulsar el desarrollo de nuevas estrategias terapéuticas para trastornos como el estrés postraumático. El último revela que existe un circuito neuronal que nos permite distinguir los lugares seguros de los que no lo son. Por Yaiza Martínez.

El miedo en el cerebro: nuevas claves

El miedo es una respuesta orgánica que nos ayuda a sobrevivir, pero si esa respuesta se produce en momentos no necesarios –por ejemplo, en entornos no peligrosos- puede condicionar nuestra vida. Esto es lo que sucede, por ejemplo, a personas que sufren estrés postraumático o ataques de pánico. Por eso resulta importante encontrar la causa cerebral del miedo sin sentido.

En esta dirección, a principios de 2015, un equipo de científicos de la Stony Brook University de EEUU descubrió un circuito neuronal responsable de reconocer y recordar amenazas, así como de activar el cerebro en respuesta a cualquier peligro.

También constató en ratones que dicho circuito –situado en el núcleo paraventricular del tálamo (PVT, por sus siglas en inglés)- se puede “desconectar”, a través de la manipulación de una proteína que modula la plasticidad neuronal (la capacidad de las células cerebrales para reorganizar sus conexiones): el factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF). Con esta manipulación, los ratones sometidos al estudio perdieron sus miedos.

Ahora, se ha producido un nuevo avance en esta misma dirección, gracias a una investigación realizada por científicos del Mortimer B. Zuckerman Mind Brain Behavior Institute de la Universidad de Columbia y del Columbia University Medical Center (CUMC), ambos en EEUU.

Otro circuito involucrado

Lo que ha descubierto este equipo es otro circuito neuronal que ayuda a que el cerebro –de nuevo, de ratones- recuerde qué ambientes son seguros y cuáles son perjudiciales. Asimismo, el estudio también ha revelado qué sucede cuando dicho circuito se interrumpe.

En este caso, el circuito se halló en dos regiones cerebrales interconectadas: el hipocampo y la corteza entorrinal, ambas implicadas en la memoria y en la orientación. Hasta ahora, se sabía que estas áreas se conectaban siguiendo dos vías para formar memorias “de contexto”; pero había una tercera vía de conexión entre ellas cuya función permanecía sin aclarar.

Alrededor del 80% de las neuronas del cerebro son excitatorias -lo que significa que se comunican con otras neuronas a larga distancia-, mientras que el resto de las neuronas (un 20%) son inhibitorias, es decir, actúan localmente para disminuir o detener la actividad neuronal.

En la tercera vía de conexión entre el hipocampo y la corteza entorrinal mencionada, sin embargo, las neuronas funcionan de manera algo extraña: son inhibitorias, pero a través de una distancia relativamente larga. Por eso, estas neuronas han recibido el nombre de proyecciones inhibitorias de largo alcance o LRIPs.

En su trabajo, en primer lugar, los investigadores silenciaron temporalmente las LRIPs en los cerebros de ratones. A continuación, colocaron a los ratones en un espacio en el que se les dio una breve pero dolorosa descarga en las patas. 

Resultados obtenidos

Cuando se reingresó a los ratones en dicho espacio, 24 horas más tarde, los animales recordaron la descarga y exhibieron una respuesta de miedo. Esto indicó que, por tanto, las LRIPs no son necesarias para la formación del recuerdo desagradable.

Sin embargo, cuando estos mismos ratones fueron colocados en un espacio completamente diferente, mostraron una vez más el miedo, lo que sugiere que el silencio de sus LRIPs provocó en ellos una generalización del temor inicial.

Ratones no manipulados –con sus LRIPs funcionando con normalidad- solo mostraron una respuesta de miedo en el espacio donde habían sido agredidos.

Experimentos posteriores con registro de imágenes  de los cerebros de ratones con y sin LRIPs constataron el papel preciso de estas neuronas en estas reacciones o en su ausencia de ellas, informa el Mortimer B. Zuckerman Mind Brain Behavior Institute en un comunicado.

Implicaciones clínicas

Según los investigadores, este hallazgo, aunque preliminar, tendría interesantes implicaciones para nuestro cerebro, pues sugiere que “cualquier alteración en esta vía de actividad (…) podría contribuir a la aparición de formas patológicas de repuesta del miedo”.  

Los autores del estudio de 2015 señalaron, por su parte, que el conocimiento del mecanismo cerebral por ellos descubierto podría impulsar el desarrollo de tratamientos eficaces para ciertos trastornos emocionales en humanos, como la ansiedad, las fobias o el estrés postraumático.

Una tercera investigación realizada en 2014 por científicos de IDIBELL y de la Universidad de Barcelona también arrojó luz sobre el miedo patológico y su relación con el cerebro. Reveló que  cuando pasamos miedo, nuestro cerebro codifica de una manera la memoria del contexto en que hemos tenido esa sensación, y de otra manera la respuesta emocional al peligro.

Con el tiempo, podemos olvidar los detalles de dicho contexto, pero la memoria emocional se perpetúa, por lo que el miedo puede reaparecer donde nadie se lo espera.  Este conocimiento abre la puerta a la investigación de nuevas estrategias terapéuticas para estos trastornos, aseguraron entonces los autores del estudio.

Pánico y miedo útil en el cerebro

Sobre el miedo y el cerebro también se sabe que, cuando esta emoción nos paraliza (lo que se conoce como “quedarse helado” de miedo), se pone en marcha una cadena de conexiones neuronales que vincula el circuito cerebral de supervivencia central a la médula espinal.

