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La cábala. La psicología del misticismo judío

La cábala. La psicología del misticismo judío

La cábala. La psicología del misticismo judío

Ficha Técnica

Título: La cábala. La psicología del misticismo judío
Autor: Mario Javier Saban
Edita: Kairós, Barcelona, 2016
Colección: Psicología
Encuadernación: Tapa blanda con solapas
Número de páginas: 700
ISBN: 978-84-9988-487-5
Precio: 28 euros

Nos encontramos ante un libro que contiene una tesis doctoral. Mantiene prácticamente su estructura y se desarrolla según se despliega su índice. No es habitual encontrar una publicación académica, del nivel de una investigación para acceder al grado de doctor, en casi el mismo formato en que fue presentada para su defensa; pero es lo que ocurre en este caso. Lo que no supone una nota negativa, sino una indicación al lector para que, de antemano, sepa a qué se va a enfrentar. No es, pues, un libro de divulgación, por más que el autor nos ofrezca una redacción muy asequible y nos proporcione herramientas adecuadas para avanzar en la lectura: abundantes y extensas notas a pie de página y un glosario de los términos judíos utilizados en el texto.

¿Qué nos encontraremos al adentrarnos en su lectura? Pues, como el propio autor afirma, “un enorme trabajo de sistematización de gran parte del pensamiento místico del judaísmo aplicado a la psicología”. O, lo que es lo mismo, el diseño de las aplicaciones psicológicas de la cábala hebrea y, en particular, sobre el símbolo del Árbol de la Vida. Un trabajo que contó con la dificultad añadida de intentar verter en los moldes del lenguaje actual el verdadero sentido de un lenguaje místico antiguo y medieval.

Y nos aclara que, dentro del misticismo judío, uno de los temas más importantes es la explicación del funcionamiento del ser humano y su sentido cosmogónico. Es decir, que los grandes cabalistas judíos advirtieron de la importancia de comprender al ser humano y de comprender el sentido de su existencia, no solo dentro del plano individual, sino en el plan general de la creación.

En este proyecto juega un fundamental papel el ya mencionado Árbol de la Vida, un concepto que Saban da por conocido y al que dedica unas cien páginas de la primera parte de la obra. Para él, el Árbol de la Vida sirve para resolver algunos problemas psicológicos de difícil resolución y es muy útil, además, para comprender el funcionamiento del sistema universal y cómo las diversas escuelas de pensamiento se han acercado a la realidad del Yo.

Objetivo de la obra

¿Qué se propuso el autor al acometer la obra? Lo deja claro en la Introducción: “Mi objetivo es comparar algunas teorías modernas con las más antiguas tradiciones del misticismo judío, con la idea de obtener como resultado una comprensión más elevada del Yo. Pero no un Yo reducido a la psique, sino un Yo que abarca la psique y la trasciende”.

Y desgrana los pasos que seguirá en su investigación. No solo expone el funcionamiento simbólico del Árbol de la Vida y el aumento progresivo de la conciencia de cada persona a nivel psicológico, sino que plantea, desde esta simbología, los problemas que se presentan dentro de las diversas escuelas de la psicología tradicional del siglo XX y principios del XXI. Así, dentro de las dimensiones de la simbología del Árbol de la Vida, en cuáles de ellas trabajaron las diferentes escuelas del Psicoanálisis tradicional, para demostrar cómo tales escuelas abordaron parcialmente el estudio de algunas de tales dimensiones.

Así, dedica la segunda parte del libro, la más amplia con más de trescientas páginas, al Yo. En primer lugar, lo conceptualiza tal y como se comprende dentro del misticismo judío; un Yo que se encuentra definido por las diez dimensiones del Árbol de la Vida psicológico. Cada una de estas dimensiones es cumplidamente explicada.

El siguiente párrafo del autor nos da una pista de por dónde nos llevará: “Por ese motivo podemos decir que la cábala hebrea fue un intento anticipado, desde la época antigua y medieval, para lograr una comprensión integral y transpersonal del ser humano”. Es decir, una visión integral y transpersonal, por lo que no son de extrañar las referencias a Ken Wilber o Manuel Almendros, entre otros, en la Bibliografía, nombres de reconocido prestigio en este enfoque del ser humano.

