Un equipo de especialistas eminentes de una variedad de disciplinas académicas se ha unido en torno al objetivo de crear una nueva visión de la vida y el genio de Leonardo da Vinci por medio de modernas tecnologías propias de detectives, incluyendo la ciencia del ADN.
El Proyecto Leonardo busca varias conexiones físicas posibles con Leonardo, aplicando un radar, por ejemplo, en el suelo de una iglesia italiana para ayudar a corroborar una investigación que determinará la probable ubicación de la tumba de su padre y otros familiares. Un académico colaborador también anunció recientemente la localización mediante ADN de varios familiares probables de Leonardo que viven en la actualidad en Italia.
Si les conceden las autorizaciones necesarias, el Proyecto comparará el ADN de los familiares de Leonardo pasados y presentes con restos físicos -el pelo, huesos, huellas dactilares y células de la piel- asociados con la figura renacentista cuya vida marcó el renacimiento de la civilización occidental.
Los objetivos, motivos, métodos y trabajo del proyecto hasta la fecha se detallan en un número especial de la revista Human Evolution, publicado coincidiendo con una reunión del grupo en Florencia esta semana bajo el patronazgo de Eugenio Giani, presidente del Consejo Regional de la Toscana.
Nacido en Vinci, Leonardo murió en 1519, a los 67 años, y fue enterrado en Amboise, al suroeste de París. Su imaginación creativa previó y describió innovaciones cientos de años antes de su invención, tales como el helicóptero y el tanque blindado. Su legado artístico incluye la icónica Mona Lisa y La última cena.
La idea detrás del proyecto, fundado en 2014, ha inspirado y unido a antropólogos, historiadores del arte, genealogistas, microbiólogos y otros expertos de las principales universidades e institutos de Francia, Italia, España -Universidad de Granada-, Canadá y los EE.UU., incluyendo especialistas del J. Craig Venter Institute de California, que fue pionero en la secuenciación del genoma humano.
El trabajo se asemeja a otros como la búsqueda exitosa de la tumba de Miguel de Cervantes y, en marzo de 2015, la identificación del rey de Inglaterra Ricardo III a partir de restos exhumados de debajo de un parking del Reino Unido, y que fue apropiadamente re-enterrado 500 años después de su muerte.
Al igual que Ricardo, Leonardo nació en 1452, y fue enterrado en un entorno que sufrió cambios en los años posteriores de tal manera que la ubicación exacta de la tumba se perdió. Si el ADN y otros análisis producen una identificación definitiva, las técnicas convencionales e informatizadas podrán reconstruir la cara de Leonardo a partir de modelos del cráneo.
Además de la apariencia física de Leonardo, se espera descubrir información sobre sus ancestros, su dieta, su estado de salud, sus hábitos personales, y lugares de residencia.
Más allá de estas cuestiones, y la verificación de los «presuntos restos» de Leonardo en la capilla de Saint-Hubert en el castillo de Amboise, el proyecto tiene como objetivo desarrollar un perfil genético lo suficientemente amplio para comprender mejor sus capacidades y su agudeza visual, que podría proporcionar ideas sobre otros individuos con cualidades notables.
También puede hacer una contribución duradera al mundo del arte, en el que la falsificación es una industria multimillonaria, haciendo avanzar una técnica para extraer y secuenciar el ADN de otras obras de de arte de hace siglos, y los métodos de atribución.
Prudencia
En la revista, señala la nota de prensa de ésta publicada en EurekAlert!, los miembros del grupo subrayan que el enfoque es muy conservador, y apuntan a concluir el Proyecto en 2019 con motivo del 500 aniversario de la muerte de Leonardo.
Por ejemplo, un objetivo es comprobar si las huellas dactilares de pinturas, dibujos y cuadernos de Leonardo pueden producir ADN consistente con el extraído de los restos identificados.
A principios del año pasado, los colaboradores en el Proyecto del Instituto Internacional de Estudios sobre la Humanidad de Florencia abrieron conversaciones con el laboratorio de esa ciudad, donde la Adoración de los Magos de Leonardo ha sido objeto de restauración durante casi dos años, para explorar la posibilidad de analizar el polvo de la pintura en busca de trazas de ADN. Una cuestión crucial es si quedan restos de ADN o si las medidas de restauración y el paso del tiempo han borrado todas las pruebas del contacto de Leonardo.
En preparación para este tipo de análisis, un equipo del Instituto J. Craig Venter y la Universidad de Florencia está examinando las pinturas de propiedad privada que se cree que son de una edad comparable para desarrollar y calibrar con ellas técnicas de extracción y análisis de ADN. En la reunión de este año en Florencia, los investigadores también describieron un esfuerzo pionero para analizar el microbioma de una pintura que se cree que tiene alrededor de cinco siglos de antigüedad.
Si algún día se pudiera obtener ADN humano de la obra de Leonardo y secuenciarlo, el material genético podría entonces compararse con la información genética de los restos óseos u otros que puedan ser exhumados en el futuro.
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