Esa cadena de conexiones iría desde la llamada sustancia gris periacueductal (región del cerebro responsable de cómo humanos y animales responden al peligro) a una parte localizada en el cerebelo, llamada pirámide, involucrada en la generación del comportamiento de paralización cuando las redes centrales de la supervivencia se activan, ante situaciones amenazantes innatas o aprendidas. Asimismo, se ha descubierto que en el sentimiento del pánico juegan un papel el tronco cerebral, el diencéfalo o la corteza insular.

En un sentido positivo, el cerebro nos permite anticiparnos a los peligros gracias a la corteza cingulada anterior, una región involucrada en la atención y en las emociones.  Este sistema de alarma se activa a nivel inconsciente y ayuda a reconocer y evitar las situaciones peligrosas. 

Referencia bibliográfica:

Jayeeta Basu, Jeffrey D. Zaremba, Stephanie K. Cheung, Frederick L. Hitti, Boris V. Zemelman, Attila Losonczy, and Steven A. Siegelbaum. Gating of hippocampal activity, plasticity, and memory by entorhinal cortex long-range inhibition. Science (2016). DOI: 10.1126/science.aaa5694.
 

RedacciónT21

Hacer un comentario

RSS Lo último de Tendencias21

  • Ya es posible comprar una porción de luz solar para iluminar nuestras noches 3 septiembre, 2024
    Una startup afirma que pronto permitirá que las personas compren "manchas" de luz solar reflejadas con un espejo satelital gigante, para iluminar cualquier escenario nocturno. La firma ya ofrece "reservar un punto de luz", e incluso ha publicado un video en el cual demuestra su innovador servicio, basado en un satélite de próximo lanzamiento. También […]
    Pablo Javier Piacente
  • La Tierra esconde una enorme y misteriosa estructura en forma de dónut en su núcleo 3 septiembre, 2024
    Científicos australianos han descubierto una gran región en forma de "dónut" previamente desconocida en el núcleo de la Tierra, a unos 2.890 kilómetros bajo la superficie. Se ubica alrededor del ecuador y abarca unos cientos de kilómetros de espesor: en ese sitio, las ondas sísmicas viajan aproximadamente un 2% más lento que en el resto […]
    Pablo Javier Piacente
  • Nanopartículas que cambian de forma abren nuevas fronteras en materiales inteligentes 3 septiembre, 2024
    Nanopartículas que tienen la asombrosa capacidad de cambiar de forma en respuesta a estímulos ambientales podría conducir al desarrollo de recubrimientos y dispositivos que se adaptan dinámicamente a sus entornos, mejorando desde la eficiencia energética hasta la medicina personalizada.
    Redacción T21
  • Los agujeros negros y la materia oscura serían una "herencia" de un Universo previo al Big Bang 2 septiembre, 2024
    De acuerdo a una teoría que sugiere que el Big Bang no fue el principio del Universo, sino el inicio de una nueva fase de expansión en el marco de una eterna sucesión de "rebotes" entre períodos de contracción y expansión, tanto los agujeros negros como la materia oscura podrían ser huellas de una fase […]
    Pablo Javier Piacente
  • Detectan un campo de energía invisible alrededor de la Tierra 2 septiembre, 2024
    Los científicos han confirmado la primera detección exitosa del campo eléctrico ambipolar de la Tierra: se trata de un campo eléctrico débil que atraviesa todo el planeta, tan fundamental como la gravedad y la magnetosfera de la Tierra. Este campo de energía invisible puede haber dado forma a la evolución de nuestro planeta de maneras […]
    Pablo Javier Piacente
  • El Defensor de las Generaciones Futuras se debatirá en el marco de la ONU 2 septiembre, 2024
    La cumbre del futuro que organiza la ONU este mes se septiembre incluye la consideración de los derechos de las generaciones futuras, aunque de una forma genérica, cuando ya es una realidad incipiente en muchos países, entre ellos España, que pretende evitar fracasos futuros como el calentamiento global, la pérdida de biodiversidad y la deuda […]
    Alejandro Sacristán y Fernando Prieto (*)
  • Animales del tamaño de un grano de arena formaron las primeras neuronas hace 800 millones de años 1 septiembre, 2024
    Las primeras neuronas se habrían originado hace 800 millones de años en animales ancestrales que pastaban discretamente en los mares poco profundos de la antigua Tierra. Tenían unas células similares a las neuronas actuales que evolucionaron hasta alumbrar la cognición en animales complejos.
    Eduardo Martínez de la Fe
  • Mariposas y ballenas siguen el mismo patrón matemático para volar o nadar 31 agosto, 2024
    Una fórmula matemática universal describe la rapidez con la que los animales que vuelan o nadan baten sus alas o aletas: la relación entre el tamaño del cuerpo, el área del ala o aleta y la frecuencia de los aleteos sigue la misma ley, a pesar de todas las diferencias biológicas.
    Redacción T21
  • Detectan indicios de posible actividad volcánica pasada en el lado oscuro de la Luna 30 agosto, 2024
    Investigadores chinos han identificado signos de “magmatismo oculto” debajo de la superficie lunar, cerca del sitio de aterrizaje de la sonda Chang'e-6 en el lado oculto de la Luna. El hallazgo arroja nueva luz sobre la historia geológica del satélite natural, ya que podría tratarse de un signo primario de antiguo vulcanismo.
    Pablo Javier Piacente
  • El Atlántico ecuatorial se está enfriando a toda velocidad 30 agosto, 2024
    Un sector significativo del Océano Atlántico cerca del ecuador se ha estado enfriando a velocidades récord, y los científicos no pueden averiguar aún por qué: aunque hay algunas pistas, los especialistas no han logrado explicar todavía cómo el parche frío anómalo, que se limita a un tramo de océano que abarca varios grados al norte […]
    Pablo Javier Piacente