Y ya al final de la Introducción, Saban perfila más su trabajo: “Lo que he desarrollado […] en el campo de la Psicología es una revisión general de los conceptos tradicionales a través del misticismo judío, especialmente tomando como clave simbólica central el Etz Ha Jaim (El Árbol de la Vida)”.

Y más adelante: “Es mi deseo encontrar los puntos débiles de los sistemas de análisis de la Psicología moderna, no con un objetivo nihilista, sino, por el contrario, con el objetivo de armonizar las diferentes dimensiones de la estructura del ser humano y comprender mejor la dinámica del Yo. También es mi deseo que tras la exposición del marco teórico pueda presentar pruebas empíricas de la transformación personal que han tenido muchos de mis alumnos a lo largo de los últimos años de trabajo en Barcelona”.

“Es mi intención intentar percibir la eficacia del estudio de la cábala en términos psicológicos, la aplicación del misticismo judío y sus símbolos para determinar con la más alta precisión las energías operativas dentro del ser humano”.

Y, finalmente: “Es mi deseo exponer desde el misticismo judío el sentido existencial y las diversas fórmulas que se han elaborado para la construcción del sujeto”.

El misticismo judío y el sentido de la vida

¿Y qué ha movido al autor a realizar esta su tesis doctoral? Su convicción de que el judaísmo ha elaborado a través de los siglos un sistema abierto que permite encontrar el sentido de la vida a cada ser humano y lograr el objetivo de comprender la felicidad a pesar de la existencia del mal.

Las sefirot del Árbol de la Vida

El libro se despliega en cinco partes. La primera se dedica a Las sefirot del Árbol de la Vida. En ella, tras la necesaria explicación de qué son las sefirot o dimensiones, aborda temas tan sugerentes como el inconsciente y la conciencia o lo junguiano y su relación con el misticismo judío. Aunque es prácticamente imposible comentar un capítulo de la obra extrayéndolo de su contexto, aislándolo del resto del contenido y rompiendo, por ende, el desarrollo lógico que persigue el autor en su exposición, no nos resistimos a apuntar algunas pinceladas de estos apartados que nos resultan más atrayentes. El capítulo sexto de esta primera parte lo titula El Inconsciente/La Conciencia. Y arranca con estas líneas: “No existe psique desvinculada del Cosmos, por el contrario, la psique es el resultado de la evolución de la consciencia dentro del orden cosmogónico”. Se impone, lógicamente, dominar la terminología hebrea utilizada por Saban, para alcanzar a comprender lo profundo de su propuesta; aun corriendo el riesgo de pecar de osados, sí es oportuno comentar que para él, existimos para revelar la consciencia oculta del Ein Sof [el Infinito] y mientras mayores niveles de consciencia alcancemos (provocando mayores grados de revelación), accederemos a una mayor cantidad sustancial de información consciente del Ein Sof.

Con Jung, comparte, contrariamente a lo defendido por Freud, que lo primero que viene es el inconsciente, siendo la consciencia un producto de aquel. Y afirma: “Esta descripción junguiana se puede verificar desde una perspectiva antropocéntrica. La conciencia humana deriva del un Inconsciente divino”. Reflexión que puede reforzar la invitación a una lectura en profundidad de este libro de Saban.

El Yo

La segunda parte, como se indicó más arriba, aborda El Yo y es la más amplia de toda la obra: setenta y ocho capítulos la integran, con temas tan atractivos como el problema del mal, el alma, el sentido de la existencia, la soledad radical del Yo o la predestinación.

Tal y como hicimos con los contenidos de la primera parte, digamos algo de uno de estos capítulos, concretamente el del problema del mal. Saban deja clara su postura en el análisis que hace de la cábala: “Todo mal es producto del tiempo y del espacio, no existe mal en la Eternidad, ya que la Eternidad es el Bien en sí mismo”. Todo mal surge cuando hacen su aparición el espacio y el tiempo, ya que son estos los condicionantes básicos de nuestra realidad inferior. Y el judaísmo ha encontrado el sentido de nuestra “Temporalidad”: alcanzar la Eternidad a través de un aumento constante del Conocimiento [Daat].

