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La exposición a la naturaleza mejora la salud porque potencia el sistema inmune

Pasar tiempo rodeado de naturaleza proporciona protección contra una gama sorprendente de enfermedades, incluyendo depresión, diabetes, obesidad, TDAH, enfermedades cardiovasculares, cáncer y algunas otras. Pero siempre ha sido un misterio como está exposición al verde conduce a una mejora en la salud. Ahora, una investigadora de medio ambiente y comportamiento de la Universidad de Illinois (EEUU), después de revisar cientos de estudios que examinan los efectos de la naturaleza en la salud, cree que la respuesta está en la capacidad de la naturaleza para mejorar el funcionamiento del sistema inmunológico. Por Irene Benito.

La exposición a la naturaleza mejora la salud porque potencia el sistema inmune

El verde es un color relajante y refrescante que induce a quién lo contempla a sensaciones de serenidad y armonía. Está cercanamente relacionado con todo lo natural, simbolizando la vida, la fertilidad y la buena salud.
 
Se encuentra situado en perfecta neutralidad entre los extremos, rojo y azul, esto proporciona una sensación de seguridad y tranquilidad. El rojo cálido y cercano, el azul frío y lejano, mientras el verde queda en medio de los dos. El rojo es seco y activo, el azul es pasivo y moja, mientras el verde es húmedo y tranquilizador.

El color verde es el color de lo natural y la quintaesencia de la naturaleza. Todo lo sano y natural se asocia con él y es precisamente por esto que se emplea como símbolo de la naturaleza desde la perspectiva de la civilización.

Es un color sedante, hipnótico, anodino. Resulta eficaz en los casos de excitabilidad nerviosa, insomnio y fatiga. Disminuye la presión sanguínea, bajando el ritmo cardíaco. Dilata los capilares aliviando neuralgias y jaquecas. El verde es un color sedativo, ayuda al reposo y fortifica la vista. Trae paz, seguridad y esperanza. Es curativo y renovador. Es fresco y húmedo, induce a los hombres a tener un poco de paciencia.
 
La protección del verde
 
La investigación de la experta en medio ambiente y el comportamiento, Ming Kuo, había encontrado anteriormente evidencias de que pasar tiempo rodeado de naturaleza proporciona protección contra una gran cantidad de enfermedades como la depresión, la diabetes, la obesidad, TDAH, algunas enfermedades cardiovasculares, cáncer y otras muchas más.
 
Ahora, tras revisar cientos de estudios que examinan los efectos de la naturaleza en la salud, Kuo cree que la causa de esta mejoría general está en la capacidad de la naturaleza para mejorar el funcionamiento del sistema inmunológico del cuerpo.
 
Algunas de las investigaciones previas, repasadas en anteriores artículos de este Tendencias21 , realizadas por científicos del Laboratorio de Paisaje y Salud de la Universidad de Illinois, habían concluido que la naturaleza es un componente esencial para una buena salud y un factor influyente en el comportamiento humano.
 
También, Tendencias21 publicó un artículo basado en la revista Observer, de la Association for Psychological Science de Estados Unidos,  donde se revisaban aquellos estudios científicos que han demostrado la importancia de la naturaleza para la salud humana, tanto física como mental.
 
Así, por ejemplo, en los años ochenta del siglo XX, el psicólogo Stephen Kaplan y sus colaboradores de la Universidad de Michigan, en Estados Unidos, fueron de los primeros investigadores que aportaron pruebas científicas sobre dichos efectos.

Asimismo, y gracias a una serie de estudios sobre el fenómeno de la atención, estos científicos descubrieron que la exposición a escenarios naturales tenía un profundo efecto restaurador en la capacidad del cerebro de concentrarse.
 
Los hallazgos de Stephen Kaplan y sus colaboradores llevaron a los investigadores William Sullivan y Ming Kuo a analizar la relación entre la ausencia de un entorno natural y la irritabilidad, que se encuentra relacionada con la atención fatigada. Además, la irritabilidad, a su vez, está asociada a la agresividad.
 
Según todas estas investigaciones, en zonas donde hay espacios verdes, la gente es más generosa y sociable. En cambio, en entornos con menos zonas verdes, la violencia, el crimen y los delitos están mucho más presentes.
 
Así,  el porqué la exposición a los espacios verdes conduce a una mejora en la salud siempre ha sido un misterio, y tras revisar de nuevo estos estudios, Ming Kuo piensa que la respuesta está en la propia naturaleza, que ayuda a mejorar el sistema inmunológico.

Diferentes vías 
 
«Cada parte de investigación en esta área que he podido encontrar, al reunirla con otras, me ha sorprendido, pues me ha llevado al darme cuenta de que podía rastrear hasta 21 posibles relaciones entre la naturaleza y la buena salud y, aún más, me ha sorprendido al darme cuenta de que todas estas relaciones (salvo dos) comparten un denominador común», explica Kuo en un comunicado de la Universidad de Illinois.

Kuo señala además lo importante del papel que juega el sistema inmune en cada una de las enfermedades de las que protege la naturaleza.
 
«Hay que comprender hasta qué punto la naturaleza promueve la salud y por qué la naturaleza tiene tan grandes efectos en la salud», añade. «La naturaleza no sólo tiene uno o dos ingredientes activos. Es más como un complejo multivitamínico que nos provee de todo tipo de nutrientes necesarios. Así es como la naturaleza nos puede proteger de diferentes tipos de enfermedades – cardiovasculares, respiratorias, mentales salud, músculo-esquelético, etc. – al mismo tiempo”.
 
Dejar de luchar
 
«Una manera de entender esta relación entre la naturaleza, la salud y el sistema inmunológico», explica Kuo, «es que la exposición a la naturaleza cambia al cuerpo al modo de descansar y digerir, que es lo contrario al de lucha o huida. Cuando el cuerpo está en este segundo modo, se apaga todo lo que no es esencial en ese momento, incluyendo el sistema inmunológico».
 
En cambio, «cuando nos sentimos completamente seguros, nuestro cuerpo dedica recursos para el largo plazo que conducen a buenos estados de salud, pues ayudan a la construcción del sistema inmunológico. Cuando estamos en la naturaleza en ese estado relajado, y nuestro cuerpo sabe que está seguro, invierte recursos en el sistema inmune».

Arte y entretenimiento ayudan, pero menos
 
Para aquellos que prefieren jugar un juego de mesa o visitar una galería de arte que dar un paseo por el parque, Kuo señala que de actividades de este tipo se pueden obtener los mismos beneficios de restauración que de la naturaleza. De hecho, una investigación de este mismo año ya demostró que la belleza y el placer refuerzan el sistema inmune.

«Si se está absorto y relajado, es probable que el sistema parasimpático esté feliz y que el sistema inmunológico reciba un impulso. Sin embargo, estas actividades interiores agradables no proporcionan la fintocidas, las bacterias mycobacterium vaccae (bacterias no nocivas del suelo), los iones negativos del aire o la vitamina D que se produce gracias a la luz solar, así como otros ingredientes activos que se encuentran al aire libre. Por lo tanto, es de esperar que esas otras actividades proporcionen un impulso menor para la salud del que se obtendría al estar en la naturaleza».
 
Kuo, directora del Laboratorio de Paisaje y Salud Humana de la Universidad de Illinois, espera que su compilación exhaustiva de estudios proporcione un mapa provechoso para los especialistas en este campo.

Referencia Bibliográfica

Ming Kuo. How might contact with nature promote human health? Promising mechanisms and a possible central pathway. Frontiers in Psychology (2015). DOI: 10.3389/fpsyg.2015.01093.

RedacciónT21

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