Un equipo de investigadores de Estados Unidos, Alemania y Canadá ha descubierto algo sorprendente: la musicalidad humana es un lazo que une a todas las culturas del planeta.
Eso significa que cuando en un país alguien entona una canción de amor, esos patrones melódicos se repiten en canciones de enamorados que cualquier otra cultura. Lo mismo pasa con las nanas para dormir a los bebés, las canciones bailables o las canciones guerreras.
Sin saberlo, cuando la creatividad humana se pone en marcha para componer una canción, el cerebro recurre a patrones melódicos comunes que se ajustan al estilo de cada composición.
Esos patrones estarían alojados en alguna parte del cerebro a la que todavía no hemos accedido: los investigadores creen que podría haber algo en nuestro cerebro que entienda la música a nivel universal.
El director de esta investigación, Samuel Mehr, de la Universidad de Harvard, señala en un comunicado que todas las culturas hacen música y usan tipos similares de música en contextos similares, con características consistentes en cada caso.
Por ejemplo, la música de baile siempre es rápida y rítmica, y las canciones de cuna son suaves y lentas, en todo el mundo.
Por con contrario, las canciones relajantes tienden a usar menos notas y más espaciadas que las canciones de amor.
Además, en todas las culturas se compone música tal como ha sido recogido en la escala diatónica occidental: usan series de ocho sonidos, siendo el último la repetición del primero en su octava.
Según Mehr, eso significa que, aunque no nos demos cuenta, hay propiedades universales en la música que, seguramente, reflejan aspectos profundos de la cognición humana: existe una musicalidad humana fundamental.
Sustrato musical común
Esta investigación desarrolla otra anterior, realizada en parte por el mismo equipo, según la cual existe un sustrato musical común que trasciende a todas las culturas, lo que confirma que el lenguaje de la música es universal.
Eso nos permite reconocer una nana o una canción romántica de cualquier cultura en sólo 14 segundos: nos despiertan las mismas emociones, independientemente de la cultura que compartamos en un grupo, tal como informamos en otro artículo.
La nueva investigación confirma algo que suponía la anterior: la psicología humana produce patrones musicales básicos que trascienden las profundas diferencias que puedan existir entre culturas.
Esto explica por qué nuestras respuestas emocionales y conductuales a los estímulos estéticos son notablemente similares en poblaciones ampliamente divergentes.
Resultados más contundentes
Hay una diferencia fundamental entre ambas investigaciones. La anterior se basó en el testimonio de 750 usuarios de Internet distribuidos en 60 países.
La nueva investigó analizó 118 canciones de 86 culturas que abarcaban 30 regiones geográficas.
También estudió una gran base de datos etnográfica de 315 culturas, que incluían 5.000 canciones procedentes de otras 60 culturas situadas en 30 regiones geográficas.
Como resultado, los investigadores dispusieron de una amplia base de datos a partir de la cual pudieron realizar referencias cruzadas para descubrir patrones o paralelismos según los tipos de cada canción.
Los resultados de esta investigación son por ello mucho más consistentes que los de la investigación anterior.
Pilares fijos
Tudor Popescu, de la Universidad de Viena, explica el resultado obtenido por Mehr: “La musicalidad humana se basa fundamentalmente en un pequeño número de pilares fijos: son predisposiciones codificadas que nos brinda la antigua infraestructura fisiológica de nuestra biología compartida. Estos ‘pilares musicales’ se ‘sazonan’ con los detalles de cada cultura individual, dando a la hermosa variedad caleidoscópica que encontramos en la música mundial.»
Es decir, es nuestro cerebro existe una infraestructura fisiológica compartida que comprende predisposiciones musicales codificadas según la finalidad de cada canción. Esos patrones musicales se adornan después con los elementos de cada cultura para alumbrar la música de cada lugar.
En consecuencia, debemos asumir que la musicalidad es uno de los aspectos compartidos de la cognición humana. «Así como se dice que los países europeos están unidos en la diversidad, también la mezcla de la musicalidad humana une a todas las culturas del planeta», concluye Tudor Popescu.
Referencias
Universality and diversity in human song. Samuel A. Mehr et al. Science 22 Nov 2019: Vol. 366, Issue 6468, eaax0868. DOI: 10.1126/science.aax0868
The world in a song. W. Tecumseh Fitch, Tudor Popescu. Science 22 Nov 2019:Vol. 366, Issue 6468, pp. 944-945. DOI: 10.1126/science.aay2214
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