El vacío interior

De la tercera parte del libro, dedicada a El vacío interior, destacamos algunos capítulos como los dedicados a la trascendencia del Yo, el vacío y el sentido existencial, la muerte física, lo transpersonal del sentido existencial, el espacio-tiempo y la eternidad, entre otros.

Reiterando lo problemático que resulta entresacar un capítulo de su contexto, del que es un eslabón en la cadena de razonamientos que defiende el autor, digamos algo de lo que apunta en el capítulo 105, La destrucción del último miedo del Yo: la muerte física.

Nos dice Saban: “Y al liberar al Yo de sus seguridades ilusorias, entonces desaparece la desesperación del sin-sentido y el ser humano tiene la oportunidad de bucear en su propia interioridad para encontrar el fragmento del Ein Sof [Infinito] que lleva dentro de sí mismo”. En efecto. Para el autor, todas las seguridades que se fabrica el ser humano no son sino intentos imaginarios de la psique, que los produce en su afán por destruir su angustia ante la desaparición física, no en vano los valores considerados como absolutos pueden ser también elementos de dogmatización del sujeto. Es más: cualquier excusa de la psique puede ser utilizada por la dogmatización idolátrica, que no es otra cosa que una idealización infantil de seguridad de la psique o, quizás, un mecanismo biológico de supervivencia. Y concluye: “Si aceptamos que todas las seguridades son intentos imaginarios de la psique (Biná) y nos liberamos de estos mecanismos de fuga de la realidad material, automáticamente liberamos al Yo de sus últimos condicionamientos”. No son sino unas pocas líneas que nos sirvan de pista sobre la profundidad de los planteamientos y propuestas de Saban, convocándonos a su lectura y meditación.

Felicidad trascendente

Llegamos así a la cuarta parte de la obra, dedicada a La felicidad trascendente. Una parte no muy extensa, que se llena con siete capítulos. En ella aborda asuntos tan atrayentes como los deseos finitos y la felicidad infinita o la felicidad trascendente. Consideramos algo de lo que apunta en este último capítulo.

¿Qué es la felicidad trascendente? Es aquella que se ata al deseo infinito de continuar elevando mi conciencia de forma permanente, es un camino permanente hacia el Infinito, es el deseo del Infinito. ¿Y cómo se consigue? Pues hay que participar de ese Infinito como conciencia general cósmica, aun sabiendo que debo existir en el orden inferior sosteniendo mi subjetividad y mis condiciones subjetivas. Y concluye: “Nadie puede quitarme el derecho de existir dentro de mi vida subjetiva inferior, pero mi vida subjetiva debe ser vivida en función de la destrucción permanente de mi subjetividad para alcanzar un grado de felicidad superior. No me puedo anclar en los dogmatismos construidos en los universos inferiores”.

Proceso de la obra

La quinta y última parte de su obra la destina Saban a Conclusiones prácticas. En ellas nos dice que “después de la exposición del marco teórico que hemos desarrollado debemos explicar obligadamente el proceso de construcción de la metodología aplicada”. Entiende el autor que ya el propio marco teórico de la simbología que propone el Árbol de la Vida de la mística judía posee, al propio tiempo, un ingrediente práctico. De igual manera, considera de suma importancia explicar los pasos metodológicos que ha seguido. Y desarrolla su planteamiento en veintitrés puntos de análisis, que cierran el magnífico trabajo realizado en esta investigación más que académica para la obtención del grado de doctor.

El libro se cierra con un muy necesario glosario de términos de la cábala para la comprensión del texto, así como con una selecta bibliografía.

Concluyendo

Nos encontramos ante una obra que, pese a la densidad exigida por el objetivo académico perseguido, se lee con deleite, con una permanente invitación a reflexionar sobre los abundantes puntos que aborda. Tanto desde el punto de vista de las corrientes psicológicas actuales como desde el del conocimiento del misticismo judío, entendemos que se trata de una obra fundamental.

