Investigadores de la Universidad de Warwick han creado una nueva técnica de entrenamiento cerebral destinada a disminuir el impacto del denominado mareo por movimiento o mareo al viajar, que afecta a una de cada tres personas en todo el planeta. Según un comunicado, el avance en este campo podría ser sumamente importante frente a la futura popularización de los vehículos autónomos.
El mareo por movimiento supone una pérdida momentánea de condiciones visuales y ubicación espacial, que lleva a la persona a un estado de confusión que limita claramente su potencial de respuesta frente a distintos estímulos, generando también molestos síntomas como falta de equilibrio, nauseas o problemas estomacales. Puede aparecer al transitar en vehículos terrestres, en viajes por mar o hasta cuando se utilizan auriculares de realidad virtual.
También denominado cinetosis, generalmente afecta a los acompañantes y no al conductor, debido a que éste fija su atención en las acciones de manejo y por eso mantiene un mayor nivel de alerta. Sin embargo, hay un pequeño porcentaje de personas que también pueden verse afectadas al conducir. Si pensamos en el conductor de un vehículo, sufrir un episodio de este tipo puede poner en riesgo su propia vida y la de terceros.
Además, en un escenario futuro en el cual los vehículos de conducción autónoma alcancen cierta masividad, el problema podría agravarse ya que todos los ocupantes del vehículo estarían en condiciones de sufrir el mareo por movimiento en la misma proporción. Destinados a tareas como trabajar, ver películas o leer, podrían ser fácilmente víctimas de este fenómeno.
Mejorar las habilidades visoespaciales
Para afrontar este problema en la actualidad y hacia el futuro, los investigadores ingleses han creado un programa de entrenamiento cognitivo que se centra en aspectos visuales y espaciales, potenciando al cerebro para lograr reducir el mareo por movimiento en más del 50%.
Las llamadas habilidades visoespaciales, que integran las condiciones que permiten al cerebro manejar y manipular objetos en escenarios bidimensionales y tridimensionales, tienen un efecto causal sobre la susceptibilidad al mareo por movimiento. Sin embargo, es posible entrenar y mejorar las habilidades visoespaciales, reduciendo de esta forma el impacto del mareo al viajar.
Para desarrollar el nuevo modelo, los especialistas realizaron pruebas y testeos tanto en un simulador de conducción como en carretera, logrando excelentes resultados en ambos contextos. Los participantes fueron sometidos a una evaluación inicial antes de comenzar los viajes, y posteriormente se les solicitó que indicaran la presencia de síntomas como nauseas, malestar general o inconvenientes estomacales a lo largo de toda su experiencia de entrenamiento.
El sistema consiste en una sencilla serie de pautas cerebrales que apuntan a reducir la susceptibilidad personal de cada individuo frente al mareo por movimiento. Si esta clase de herramientas de entrenamiento cognitivo se logran aplicar con eficacia en los ocupantes de los futuros vehículos autónomos, diferentes estudios estiman que la productividad generada por personas trabajando y estudiando en los viajes significaría ingresos extra por más de 430 mil millones de euros al año.
Excelentes resultados
El entrenamiento cognitivo incluye tareas como observar y resolver patrones de rotación de imágenes o solucionar en tiempo real ejercicios y desafíos referidos a cuestiones espaciales. Al concluir los experimentos, los investigadores descubrieron que el mareo por movimiento se redujo en un 51% en el simulador de conducción y en un 58% en la prueba en carretera.
Para finalizar, los expertos esperan optimizar hacia el futuro el diseño de un método breve y de gran impacto. Buscan que esté disponible para pruebas de manejo en nuevos vehículos autónomos, como así también para reducir el mareo al viajar del personal de la marina o los pasajeros de cruceros.
Referencia
A novel method for reducing motion sickness susceptibility through training visuospatial ability. Joseph Smyth, Paul Jennings, Peter Bennett and Stewart Birrell. Applied Ergonomics (2020).DOI:https://doi.org/10.1016/j.apergo.2020.103264
Foto:
Proceso de entrenamiento en un simulador de conducción. WMG, University of Warwick.
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