Tendencias21

Estamos preparados para un mundo que ya no existe

La vida moderna desafía continuamente los ritmos de las funciones corporales. Los trastornos más comunes de los ritmos biológicos son los derivados de cambiar abruptamente la hora del mundo, sin darle tiempo al reloj biológico para cambiar de forma simultánea. Las bases del reloj biológico son genéticas, ya que hay genes que se activan y desconectan periódicamente para gobernar los ritmos fisiológicos, bioquímicos y comportamentales. La cronobiología estudia los ritmos de las funciones corporales para ayudarnos a mejorar la salud y los modos de vida. Por Diego Golombek.

Estamos preparados para un mundo que ya no existe

Entre el día y la noche
hay un territorio inexplorado.
No es sol ni es sombra:
es tiempo.

Octavio Paz

Un mito griego cuenta que Febo (el dios sol) llegó a enamorar a una jovencita de nombre Clythie, que lo observaba embelesada desde la Tierra. Al no ser correspondida, Clythie decidió “plantarse” en la tierra y seguir a Febo. Tanto se tomó en serio el trabajo que al cabo de un tiempo de seguir al sol con su mirada, su cuerpo comenzó a transformarse; sus pies echaron raíces hasta que se convirtió en… un girasol. Nada más parecido a un ritmo biológico: tenemos una planta (lo biológico) que repite un movimiento día a día (lo rítmico).

Algo de esto sabían médicos y filósofos de la Grecia antigua. El poeta Hesíodo escribió hacia el año 700 a.C. que “las enfermedades caen sobre los hombres, algunas de día y otras por la noche”. El mismísimo Hipócrates aconsejaba a los interesados en la medicina “investigar las estaciones del año y lo que ocurre en ellas”. Como consejo práctico, sugería “administrar las purgas de arriba hacia abajo en el verano, y de abajo hacia arriba en el invierno”.

La Cronobiología, que estudia los ritmos en funciones corporales, nació formalmente a mediados del siglo XX, y fue quedando claro todas las funciones fisiológicas, bioquímicas y comportamentales son periódicas (en particular, el hecho de haberse adaptado a un planeta que gira con un período de 24 horas sin duda condicionó a infinidad de ritmos biológicos en plantas y animales a la presencia de esos ritmos diarios).

Como bien predijo Cortázar, “el tiempo entra por los ojos”: es la luz la que pone en hora a unos pedacitos de cerebro que funcionan como relojes y que se llaman núcleos supraquiasmáticos (NSQ). Las bases del reloj son genéticas, es decir, que hay genes que se prenden y se apagan periódicamente para gobernar los ritmos.

Sin embargo, muy recientemente se descubrió la presencia de relojes por todo el cuerpo, aunque su significado no es comprendido (si uno saca los NSQ se pierden los ritmos en general, lo que no ocurre con los osciladores periféricos). Y hay más sorpresas: las bases genéticas de los relojes son bastante parecidas en humanos, ratones… y hasta moscas. Será porque hemos estado relojeando en el planeta desde hace muchísimo tiempo.

Desafío al reloj

La vida moderna desafía continuamente al reloj: estamos preparados para un mundo que ya no existe, con días, noches, estaciones, viajes lentos y tiempos calmos. La luz eléctrica, por ejemplo, alarga los días, y en cierta forma confunde a nuestro sistema temporal y lo obligan a esforzarse para marcar la hora. Los trastornos más comunes de los ritmos biológicos son los derivados de cambiar abruptamente la hora del mundo sin darle tiempo al reloj biológico para cambiar en forma simultánea.

Estamos hablando de casos como el jet-lag, que ocurre luego de volar atravesando varios husos horarios: el viajero que vuele de Buenos Aires a Europa, por ejemplo, requerirá de varios días para que se reloj se adapte a la nueva hora (al decir de García Márquez: “cuando uno vuela a Europa, el alma tarda tres días más en llegar”).

Esto no es muy grave para un turista que en los primeros días de museos y shopping esté un poco mareado, pero para los que viajen por trabajo (o, peor aún, para los pilotos de aviación), resulta todo un problema. Otro caso es el de los trabajadores en turnos rotativos, que pasan una semana en el turno mañana, otra en el turno tarde y otro en el turno noche, para luego comenzar nuevamente.

Se ha comprobado que los trabajadores en estas condiciones se enferman más y sufren mayor cantidad de accidentes de trabajo (algo que ya sabía don Alfredo Palacios allá porla década de 1930, cuando estudió el y el efecto de la fatiga sobre el desempeño de trabajadoras en hilanderías del estado).

Perspectiva médica

La cronobiología ofrece también una perspectiva muy interesante para la medicina: poder optimizar el efecto de los fármacos eligiendo a qué hora del día administrarlos, con resultados asombrosos en alergias, cáncer y muchas otras enfermedades. De esto se ocupa la cronofarmacología, y habrá que estar atentos a las novedades.

Nosotros mismos somos diferentes a lo largo del día, no sólo en cuanto a nuestras funciones internas (hormonas, temperatura, etc.) sino también en nuestro estado de ánimo: “ si yo no estuviera para que se conocieran, mi yo matinal no reconocería a mi yo nocturno” (André Gide).

Muchas enfermedades mentales tienen un claro componente temporal, incluyendo a la depresión y la manía, así como muchos trastornos del sueño se basan en el mal funcionamiento del reloj biológico.