Índice

Introducción a la psicología del misticismo judío: marco teórico-metodológico

Parte 1. Las Sefirot del Árbol de la Vida
1.¿Qué son las sefirot? (Dimensiones)
2.Las verdades y su relación con cada dimensión
3.Lo junguiano y su relación con el misticismo judío
4.La tendencia al dogmatismo
5.Las Sefirot cosmogónicas y las Sefirot psicológicas
6.El Incosciente/La Conciencia
7.El mapa del Árbol de la Vida (Etz Ha Jaim)
8.8. Tipos de Daat (el Conocimiento)
9.La relación entre la cosmogonía y la psicología en el judaísmo
10.El problema de la entropía en la Psicología
11.El Tetragrama como símbolo de la concatenación de los universos
12.Las Sefirot psicológicas dentro del Universo de Yetzirá

Parte 2. El Yo
13.¿Qué es el Yo?
14.Clases o niveles del “Yo” (Bruner, Wundt, Kantor, Watson, Skinner, Castila del Pino)
15.La relación entre la Biná (Freud) y la Jojmá (Jung) en el Universo de Yetzirá
16.Las Sefirot como los diez “arquetipos” objetivos de toda la realidad
17.Los Palacios en el Universo de Yetzirá
18.Las amenazas al Yo interior. El rol maestro-alumno
19.El Yo interior
20.La Biná y la Jojmá en el Universo de Yetzirá
21.Las posibilidades del Yo interior
22.El mal dentro de la percepción del Yo
23.La soledad del Yo y la ilusión de seguridad en la Biná psicológica
24.La conciencia “ketérica” y los conflictos derivados de la Binás psicológica
25.Los conflictos potenciales en defensa de mi subjetividad estática
26.La operatividad del Yo en los diferentes niveles dimensionales
27.La función de la Biná psicológica
28.El Kli de Keter
29.El vacío del Ein Sof como Kli fundamental
30.Las posibilidades infinitas de ampliar mi vacío interior
31.El desgaste de las energías psíquicas en defensa de la identidad inferior del Yo
32.Las potencialidades ocultas y las potencialidades futuras
33.Los dos tipos de felicidad
34.La coordinación entre el mundo superior de Alef y el mundo inferior de Bet
35.El problema del mal como resultado del tiempo y el espacio
36.El Mesías interior
37.La inexistencia del mal en el Universo de Atzilut
38.La diferencia entre el Sod real y el Inconsciente
39.La Merkabá real y la Merkabá psicológica
40.El sistema de oscilación entre la Alef (Jojmá cosmogónica) y la Bet (Biná cosmogónica)
41.Los siete sistemas de percepción dentro de la Biná psicológica (Los Palacios)
42.El funcionamiento del Yo en las dimensiones superiores
43.La Devekut: ¿unificación o aproximación al Ein Sof?
44.El estado de oscilación entre el Yo y el No-Yo y la consciencia Yo/No-Yo
45.El alma
46.Las protecciones del Yo y mi autoconstrucción
47.La Consciencia
48.La Vanidad
49.El sentido de la existencia
50.¿Jojmá o Biná?
51.La teoría del descubrimiento de las resquebrajaduras de la Biná
52.Una psicología para la “Eternidad”
53.La búsqueda de mi personalidad en el Keter psicológico
54.Alcanzando el estado de consciencia Alef
55.Las ilusiones de seguridad de la Biná psicológica
56.La felicidad en los niveles trascendentes
57.El Ein Sof, ¿una necesidad psicológica o una realidad física?
58.La superación de la reafirmación constante de la subjetividad
59.Los equilibrios y desequilibrios dimensionales dentro del Yo
60.El Universo de Atzilut
61.¿Hasta dónde ampliar nuestro Kli?
62.Diferencia entre la verdad y el conocimiento
63.El trabajo posterior a la autonomía del sujeto
64.El abandono transitorio de mi centro subjetivo
65.Diferencias entre la posición de Spinoza y el misticismo judío
66.La expansión de nuestro vacío interior y el peligro de la dogmatización
67.¿Qué percibe el alma?
68.El orden subjetivo de exteriorización
69.El desarrollo de una Klipá como elementos extremo de una Midá
70.El problema de la conceptualización
71.La soledad radical del Yo
72.La conciencia de Eternidad
73.¿Libre albedrío o predestinación?
74.El camino de la autorrealización del Yo
75.El problema de la ortodoxización
76.La destrucción de todas las seguridades cognitivas
77.La búsqueda del perfeccionamiento permanente
78.La idea judía de la Devekut
79.El problema/virtud de las contradicciones
80.Los niveles del Alma
81.Las conceptualizaciones de la Biná y las simbolizaciones de la Jojmá
82.¿Cómo ingresar en el Universo de Atzilut?
83.El Conocimiento dentro de las diferentes magnitudes dimensionales
84.El concepto de “coherencia”
85.Los conflictos provocados por la perspectiva de la conciencia Bet
86.Las dependencias objetales como causa del mal
87.La identidad fragmentaria como vehículo hacia el Ein Sof
88.La conducta como reflejo del sistema cognitivo
89.Las Kelipot ocultas detrás de algunas interpretaciones
90.La función espiritual del Israel
91.Expansión y restricción

