Un equipo de investigadores de la Universidad de Colonia, en Alemania, ha llevado a cabo algunos experimentos innovadores para descubrir los vínculos entre el lenguaje y las emociones; y ha demostrado que la articulación de las vocales influye sistemáticamente en nuestros sentimientos… y viceversa.
En el estudio se examinó si, y en qué medida, el significado de las palabras está vinculado a su sonido. El objetivo específico eran dos casos particulares: el sonido de la vocal ‘i’ larga; y el de la vocal "o" larga y cerrada.
Los científicos Ralf Rummer y Martine Grice, especialistas en psicología y en fonología respectivamente, estaban interesados en saber si estas vocales se producen al pronunciar palabras cargadas positiva o negativamente, en términos de impacto emocional. Para ello, llevaron a cabo dos experimentos, cuyos resultados han aparecido publicados en Emotion, revista de la Asociación Americana de Psicología (apa).
La "i" del ánimo positivo
Según escriben los autores del trabajo en dicha revista: En el primer experimento, los participantes inventaron pseudopalabras y las articularon, tras haber sido condicionados emocionalmente, en un sentido positivo o negativo.
Los sujetos con ánimo positivo produjeron más palabras que contenían la vocal "i", cuya articulación implica el mismo músculo que usamos para sonreír -el músculo cigomático mayor -, explican los investigadores.
Por el contrario, los individuos con un estado de ánimo negativo produjeron más palabras que contenían la "o", que implica al "antagonista" del músculo cigomático mayor, el músculo orbicular de la boca, que sirve para cerrar esta.
Rummer y Grice argumentan que la relación entre el estado de ánimo y la identidad de las vocales estaría relacionada con la actividad muscular orofacial, que proporciona respuesta articular a los hablantes en función de su estado emocional.
Las vocales influyen en nuestro ánimo
El segundo experimento fue diseñado para determinar el efecto de las vocales en el estado de ánimo.
Consistió en que los participantes evaluaran el grado de divertimento de unos dibujos animados al tiempo que articulaban repetidamente bien la "i" bien la "o". Se demostró que los mismos dibujos animados fueron evaluados como "más divertidos" por los sujetos que articularon la "i" que por aquellos que articularon la "o".
Según ha publicado la Universidad de Colonia a través de un comunicado emitido por AlphaGalileo, para elaborar sus pruebas, Rummer y Grice se inspiraron en una configuración experimental desarrollada en la década de 1980 por un equipo encabezado por el psicólogo alemán Fritz Strack.
Estos investigadores instruyeron a diversos sujetos a ver dibujos animados al tiempo que sostenían un lápiz en la boca, de tal manera que el músculo cigomático mayor o su antagonista, el músculo orbicular de la boca, se contraían.
En un primer caso, se pidió a los voluntarios que se colocaran el lápiz entre los dientes, y en un segundo caso, entre sus labios. Se demostró entonces que, cuando el músculo cigomático mayor estaba contraído, los sujetos encontraban los dibujos animados mucho más divertidos. Algo parecido hicieron Rummer y Grice, aunque provocando dichas contracciones mediante la articulación de vocales, en lugar de con un lápiz.
Una posible explicación
Los científicos concluyen, a raíz de sus resultados, que parece que los hablantes aprenden que la articulación del sonido de la "i" está asociada con sentimientos positivos, y a hacer uso por tanto de palabras correspondientes para describir circunstancias positivas. Lo contrario se aplica al uso del sonido de la ‘o’.
Gracias a los resultados de sus dos experimentos, Rummer y Grice creen haber hallado una explicación para un fenómeno muy discutido: La tendencia a más sonidos ‘i’ en palabras con carga positiva (como en "risa") y para sonidos ‘o’ en palabras con carga negativa (como "solo") en muchos idiomas. Según ellos, dicha explicación estaría relacionada, por una parte, con el uso correspondiente de los músculos faciales en la articulación de las vocales y, por otra, con la expresión de las emociones.
Referencia bibliográfica:
Ralf Rummer, Judith Schweppe, René Schlegelmilch, Martine Grice. Mood is linked to vowel type: The role of articulatory movements. Emotion (2014). DOI: 10.1037/a0035752.
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