En general, las investigaciones desarrolladas por la industria aereoespacial a lo largo del tiempo no solo han supuesto mejoras para la aviación o la tecnología espacial, sino que también han permitido descubrimientos e invenciones útiles para la vida en la Tierra. Microchips, lentes más resistentes, detectores de humo, filtros de agua… son algunos ejemplos. Ahora, la Agencia Espacial estadounidense, la NASA, quiere dar un empujón a la creación en laboratorio de tejidos humanos, incialmente para mandar estos tejidos al espacio y así estudiar su reacción.
Competición
Para ello, la NASA ha convocado un concurso para la creación de tejido humano vivo. El objetivo es estudiar, en estos tejidos, los efectos de la permanencia prolongada en el espacio sobre estos tejidos.
De esta manera, podría averiguarse a qué atenernos cuando los seres humanos emprendan largos viajes espaciales, porque todavía queda mucho por conocer sobre los efectos de la exposición a radiación espacial durante largos periodos (se sabe, por ejemplo, que la radiación que recibiría nuestro cuerpo en un viaje a Marte excedería en seis veces la cantidad recomendada).
La creación de tejido vivo en laboratorio entraña grandes dificultades, una de ellas la necesidad de vasos sanguíneos que permitan al tejido respirar y así mantenerse vivo.
En el concurso se piden muestras de tejido vivo de un un centímetro de grosor, y en las que más del 85% de las células aguanten vivas más de 30 días. Los equipos participantes habrán de cumplir estos requisitos para más del 75% de todas las muestras que presenten. El premio, de 500.000 dólares (más de 450 mil euros), se dividirá entre los tres mejores equipos.
Aplicaciones del tejido humano de laboratorio
Más allá de las conclusiones que puedan extraerse del efecto de la radiación sobre tejido vivo, el desarrollo de esta tecnología puede suponer tremendos avances en otros campos de la ciencia, y generar una pronta mejora en la calidad de vida del ser humano.
Sin ir más lejos, el concurso de la NASA está también promovido por la Casa Blanca, porque el Gobierno estadounidense considera que el desarrollo de estas tecnologías pueden resultar útiles para el transplante de órganos. En la acutalidad, varios equipos de investigación trabajan ya en la creación de órganos en probeta:
Por ejemplo, el Departamento de Medicina Regenativa de Japón propone la creación de tejido mediante una técnica llamada Condensación Supervisada de Células.
El Instituto de Medicina Regenerativa de Wake Forest, en Carolina del Norte, Estados Unidos propone por su parte la impresión 3D de tejido humano vivo. Bastante espectacular es este trabajo en el que los científicos de dicho Instituto describieron como «imprimieron» una oreja con células vivas.
Tal vez en un futuro cercano podamos asistir a la creación de órganos a medida, sin rechazo del receptor, ya que las células podrían tener su propio ADN. O quizá algún día se pueda mejorar la calidad de vida de las personas mayores mediante la sustitución o reparación de tejidos dañados o enfermos.
Referencias bibliográficas:
Takebe, Takanori et al. Vascularized and Complex Organ Buds from Diverse Tissues via Mesenchymal Cell-Driven CondensationCell. Stem Cell (2015).
Sean V. Murphy, Anthony Atala. 3D bioprinting of tissues and organs. Nature Biotechnology (2014).
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