Parte 3. El vacío interior
92.El Yo y el vacío interior
93.La liberación de la psique de su percepción entrópica
94.La trascendencia del Yo
95.El problema del ocio y las energías excedentes
96.El vacío existencial y el sentido existencial
97.El Ego y el control del Yo
98.El nihilismo del vacío existencial
99.El momento de cruzar el Abismo (Tejom)
100.El sentido en la interioridad del Yo
101.Los aumentos constantes de los niveles de conciencia
102.La percepción de la eternidad
103.El Yo frente al Yo: la disociación
104.El dogmatismo de las instituciones
105.La destrucción del último miedo del Yo: la muerte física
106.La libertad del Yo o la dogmatización
107.Diferencia entre el vacío existencial y los deseos inferiores insatisfechos
108.La opción de llenar el vacío interior con los objetos inferiores
109.El sentido existencial es transpersonal
110.La soledad radical del Yo y su finitud
111.El Yo en el camino hacia lo no-conceptualizable
112.La trascendencia: Maslow-Frankl
113.La imposibilidad de explicar la sensación de trascendencia
114.El vacío existencial
115.La feliz oportunidad del vacío existencial
116.El círculo vicioso o el círculo virtuoso
117.La materia como necesidad del Universo de Asiá
118.La represión de los niveles superiores
119.La felicidad superior y la felicidad inferior
120.El sentido de las dimensiones inferiores
121.El avance del Yo
122.La anulación de las dualidades
123.La oscilación entre el espacio-tiempo, la Eternidad
124.Funcionamiento del vacío existencial/análisis de Wilber
125.El funcionamiento de la Jojmá y el problema de las divisiones científicas modernas
126.La existencia simultánea de todos los universos
127.El Imún (el Entrenamiento)
128.¿Dónde se encuentra la Merkabá psicológica?
129.La conciencia subjetiva (Biná) y las pulsiones biológicas (Yesod/Maljut)
130.Freud/Jung/Einstein/Maslow: diferentes percepciones del Árbol de la Vida
131.El Yo esencial y la Nada
132.Israel: la superación constante de las limitaciones

Parte 4. La “felicidad trascendente”
133.Tiferet frente a Keter: Cuando el Yo asciende hacia su máxima potencialidad
134.Los deseos finitos y la felicidad infinita
135.Las potencialidades del Yo
136.Las etapas del desarrollo de las potencialidades del Yo
137.La felicidad trascendente
138.Una subjetividad inflexible como problema
139.Las dos vías para la felicidad: la trascendencia y la inmanencia

Parte 5. Conclusiones
140.Conclusiones prácticas

Glosario
Bibliografía

La cábala. La psicología del misticismo judío

Notas sobre el autor

Mario Javier Saban es doctor en Filosofía (2008) por la Universidad Complutense de Madrid, doctor en Antropología (2012) por la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona y doctor en Psicología (2015) por la Universidad Ramon Llull de Barcelona. Es presidente de la Asociación Cultural Judía de España Tarbut Sefarad. Es autor de numerosas obras, entre las que destacan El judaísmo de San Pablo, El sábado hebreo en el cristianismo, El judaísmo de Jesús y el Maase Bereshit o Misterio de la Creación.

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