Porque el tiempo, sin duda, no espera a nadie. Y está en todos lados. Hasta dentro nuestro.

Diego Golombek (Buenos Aires, 1964) es licenciado y doctor en Biología de la Universidad de Buenos Aires. Actualmente es profesor en la Universidad de Quilmes, e investigador del CONICET. Dirige el laboratorio de Cronobiología de la Universidad Nacional de Quilmes, y coordina el área de ciencias del Centro Cultural Rojas de la UBA. Ha publicado numerosos trabajos de investigación científica, literatura, ensayo y divulgación científica. Ha trabajado, además, como director de teatro, periodista y músico.

Diego Golombek

Hacer un comentario

RSS Lo último de Tendencias21

  • Piedras de 12.000 años de antigüedad serían la evidencia más antigua del principio mecánico de la rueda 15 noviembre, 2024
    Aunque los arqueólogos ubican la invención formal de la rueda sobre la Edad del Bronce, un nuevo estudio sugiere que este avance podría haberse concretado miles de años antes: el análisis de un conjunto excepcional de más de cien guijarros perforados, descubietos en una aldea de Israel, muestra que estas piedras con 12.000 años de […]
    Pablo Javier Piacente
  • Restauran la visión humana mediante células madre 15 noviembre, 2024
    En un avance vital en el campo de la medicina regenerativa, un trasplante de células madre ha mejorado significativamente la visión de tres personas con daños severos en sus córneas. El ensayo clínico realizado en Japón es el primero en su tipo a nivel mundial, según destacan los investigadores.
    Pablo Javier Piacente
  • La cultura declara también la emergencia climática: así es el movimiento 15 noviembre, 2024
    La cultura mundial se suma al movimiento por la emergencia climática y en España acaba de lanzarse con un manifiesto entre la utopía y la distopía para desafiar las estructuras de poder que ignoran el consenso científico, fracasan en su misión de protegernos y perpetúan el ecocidio.
    Alejandro Sacristán (enviado especial)
  • Crean un arma de rayo de energía inspirada en la Estrella de la Muerte de la saga Star Wars 14 noviembre, 2024
    Científicos chinos afirman haber hecho realidad el arma de haz de energía convergente que utiliza la estación espacial Estrella de la Muerte en la saga Star Wars: el sistema dirige una serie de haces de alta potencia a un solo objetivo. En la práctica, el arma podría tener un impacto letal al permitir desplegar múltiples vehículos […]
    Pablo Javier Piacente
  • Una isla rusa desaparece por completo del mapa en el Ártico 14 noviembre, 2024
    Un grupo de escolares y estudiantes universitarios descubrió que una isla rusa en el Ártico ha desaparecido recientemente, después de comparar imágenes satelitales del área para un proyecto educativo. La Sociedad Geográfica Rusa confirmó la desaparición de la isla helada Mesyatseva, aparentemente como consecuencia de los efectos del calentamiento global y el cambio climático antropogénico.
    Pablo Javier Piacente
  • Descubren cómo nuestro cerebro predice el futuro 14 noviembre, 2024
    El cerebro hace mucho más que procesar información: aprende de experiencias pasadas y hace predicciones sobre el futuro inmediato. Así podemos vivir con seguridad las experiencias cotidianas.
    Redacción T21
  • Descubren una extraña criatura fantasmal desconocida en lo profundo del océano 13 noviembre, 2024
    Un grupo de investigadores ha revelado recientemente una variedad desconocida de nudibranquio, una extraña criatura marina que nada libremente en los mares a más de 2.200 metros de profundidad, iluminada por un brillo bioluminiscente y adornada con una capucha ondulante, que le confieren un aspecto fantasmal. Se trata del primer nudibranquio conocido de su tipo, […]
    Pablo Javier Piacente
  • Nuestros antepasados usaron herramientas hace más de 3 millones de años 13 noviembre, 2024
    Un nuevo estudio que ha analizado los huesos de las manos de australopitecos, simios y humanos revela que el uso de herramientas probablemente evolucionó antes del surgimiento del género Homo: nuestros antepasados homínidos habrían comenzado a dominarlas hace más de 3 millones de años, iniciando una práctica cultural y tecnológica que se creía propia de […]
    Pablo Javier Piacente
  • Es hora de reconstruir una Valencia que sea física, política y económicamente resiliente 13 noviembre, 2024
    La tragedia de Valencia es la suma de la crisis climática y de una gobernanza que ha priorizado el lucro de unos pocos y el crecimiento descontrolado por encima de la seguridad de las personas. Una financiación autonómica injusta y una insuficiente comprensión de los riesgos climáticos que la ciencia anuncia completan una catástrofe anunciada.
    Fernando Valladares, Agnès Delage Amat y Rafael Jiménez Aybar (*)
  • Japón lanza el primer satélite de madera al espacio: ¿un material con futuro? 12 noviembre, 2024
    En el marco de una misión que tiene como objetivo primordial probar la hipótesis sobre la utilidad que podrían tener ciertos tipos de madera en la industria aeroespacial, investigadores japoneses lanzaron recientemente al espacio un pequeño satélite de madera. El equipo experimental fue transportado a la Estación Espacial Internacional (ISS) y se desplegará en órbita […]
    Pablo Javier Piacente