Los seres humanos no podemos vivir más de 150 años y tampoco ser más altos o alcanzar significativos récords deportivos, según un estudio del IRMES (Institut de Recherche bio-Médicale et d’Epidémiologie du Sport) que publica la revista Frontiers in Physiology.
Analizando las tendencias históricas de tres indicadores principales, los récords deportivos mundiales (máximo rendimiento físico), la estatura adulta y la duración máxima de la vida, los investigadores han descubierto que esos indicadores están cayendo desde hace 20 años, confirmando así que los límites biológicos de nuestra especie ya se han alcanzado.
Los autores reseñan que los récords deportivos progresaron considerablemente hasta finales del siglo XX, excepto durante la Primera Guerra Mundial, pero que los últimos datos muestran una ralentización generalalizada, tanto en frecuencia como en mejores marcas, para todos los eventos cronométricos y métricos olímpicos.
Añaden que, a pesar del retraso medio de 30 años entre el comienzo de la competencia deportiva entre hombres y mujeres, los logros de las mujeres también comenzaron a estabilizarse desde mediados de la década de 1980.
Por eso concluyen que, salvo que se produzcan cambios futuros en las reglas deportivas o mejoras tecnológicas significativas, las máximas obtenidas después de una progresión de marcas el siglo pasado, pueden indicar los límites físicos del Homo sapiens.
Esperanza de vida y estatura
Los investigadores señalan además que la esperanza de vida progresó aceleradamente en el siglo pasado, pero que el límite de longevidad lo sigue ostentando la francesa Jeanne Calment, que murió hace 21 años a la edad de 122 años (y 164 días).
Después de Calment, nadie se ha aproximado a esa edad y por eso los investigadores consideran que esta centenaria ha fijado el límite biológico potencial de nuestra especie en términos de longevidad. Desde 1997, nadie ha vivido más de 120 años, destacan los autores.
Respecto a la estatura, recuerdan que mujeres y hombres han ganado, respectivamente, 8 y 9 centímetros en 100 años. Pero que desde hace 30 años, estos indicadores se han estabilizado.
Ya nadie crece más y Holanda se lleva la palma con 1,82 metros para los hombres y 1,68 metros para las mujeres, sin que esos límites se superen desde hace 20 años. Una buena alimentación y los espectaculares progresos médicos explican este progreso de la especie.
Factores ambientales
Constatan asimismo que nuestra especie está en declive debido a los factores ambientales. El calentamiento global, que provoca escasez de recursos y acidificación de los océanos, es una de las causas del estancamiento físico de nuestra especie, y no hay esperanzas de que la situación climática mejore.
La inestabilidad que generan estos cambios es claramente perceptible en el descenso de la estatura en los países afectados por el hambre (Egipto), en la disminución de la esperanza de vida en algunos grupos humanos (mujeres euro-americanas en Estados Unidos, hombres en Rusia); en el aumento del sedentarismo y en el retroceso de la resistencia a enfermedades en los niños observado en la mayoría de los países desarrollados, añade esta investigación.
Ahora, el principal desafío de la especie no es tanto trascender los límites alcanzados, sino mantener los estándares conseguidos a pesar de las adversidades del entorno, como por ejemplo el cambio climático, concluyen los autores.
Este estudio no es el primero que alerta de esta frontera biológica. Un artículo publicado en 2016 en la revista Nature, reveló que la edad máxima alcanzada por la especie se ha establecido en los 115 años y que la posibilidad de superar los 125 años de edad es muy improbable, a tenor de los datos demográficos de unos cuarenta países.
Referencia
Are We Reaching the Limits of Homo sapiens? Frontiers in Physiology, 24 October 2017 | https://doi.org/10.3389/fphys.2017.00812
Hacer un comentario