La Luna recibe agua desde la magnetósfera de la Tierra, según una nueva investigación de científicos de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA). Iones de oxígeno e hidrógeno que se trasladan en el viento terrestre hacen posible este proceso. Se trata de la primera evidencia al respecto, y confirma que el viento solar no es la única fuente de iones formadores de agua en nuestro satélite.
De acuerdo a un comunicado, el equipo internacional de investigadores liderado por la UCLA también avanza con este descubrimiento hacia la idea de que el agua es un recurso mucho más frecuente y dinámico en el espacio de lo pensado hasta hoy.
Se trata de un concepto que han desarrollado diferentes investigaciones en los últimos años y que parece tomar cada vez más fuerza, debido a la presencia de este elemento en muchos planetas y objetos, incluso en nubes por fuera del Sistema Solar.
Sembrando agua
Ahora, y según los resultados del nuevo estudio publicado en la revista Astrophysical Journal Letters, se pudo verificar que el campo magnético que rodea a la Tierra o magnetósfera es capaz de “sembrar” agua en la Luna.
Lo hace mediante iones de oxígeno e hidrógeno que se trasladan en el viento terrestre, un fenómeno que contradice muchos de los postulados vigentes hasta hoy.
Por ejemplo, se pensaba que el campo magnético terrestre bloqueaba el acceso del viento solar a la Luna, provocando que el agua se regenerara más lentamente en nuestro satélite.
Sin embargo, los datos que aportan los satélites Kaguya y Themis-Artemis en el nuevo estudio indican la presencia de iones formadores de agua provenientes del viento terrestre, refutando la idea de la magnetósfera de la Tierra como escudo o barrera.
También se sostenía que la única fuente de agua en la Luna era el viento solar, mediante iones de hidrógeno cargados positivamente que “bombardean” la superficie lunar y generan reacciones que producen agua en distintas formas.
Aunque el viento solar hace una aportación importante de agua a la Luna, con la confirmación del origen terrestre de parte del agua presente en el satélite esta hipótesis también parece quedar refutada.
Iones viajeros
Las observaciones realizadas en el nuevo estudio detectaron altas concentraciones de isótopos de oxígeno, producto de filtraciones de la capa de ozono de la Tierra, que se incrustaron en el suelo lunar.
A esto se sumó la presencia de iones de hidrógeno, provenientes de la atmósfera extendida de nuestro planeta o exósfera. Ambos flujos de partículas desde la magnetósfera son muy diferentes a los producidos por el viento solar, por lo tanto no caben dudas sobre el origen terrestre del agua detectada.
Al mismo tiempo, los especialistas explicaron por qué este fenómeno no había sido detectado anteriormente. Es que las interpretaciones previas del agua superficial en la Luna, no consideraron los efectos de los iones de la Tierra. Además, no estudiaron los cambios ocurridos en el agua superficial a lo largo del tiempo.
Por último, los científicos concluyeron que estas investigaciones tienen un amplio potencial de aplicación, ya que pueden servir para optimizar el diseño de futuras misiones a la Luna, al conocer en mayor profundidad sus recursos.
También pueden ser útiles para mejorar los modelos informáticos y los experimentos diseñados para explicar la formación de agua en el espacio.
Referencia
Earth Wind as a Possible Exogenous Source of Lunar Surface Hydration. H. Z. Wang et al. The Astrophysical Journal Letters, Volume 907, Number 2. DOI:https://doi.org/10.3847/2041-8213/abd559
Foto: Dieter Pelz en Unsplash.
Video y podcast: editados por Pablo Javier Piacente en base a elementos y fuentes libres de derechos de autor.
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