Surendar Mohan, ayudante en el comedor de la escuela de Jawahar Navodiya Vidyalya, mira al sol con total gratitud en este desierto elevado y frío del noroccidente de India. “Ahora las cosas se han vuelto bastante fáciles para nuestros trabajadores. Antes teníamos que usar muchos platos para cocinar arroz, legumbres y verduras, pero ahora los […]
El artículo El sol sonríe en el frío desierto cachemiro fue publicado originalmente en IPS Agencia de Noticias.
Por Athar Parvaiz
LEH, India, Feb 25 2014 (IPS)
Surendar Mohan, ayudante en el comedor de la escuela de Jawahar Navodiya Vidyalya, mira al sol con total gratitud en este desierto elevado y frío del noroccidente de India.
“Ahora las cosas se han vuelto bastante fáciles para nuestros trabajadores. Antes teníamos que usar muchos platos para cocinar arroz, legumbres y verduras, pero ahora los grandes platos solares han facilitado mucho nuestro trabajo”, dice a IPS.
Un sistema de cocción solar por vapor, que emplea cinco platos, puede cocinar para hasta 600 personas de una sola vez.
Ahora la región experimenta el significativo avance de una red de energía solar.
“Aparte de reducir la carga de trabajo, cocinar en platos solares también mejora la calidad de los alimentos”, explica.
El sistema de cocción por energía solar puede preparar hasta 150 kilogramos de arroz, 100 de verduras y 30 de legumbres al mismo tiempo. Más de 570 estudiantes y miembros del personal comen aquí.
“No solo es muy fácil de operar, sino que también nos brinda agua caliente para lavar los platos en la temporada de invierno”, dice Tashi, quien trabaja en el cocina.
Según Mohan, la cocción solar permite a la escuela economizar. “Cada día ahorramos tres cilindros de gas”, señala.
Jigmet Takpa, director de proyectos en la independiente Agencia para el Desarrollo de la Energía Renovable en Ladaj, que instaló este y otros sistemas de cocción solar en esta región desértica, destaca que la escuela ahora puede ahorrar 23.000 dólares al año.
En las últimas décadas, muchas personas de este altiplano árido en el norteño estado indio de Jammu y Cachemira han usado generadores a diésel para iluminación, y queroseno y leña para cocinar y calentar agua.
“Esto no solo contaminó la atmósfera, sino que también implicó un enorme gasto en transporte de diésel, queroseno y leña hacia Ladaj, pues la localidad está aislada del resto de India y tiene un terreno escarpado”, dice Shahid Wani, quien enseña ciencias ambientales en la Universidad de Cachemira.
Actualmente la región es testigo del avance significativo de una red de energía solar. Takpa dice que esto no solo satisfará las necesidades energéticas de los habitantes de Ladaj, sino que además producirá energía para otras regiones de India.
Ladaj es rica en fuentes renovables y se encuentra entre las áreas más promisorias del mundo en materia de desarrollo de proyectos solares.
“Como Ladaj es un desierto frío, no tenemos ningún bosque. Así que toda la madera procede de Cachemira, mientras que que el diésel y el queroseno vienen de India, a un alto costo”, dice Takpa.
Pero ahora, agrega, tras un proyecto del Ministerio de Energías Nuevas y Renovables de India por 87 millones de dólares en Ladaj, las cosas han cambiado con bastante rapidez.
El subsidio de 50 por ciento a artefactos operados con energía solar en el marco del proyecto sedujo a los habitantes de toda Ladaj.
“Cada metro cuadrado de nuestra tierra tiene el potencial de generar 1.200 vatios de electricidad a partir del sol, que es lo máximo en India”, dice Lakpa. “Tenemos más de 320 días despejados y soleados al año”.
“Además, la baja temperatura exterior en Ladaj mejora aún más la eficiencia de los paneles solares. Por este motivo nos consideran los mejores para la energía solar”, añade.
Según Takpa, el programa del Banco del Desierto, del gobierno indio, es el más adecuado para Ladaj. Las autoridades fijaron el objetivo de generar 400.000 megavatios de energía solar entre 2030 y 2050, de los cuales 100.000 megavatios serán generados desde Ladaj, dice.
“Hasta ahora hemos instalado 137 pequeñas centrales solares, para aldeanos que viven en zonas aisladas, monasterios, instituciones educativas y hospitales”, explica.
El impacto de esta iniciativa de energía solar en las vidas de los habitantes de Ladaj ya es visible. Más de 40 aldeas que no tenían electricidad o contaban con fuentes energéticas muy poco confiables ahora disponen de energía solar y de calentadores de agua que también usan esta fuente.
Prácticamente todos los hogares y el hotel de Leh, la capital de Ladaj, tienen un sistema de calentamiento de agua con energía solar, y un aparato solar para cocinar puede verse en el exterior de la mayoría de las viviendas.
“Todo esto redujo mucho la dependencia del diésel, el queroseno y la leña”, dice Wani.
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Fuente : http://www.ipsnoticias.net/2014/02/el-sol-sonrie-e…
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