La misión Euclides de la ESA, diseñada para explorar la cara oculta del Universo – la materia y la energía oscura – alcanzó un importante hito hoy con vistas al inicio de la fase de construcción.
Esta misión fue seleccionada en octubre de 2011 junto a Solar Orbiter como una de las dos primeras misiones de clase-M del programa Cosmic Vision 2015-2025 de la Agencia. Euclides recibió hoy la aprobación final del Comité para el Programa Científico de la ESA para pasar a la fase de construcción, en preparación para su lanzamiento en el año 2020.
El comité también ha formalizado un acuerdo entre la ESA y las agencias de financiación de varios de sus Estados Miembros para el desarrollo de dos de los instrumentos científicos de Euclides: una cámara en la banda de la luz visible y un espectrómetro/cámara en la del infrarrojo cercano, así como del gran sistema de procesamiento distribuido necesario para analizar la gran cantidad de datos que generará esta misión.
Finalmente, el comité ha acordado redactar un memorando de entendimiento entre la ESA y la NASA a través del cual la agencia espacial estadounidense colaborará en la misión proporcionando los detectores de infrarrojos.
El Consorcio Euclides, compuesto por cerca de 1.000 científicos de 100 institutos de investigación, será el responsable del desarrollo de los instrumentos y del aprovechamiento científico de la misión.
Hito para la comunidad científica
“Esta aprobación formal de la misión es un gran hito para la comunidad científica, para sus agencias de financiación y también para la industria europea”, comenta Álvaro Giménez Cañete, Dirección de Ciencia y Exploración Robótica de la ESA.
“Costó mucho trabajo llegar hasta este punto, pero ahora disponemos de un diseño sólido y viable para un telescopio espacial que permitirá realizar medidas de alta precisión y que nos ayudará a comprender mejor la naturaleza de la energía oscura”, comenta Yannick Mellier, líder del Consorcio Euclides.
En los próximos meses, se pedirá a la industria que envíe sus ofertas para suministrar los distintos componentes del satélite, tales como el telescopio, el sistema de potencia eléctrica, el de control de la órbita y de la orientación del satélite o el de comunicaciones.
Telescopio de 1.2 metros
Euclides estará equipado con un telescopio de 1.2 metros de diámetro, y sus dos instrumentos confeccionarán un mapa tridimensional de la distribución de hasta dos mil millones de galaxias, y de la materia oscura que contienen, que según las teorías actuales, podría constituir hasta un tercio de la masa del Universo.
Extendiéndose más de diez mil millones de años-luz, esta misión estudiará la evolución de la estructura del Universo durante tres cuartas partes de su historia.
Euclides ha sido diseñado para encontrar respuestas a una de las cuestiones más importantes de la cosmología moderna: ¿por qué el Universo se está expandiendo de forma acelerada, en lugar de frenarse bajo la acción gravitatoria de la materia que contiene?
El descubrimiento en 1998 de esta aceleración cósmica fue galardonado con el Premio Nobel de Física en el año 2011, aunque todavía se desconocen sus causas.
El término ‘energía oscura’ se utiliza en este contexto para designar a esta misteriosa fuerza que acelera la expansión del Universo. Utilizando a Euclides para estudiar sus efectos sobre las galaxias y los cúmulos de galaxias del Universo, los astrónomos esperan comprender mejor su influencia y su verdadera naturaleza.
“Euclides tratará de encontrar respuestas a las cuestiones cosmológicas del programa Cosmic Vision de la ESA, y es fantástico que esté avanzando a la siguiente fase de desarrollo – hoy estamos un paso más cerca de comprender los secretos más oscuros del Universo”, explica René Laureijs, científico del proyecto Euclides para la ESA.
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