El video registra el sonido de la magnetosfera tanto durante un momento tranquilo (primera parte) como durante una tormenta solar (el cambio es signiticativo).
Los científicos han conseguido grabar el canto de la Tierra cuando sufre el ataque de una tormenta solar.
Una tormenta solar, o eyección de masa coronal, ocurre cuando el Sol dispara una explosión de plasma, causada por una liberación de energía magnética. Esta tormenta es tan poderosa que puede cambiar temporalmente la forma del campo magnético de la Tierra.
La canción procede de las ondas generadas en el campo magnético terrestre en el momento en el que el viento solar soplaba más fuerte y violentamente durante una tormenta solar.
Los científicos convirtieron estas ondas magnéticas en sonidos audibles, dando lugar a una canción extraña que podría recordar más los efectos de sonido de una película de ciencia ficción que un fenómeno natural.
La grabación fue realizada por la misión Cluster, lanzada en el año 2000 por la Agencia Espacial Europea, para estudiar las interacciones entre el viento solar y la magnetosfera terrestre.
La magnetosfera es la región del planeta en la que el campo magnético desvía la mayor parte del viento solar, formando un escudo protector contra las partículas cargadas de alta energía procedentes del Sol.
Cuando esto ocurre, la magnetosfera se comprime por la presión del viento solar. Se produce entonces un incremento del movimiento del plasma a través de la magnetosfera y de la corriente eléctrica, tanto en la magnetosfera como en la ionosfera, la parte de la atmósfera ionizada permanentemente debido a la fotoionización que provoca la radiación solar.
Investigación
Cuatro naves espaciales de la misión Cluster, en órbita alrededor de la Tierra, tomaron muestras de seis tormentas solares desde que impactaron en la superficie de la magnetosfera.
Los archivos de audio de esas ondas electromagnéticas revelan que las ondas en la magnetosfera creadas por una tormenta solar son mucho más complejas de lo que se pensaba.
Lucile Turk, astrónomo de la ESA, explica en un comunicado que «las tormentas solares alteran profundamente las áreas afectadas. Estas colisiones con partículas cargadas liberan ondas magnéticas mucho más complejas de lo que pensábamos «, añade.
Cuando ninguna tormenta solar golpea la Tierra, la canción tiene un tono más bajo y menos compleja, con una sola frecuencia que domina la oscilación.
Pero cuando una tormenta solar golpea, la frecuencia de la ola se duplica aproximadamente, y la frecuencia precisa de las ondas resultantes depende de la fuerza del campo magnético de la tormenta, señalan los investigadores.
Impacto general
Los investigadores señalan también que las ondas magnéticas modifican el comportamiento del arco de choque, la región fronteriza entre la magnetosfera y el medio interestelar, en la que el viento solar es desviado por el campo magnético terrestre.
Debido a este cambio, las ondas magnéticas modifican la forma en la que nuestro planeta controla la energía de la tormenta solar.
Como consecuencia, los campos magnéticos de la Tierra entran en resonancia con las frecuencias de las ondas solares, que extienden así la perturbación magnética a todo nuestro planeta.
Es un proceso rápido, que toma alrededor de diez minutos desde que la ola se genera en la magnetosfera, hasta que su energía llega la superficie terrestre.
Clima espacial
Las tormentas solares son parte del clima espacial, tan variable como cualquier otro fenómeno climático: aunque el viento solar es permanente, las emisiones explosivas de energía procedente de la superficie solar provocan ocasionalmente las tormentas solares.
Comprender el clima espacial se ha vuelto cada vez más importante para la sociedad debido a los efectos dañinos que las tormentas solares pueden tener en la electrónica sensible y la tecnología, tanto en superficie como en el espacio.
Ahora es más importante que nunca que comprendamos cómo las perturbaciones del clima espacial, como las tormentas solares, se propagan a través del Sistema Solar y hacia la Tierra, y la próxima misión Solar Orbiter de la ESA, programada para su lanzamiento en febrero de 2020, contribuirá en gran medida a estas investigaciones, explica la ESA.
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