Un sistema concebido por ingenieros portugueses, denominado F3 o Forest Fire Finder, permitirá una ajustada detección de incendios, así como la transmisión de datos precisos a bomberos y otros servicios de emergencia especializados, en menos de cinco minutos.
Se trata de un sistema autónomo de detección de fuegos desarrollado por la Confederação dos Agricultores de Portugal (CAP, en colaboración con la universidad Nova de Lisboa y comercializado por la compañía NGNS Ingenious Solutions que hace posible que se localicen de manera automática los incendios en un radio de 15 kilómetros de distancia con respecto al sistema.
Cuando el F3 detecta humo, efectúa un análisis químico de la atmósfera y posteriormente lanza una señal de alerta a las estaciones de control o a los vehículos de intervención, así como emite todos los datos sobre el fuego: localización, dimensiones y posibles accesos al mismo.
Ahorro económico y temporal
Sin necesidad de que haya por tanto un control humano del fuego, el F3 posibilita la reducción del tiempo de acceso a un fuego por parte de los equipos especializados, además de la localización exacta de un incendio, elementos que resultan esenciales para apagar los fuegos. De hecho, una diferencia de escasos minutos puede convertir un pequeño incendio en uno grande y descontrolado.
Para cubrir todo Portugal y protegerlo de los incendios más importantes sería necesaria una inversión de unos 30 millones de euros, lo que según los investigadores supondría un coste relativamente bajo en comparación con los gastos anuales derivados de la lucha contra el fuego en el país.
En el año 2005, según el ministerio de Agricultura portugués, los incendios costaron 500 millones de euros a las arcas nacionales, mientras que las tareas anuales de prevención alcanzan los 120 millones.
Características técnicas
Según la NGNS, el Forest Fire Finder funciona con espectometría óptica y está compuesto por un sensor, una unidad de procesamiento, y una unidad de comunicaciones situados en torres que se colocan en el medio forestal.
El sensor efectúa los análisis químicos de la atmósfera, siendo capaz de reconocer diferentes tipos de humos: orgánicos o industriales. Si localiza humo orgánico (procedente, por ejemplo, de la quema de árboles), manda el mensaje de alerta a través de GPS, SMS o IP, a una torre de control, desde la que a su vez se envía a las brigadas antiincendios de la zona.
El sistema está además conectado a un dispositivo de orientación que permite indicar la ruta más rápida de acceso al incendio.
El F3 puede trabajar de forma aislada o formando redes con otras torres de control de incendios, y los datos que emite se pueden introducir y centralizar a través de Internet. Además, se prevé que en un futuro cercano estas torres sean capaces de funcionar gracias a fuentes energéticas renovables, como la eólica o la solar.
Expansión de la idea
En Portugal ya se ha puesto en marcha la primera torre en pleno funcionamiento del F3 en la región de Santarém, al norte de Lisboa. Anteriormente, 3 sistemas de prueba fueron instalados en julio en diversas zonas del país y se espera que a lo largo de este año lleguen a probarse un total de 10 F3 en Portugal.
Por otro lado, NGNS Ingenious Solutions firmará próximamente acuerdos con compañías de Francia, Uruguay, Chile o los Emiratos Árabes Unidos para vender el sistema a estos países, informa la propia compañía.
La revista portuguesa Semana Informática publica además que España, Grecia, Alemania, Francia, Francia, Australia y Chile han mostrado ya interés en adquirir el sistema, que tiene un coste de 30 mil euros por unidad.
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