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Las medidas de la UE para rebajar las emisiones de los aviones son insuficientes

Las medidas de la UE para rebajar las emisiones de los aviones son insuficientes

Según un estudio llevado a cabo por el Tyndall Centre for Climate Change Research de la Universidad de Manchester, los planes para incluir a la aviación en el Sistema de Comercio de Emisiones de la UE son demasiado débiles para asegurar que este sector reduzca sus emisiones de CO2. El informe cree que estas medidas no tendrán influencia directa en la demanda de billetes de avión, por lo que el número de pasajeros seguirá aumentando al mismo ritmo (6%-7% anual). Entre las medidas que se deberían tomar, siempre según este informe, están aumentar el precio que este sector pagaría por una tonelada de emisiones (hasta los 300 euros) o incentivar a las compañías para que adopten tecnologías más eficientes. Por Paul D. Morales.

Las medidas de la UE para rebajar las emisiones de los aviones son insuficientes

Los planes de la Unión Europea para incluir la aviación en su Sistema de Regulación de Emisiones de CO2 son inadecuados y deben ser endurecidas si realmente quiere contribuir a la progresiva desaceleración del calentamiento global. A esa conclusión ha llegado un informe de la organización británica Tyndall Centre for Climate Change Research.

En 2005 la UE lanzó el Sistema de Regulación de Emisiones, que cubre el 45% de las emisiones de CO2 de la Unión. Este plan consiste en limitar las emisiones de las centrales energéticas, refinerías e industria pesada a lo largo de Europa. Las empresas que rebasen el nivel permitido pueden “comprar emisiones” a esas empresas que sí están cumpliendo con sus límites.

En 2006, la Comisión Europea hizo una propuesta legislativa para incluir la aviación dentro de este sistema para que la UE pudiera alcanzar los objetivos que se establecieron en el Protocolo de Kyoto.

Si esto es aprobado por el Parlamento y el Gobierno, como se espera, esta medida entraría en vigor en 2011 para todos los vuelos dentro de la UE y, un año después, para todos los vuelos que usan para sus operaciones aeropuertos de la UE.

Aumento de emisiones

Ante la inminencia de su puesta en marcha, se han levantado las primeras voces críticas. Así, el prestigioso Tyndall Centre for Climate Change de la universidad de Manchester acaba de hacer público un informe en el que asegura que estas medidas son todavía insuficientes para reducir significativamente la influencia que la aviación tiene sobre le cambio climático.

“La actual propuesta de la UE respeto a la aviación tiene que endurecerse de manera significativa para bajar las emisiones y para que el sector se vea forzado a adoptar tecnologías y operativas más eficientes”, afirma Kevin Anderson, director del Tyndall Centre for Climate Change Research, en un comunicado.

El estudio, que ha sido encargado por el lobby verde Friends of the Earth, advierte que la propuesta “no refleja la urgencia del problema climático”. Asimismo, estima que las líneas aéreas deberían incluirse en el sistema de comercio de emisiones como muy tarde en 2010, teniendo en cuenta que el número de pasajeros aumenta y que las emisiones generadas por los aviones crece alrededor de un 6-7% cada año.

Se calcula que las emisiones procedentes de la aviación habrán aumentado en 2012 entre un 25% un 60% respecto a las de 2005.

Limitar el sector

Según el informe, dado que el precio que se paga en la actualidad por tonelada de CO2 (50 euros), las compañías aéreas no tendrán que repercutir la “compra de emisiones” sobre el coste de los billetes de sus clientes, por lo que la demanda de vuelos no se verá afectada y las emisiones seguirán aumentando.

El límite que establece el estudio para que efectivamente la compra de emisiones tenga una repercusión en los precios de los billetes es de 300 euros por tonelada de CO2. A estos precios, las compañías aéreas se verían obligadas a subir el precio de los billetes y, por lo tanto, la demanda de vuelos sería menor. Sólo de esta manera, las emisiones procedentes de la aviación empezarían a reducirse de una manera apreciable.

En sus recomendaciones, el Tyndall Centre for Climate Change Research asegura que la propuesta de la UE no incentiva convenientemente a las compañías para tomar las medidas necesarias para que este sector participe de una manera activa en la carrera por limitar las emisiones a la atmósfera.

Según el estudio, este sector tiene que evolucionar rápidamente en este sentido. Así, el desarrollo tecnológico de los aparatos debería ser mayor. Asimismo, deberían producirse ya cambios operativos, como en el control del tráfico aéreo y las mediciones del peso de los aviones.

En un artículo aparte, este centro de la universidad de Manchester recomiendo tomar medidas antes del año 2012, cuando está previsto que la aviación se incorpore al Sistema de Comercio de Emisiones. Esas medidas pasan por frenar el crecimiento del sector, o sea dejar de hacer inversiones en infraestructura aérea, como aeropuertos o nuevos aviones.

Oposición de las compañías

Otras medidas a este respecto podrían ser aumentar el IVA de los billetes o nuevos impuestos sobre el combustible que usan los aviones.

Como se podía esperar, las compañías se oponen con fuerza a la imposición de este tipo de medidas. En un estudio reciente encargado por seis compañías aéreas, hecho público el pasado mes de junio, éstas aseguraban que, en el caso de de que cargaran el 100% de sus compras de emisiones en el precio de los billetes, la venta de éstos no se vería recortada porque el viajero que coge un avión “no se ve influenciado por el precio”.

En ese mismo estudio, las compañías creen que verían mermadas sus ganancias en más de 40.000 millones de euros entre 2012 y 2022 si entra en vigor la propuesta actual de la UE.

RedacciónT21

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